Pero Madonna no fue la única que apoyó la causa palestina en el festival: aunque se vio muy fugazmente durante la emisión, esta mañana trascendían imágenes de los representantes islandeses, Hatari, sosteniendo ante la cámara banderas oficiales del Estado Palestino. Tal y como muestra el cantante del grupo en un vídeo de su Instagram personal, tras eso el personal de seguridad de la ceremonia fue hasta su sitio en la green room y les arrebató ambas banderas. Lejos de retractarse, el grupo ha subido a su cuenta oficial de Instagram una enorme bandera palestina compuesta en tres imágenes. Esto, evidentemente, podría acarrear algún tipo de sanción para Islandia. Si habitualmente no se permite exhibir símbolos de ámbito político en el concurso de la canción, con una cuestión tan candente como la disputa territorial en Oriente Medio de fondo y la poderosa Israel como agraviada, veremos en qué acaba la cosa.
En todo caso, ya se podía intuir que Hatari la liarían de una u otra manera en el festival. Antes de ser elegidos por los telespectadores islandeses para representar a su país, el grupo de tecno-punk post-industrial ya prometían provocación y transgresión. No olvidemos que la canción que presentaban se titula «El odio prevalecerá» y su letra habla de una Europa derrotada por las disputas y el odio entre los pueblos. Quedó en un meritorio décimo puesto, por cierto. Pero, aparte de eso, habían lanzado un desafío al propio Benjamin Netanyahu a disputar con ellos un combate de glíma, una suerte de lucha libre tradicional islandesa. Si el trío musical ganara, tendrían el derecho de establecer en la frontera israelí “la primera colonia de BDSM libre en la costa mediterránea”; si ganaba el presidente israelí, le ofrecerán al estado israelí el control político y económico de Vestmannaeyjar, un archipiélago al sur de Islandia. Obvia decir que el político ni se manifestó. Pero Hatari se han cobrado su particular vendetta.