De alguna manera, ‘Pang’ parece la continuación natural de ‘Path’. Seguimos asistiendo a una aproximación muy siglo XXI al synth-pop, con varias pistas sonando como Haim producidas por Charli XCX (de hecho Danny L Harle y A.G. Cook son co-autores y co-productores de algunas de las pistas), pero dejando espacio abierto para otros ritmos. El R&B continúa en la lista de géneros favoritos de Polachek tras haberse colado en los créditos de ‘Beyoncé’, e incluso la new age es una referencia en el cierre de cada cara.
Y es que si te estás preguntando qué hace un single tan chulo como ‘So Hot You’re Hurting My Feelings’ apareciendo casi al final de una secuencia bastante ardua, resulta que hay una explicación. Todos los temas cuentan con cosas interesantes, pero algunos se hacen algo largos sin serlo. En cambio, este es el momento más accesible de ‘Pang’, una canción tan mona como su primera línea (“no es que esté contando los días, pero han pasado 25”), en la que despunta un falso solo de guitarra tratada a lo Daft Punk, que Polachek ha hecho en realidad tan sólo con su voz. Pero en realidad la secuencia nos cuenta en la que se puede considerar su cara A un descenso a través de la «apatía, la pérdida y el miedo» y la que se puede considerar su cara B, un «ascenso de vuelta a través de la revelación, el humor y la confianza», como ha explicado en Instagram. Y el humor, sí, incluye una canción llamada ‘Caroline Shut Up’.
Polachek ha vivido estos años un divorcio después de 2 tristes años de matrimonio y, aunque este no es un sombrío álbum de ruptura sino uno en el que también se retrata un nuevo inicio, el punto más bajo de ese «descenso» del que habla, es bastante perceptible. Tras una canción a la guitarra en la que trata de encontrarse a sí misma, sobre ser una «buena chica», que podrían haber firmado Alanis o Swift, ‘Look At Me Now’; cierra la «cara A» ‘Insomnia’, una producción tan cercana al witch-house como a Enya. Referencias, ambas, que vuelven para el cierre total del álbum, la ambiental ‘Parachute’, que planea tanto como su nombre.
El disco acaba plácidamente con la frase «landing on the soft ground», al igual que había empezado optimista con una intro que incluye la frase «finalmente habrá un camino para que ambos seamos libres y estemos seguros». Hay un fondo de optimismo muy marcado que no impide, no obstante, que algunas de las cumbres de ‘Pang’ sean turbias. Al fin y al cabo el álbum recibe el nombre de ‘Pang’ («punzada»), y el tema así llamado nos habla de «hambre», «miedo» y «destrucción». ‘New Normal’ parece que va a derivar hacia el country o el blues por sus primeros segundos y, tras 7 estrofas que se suceden sin estribillo, termina introduciendo locos sonidos de electrónica y «coches chocando contra la acera» y «llamadas al 911». O sea, mal. ‘Hit Me Where It Hurts’, con frases casi rapeadas, muestra a Caroline «como una mariposa atrapada en un avión». Un “océano de lágrimas” que va desapareciendo justo a partir del ecuador del disco y que luego deja melodías tan dulces como ‘Hey Big Eyes’, entre Lou Reed y Bob Dylan, solo que con efectos orientales en la modulación de la voz; o ‘Door’. “De vuelta en la ciudad, solo soy otra chica con jersey”. Y ahí, tras sus agridulces rifirrafes con Nueva York en su ruptura, es imposible no imaginarla como una Audrey Hepburn del siglo XXI.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘So Hot You’re Hurting My Feelings’, ‘Ocean of Tears’, ‘Hey Big Eyes’, ‘Pang’
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