Música

La Prohibida / Ruido

Los 3 millones de reproducciones conseguidos por ‘Baloncesto’ en las plataformas de streaming, sin ningún sello de apoyo ni gran infraestructura, han tenido que ser una presión para La Prohibida y también para Víctor Algora. Ambos intentaban recrear parte de su magia en el reciente single ‘Ruido’, un pelín insatisfactorio y enrevesado en comparación, pero La Prohibida ha conseguido algo mejor: un álbum más consistente que ‘100k años de luz‘ sin rellenos ni amagos de balada y un poco más afinado y elegante en cuanto a producción. Allá donde Javiera Mena ha querido abrirse a otros géneros como el reggaetón, La Prohibida permanece fiel a su base italo disco, lo que en su caso en su plus, pues además las bases y sintetizadores suenan cada vez más finos.

Para todos aquellos que crecimos escuchando en la radio hits como ‘Dolce Vita’, ‘Only You’ de Savage, ‘Call Me’ de Spagna o incluso ‘Tarzan Boy’, es una gozada entregarse a ‘Ruido’; para los que no, el álbum es igualmente comprensible, pues este disco está más pulido que sus referentes más populares, desde el sentido espacial de los sintetizadores y la letra de la inicial ‘Galaxia desierta’ a la final ‘Cemento y hormigón’, que se abre con un bajo electro a lo Trans-X para luego ofrecer un desarrollo más ambiental propio de Jean Michel Jarre. Hay guiños a otros estilos como el HI-NRG, y ‘Schleswig-holstein’ se aproxima a ‘You Spin Me Round (Like a Record)’ de Dead or Alive; mientras ‘Rosa’ recuerda tanto a ‘Maniac’ de Michael Sembello como a la primera Madonna. Pero es el italo lo que marca el paso, y así se expresaba La Prohibida hace unos años hablando de este estilo a «finales de los 70 y los 80» y también de su conexión con la música de otros lugares: «Creo que tiene un ritmo muy evocador y elegante, y potencia la melodía, que es algo que considero fundamental cuando me pongo a grabar. Aunque me gusta el pop europeo en general».

Su pasión por Italia no queda en unos simpáticos bajos y sintetizadores de ensueño y hay un par de temas cantados en la lengua de Giorgio Moroder en los que La Prohibida ha contado con la autoría de dos miembros de Egokid: el mencionado ‘Rosa’ y además ‘Il Compromesso’, de final precioso. Porque aunque no siempre los estribillos brillan tanto como la producción, haciendo que las canciones sean menos inmediatas de lo que cabría esperar, sí aparecen muy trabajadas, como muestra también el dúo con Víctor Algora ‘Bouvet’, uno de los grandes «growers» del álbum tanto por los sintes como por el post-estribillo y lo que parece una suerte de mensaje ecologista; o ‘Schleswig-holstein’, la mejor canción del conjunto.

Y es que otra de las cosas que hay que elogiar de La Prohibida es el modo de abordar las temáticas que escoge interpretar. ‘Schleswig-holstein’ toma su nombre de un estado alemán que ha pasado a lo largo de la historia por varias manos para dejar un mensaje anti-barreras (¿anti-fronteras?) abordado con una perspectiva bastante original. «Las alianzas históricas no nos separarán jamás», concluye después de una serie de aventuras de pasaportes perdidos y «complots». No se ciñe además, al italo o al HI-NRG más estandarizados: en un momento parece emerger más bien un piano house.

Este es un momento totalmente eufórico en ‘Ruido’, y esa sensación no se pierde incluso cuando aparece la desazón típica de las canciones más autodestructivas de los hermanos Canut. ‘Basura espacial’, prima hermana de ‘La mano en el fuego’ de Fangoria, indica que «no hay más solución que reciclar mi corazón / y así reutilizar tanto rencor artificial, insustancial». Y tampoco quiere sonar triste la adaptación de ‘La tristeza de ser electrón’, aquella magnética y realmente fascinante canción de Antonio y Carmen que recuperaron Prin La La o Parade, escrita por Carlos Fernández Tejero, profesor titular de la facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid. Es una joya perdida del pop español (imperdible, esta entrevista), pero aquí opta por deshacerse de algo de esa «tristeza» en pos del bombo, quitándole paradójicamente algo de fuerza.

En cualquier caso, La Prohibida logra un disco equilibrado y variado, con temas como ‘Mariposa negra’ de Algora también aportando un punto oscuro. Coherente hasta el punto de que ‘Cemento y hormigón’ llega a tiempo de sonar como un himno de depresión post-electoral tras el 26-M en el que sus paredes abruman tanto como las precisamente vistas en el escenario urbano y gris del vídeo de ‘Ruido’. Yo también quiero «un municipio perfecto», «un plano urbano que permita desarrollar utopías imposibles radicales y expertas». La Prohibida presenta el disco el viernes 7 de junio en Barcelona, el 8 en Sevilla y el jueves 13 en Madrid.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: la prohibida