Algunas de las producciones más interesantes de ‘Music to Be Murdered By’ suenan totalmente a Halloween, como la de ‘Little Engine’, que de hecho rima «psycho killer» con «Michael Thriller»; y el disco logra sonar cinematográfico gracias a su uso de sonidos y efectos varios, desde disparos a alarmas de policía pasando por unas pastillas que Eminem tira por la cadena en ‘Never Love Again’, o gracias a ambientaciones llenas de suspense como la de ‘You Gon´ Learn’. Este no es un recurso nuevo en la discografía del rapero, pero ‘Music to Be Murdered By’ suena especialmente trabajado en este sentido, lo cual ofrece una escucha inmersiva y rara vez tediosa a pesar de durar el disco más de 1 hora. Y si bien los textos vuelven a hablarnos de todos los temas favoritos de Eminem (1, 2, 3 responda otra vez: la fama, las drogas, su humilde pasado, su padrastro, al que odia; sus «beefs» varios con otros raperos, etc.) esta vez lo hacen a través de canciones y producciones, en muchos casos, más que dignas. Será que ‘Revival‘ puso el listón muy bajo, pero ‘Music to Be Murdered By’ es un estupendo disco de Eminem.
A pocos minutos de empezar el disco, en la pista 2, ‘Unacommodating’, Eminem se saca de la manga una «broma» sobre el ataque terrorista de Manchester acontecido en 2017 tras un concierto de Ariana Grande (quien es mencionada), suficientemente de mal gusto como para puntuar este disco con un 0. Sin embargo, el concepto de «guilty pleasure» vuelve a tener sentido en esta canción dedicada a los «débiles» raperos de hoy (también los llama «retrasados», otra prueba de que Eminem no vive en 2020) que engancha gracias a sus menciones a «Kanye, Beyoncé y Jay-Z» y sobre todo al ultra-rápido flow del rapero, toda una montaña rusa de juegos de palabras y sílabas imposibles que no es única en el disco. Con la colaboración póstuma de Juice WLRD y un beat próximo al hip-hop de los 80, ‘Godzilla’, el hit espontáneo del ‘Music to Be Murdered By’ (va por 35 millones de escuchas en Spotify en una semana, por lo que será top 1 directo en el Billboard con toda probabilidad) parece pensado para asfixiar a todo aquel que busque memorizar el vertiginoso tramo final de la canción en su habitación. Muy pertinente al fin y al cabo.
Eminem ha dicho que ‘Music to Be Murdered By’ no es para personas sensibles y que el objetivo del disco es «golpear la conciencia» para criticar el sensacionalismo mediático que rodea hoy en día a los asesinatos. Tiene sentido que Eminem aborde este concepto a través de un marco cinematográfico, pero el single ‘Darkness‘, que utiliza la melodía de ‘The Sound of Silence’ de Simon & Garfunkel para ponerse en la piel del asesino del tiroteo de Las Vegas, llegando a reproducir sonoramente el recorrido que hizo desde su hotel hasta el evento… y todo lo que aconteció después, quizá sea demasiado gráfico y obvio para conmover o resultar interesante desde algún punto de vista. La música de Marshall suele ser más interesante cuando es autobiográfica, y aunque ‘Stepdad’ tampoco es uno de los mejores momentos del álbum, su celebratorio estribillo «odio a mi padrastro» tiene gracia… aunque menos que ese momento de la letra en que el rapero imagina que asesina a su padrastro con una inyección de cianuro, mientras duerme.
Si ‘Music to Be Murdered By’ contiene «shock value», no es por las letras. Ya estamos más que curados de espanto con Eminem tanto cuando rapea sobre sus encuentros babosos con una chica bisexual (‘Those Kinda Nights’) como cuando declara que «nunca he tenido problemas para adaptarme a los nuevos tiempos» (la abrasiva ‘Yah Yah’ contiene el ulular de un búho). Cuando en la inane ‘No Regrets’, el autor de ‘The Marshall Matters LP’ se disculpa con Tyler, the Creator y Earl Sweatshirt por haberse metido con ellos en el disco anterior, inmediatamente después apunta que al resto de «haters» les pueden «follar con 800 vibradores a la vez»… y consigue presumir de muy poquita imaginación. Al final lo verdaderamente chocante de ‘Music to Be Murdered By’ es que la colaboración con Ed Sheeran en la mencionada ‘Those Kinda Nights’ no suena en absoluto desesperada, que el rapero consigue conmover (!) con una historia de sexo «extramarital» en ‘In Too Deep’ (muy R&B), o que a pesar de la extensa duración del disco, el artista encuentra formas diversas de mantener el interés hacia el final de la secuencia, como usar un sample jamaicano en ‘Farewell’. Añades los interludios y tienes sobre la mesa un disco de rap realmente entretenido tanto en lo musical como en lo lírico. Una pena que, en muchos casos, la intención de Eminem por resultar chocante sea de hecho lo peor que este tiene que ofrecer.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Unacommodating, ‘You Gon’ Learn’, ‘Godzilla’, ‘In Too Deep’, toda la secuencia enmarcada en los interludios de Alfred Hitchcock
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