Sentimientos encontrados sobre el show de Coldplay. Ni el repertorio parecía el mejor al incluir ‘Paradise’ o prescindir de ‘Yellow’ ni pegaba mucho la inclusión de Bruno Mars y Beyoncé. Sin embargo, ver a estos frente a frente con ‘Uptown Funk’ y ‘Formation’ es un momento totalmente icónico que se ha llevado por delante la propia presentación de Bruno Mars de 2014, sobria de más y también forzada en el momento Red Hot Chili Peppers. Tan icónico es que su parte se ha subido aparte a Youtube de forma oficial. Aunque ver a Chris Martin agachadico entre Mars y B es todo un poema, hay que reconocer que Coldplay han hecho de su gama de colores todo un sello de identidad y el final colaborativo con recuerdo a otras actuaciones también fue un acierto. El vídeo completo de Coldplay no se puede incrustar pero está oficialmente en Youtube.
A la Super Bowl siempre le ha gustado unir a gente imposible y Gloria Estefan y Stevie Wonder formaron toda una extraña pareja en 1999. Ambos pudieron unir soul y salsa con dignidad y el paso de ‘You Are The Sunshine Of My Life’ a ‘Oye!’ no es tan traumático como pueda parecer. Estefan supo jugar muy bien sus cartas desde el punto de vista escénico y además, ver a Wonder bailando un poco de claqué antes de que Gloria pase al escenario es digno de recordar.
No hace falta ser una diva o un divo del pop -como parece últimamente- para dar un gran show en la Super Bowl. Los Rolling fueron todo energía durante sus 12 minutos, comenzando con ‘Start Me Up’ (¿con qué si no?) y cerrando con ‘Satisfaction’. Además, la que liaron no fue moco de pavo: el escenario con su logo en forma de boca requirió de 28 piezas separadas que hubieron de ser montadas en 5 minutos por 600 voluntarios.
Canción, canción y canción es lo que pareció defender Paul McCartney en su tiempo, optando por ‘Drive My Car’, ‘Get Back’ o ‘Hey Jude’ para cerrar, en un espectáculo vivo y dinámico. Puede que ‘Live and Let Die’ no esté por ejemplo exactamente entre sus 4 mejores canciones, pero siempre da juego en directo. Lo único malo de 2005 es que le llamaron porque se consideró «una apuesta segura» en contraste con el año anterior, el año de la teta de Janet Jackson y Justin Timberlake.
En 1997 y tras lo vivido el año anterior, la organización de la Super Bowl intentó ponerse las pilas sumando sobre el mismo escenario a The Blues Brothers, James Brown y ZZ Top. No se superó lo visto en 1996 (ver más abajo), pero a pesar del playback, bastante penoso en bastantes momentos, que en 12 minutos suenen cosas como ‘Everybody Needs Somebody to Love’, ‘I Got You (I Feel Good)’ o ‘Tush’ también es historia. Atención al momento “cars & girls” de ZZ Top y al totum revolutum final. Un meme continuo.
Cuatro meses y medio después de que cayeran las Torres Gemelas, U2 tocaron en el intermedio de la Super Bowl. Sí, son irlandeses, ¿pero quién mejor que ellos para mandar un mensaje de paz y de fe a América? La banda de Bono acertó totalmente al pasar de interpretar un popurrí para centrarse en sólo tres canciones, más que nada dos por su duración (‘MLK’ es una rareza de la banda de dos minutos dedicada a Martin Luther King). Hay momentos bastante chanantes en los que sí, parece que es Joaquín Reyes quien corre por el escenario, mira a cámara o se abre la chaqueta y aparece la bandera estadounidense, pero ‘Beautiful Day’ suena esperanzadora y ‘Where the Streets Have No Name’, mientras pueden leerse los nombres de los caídos, pocas veces ha sonado más emocionante. Lo cual es mucho decir de la canción que abría ‘The Joshua Tree’ y tantas veces sus conciertos.
Las dos únicas pegas que se pueden poner al show de Beyoncé son las forzadas caras de la cantante, que inspiraron un sinfín de memes desluciendo la magnífica actuación y el abuso del formato popurrí cuando sus canciones no es que duren 2 minutos. ¿A alguien le da tiempo a disfrutar de ‘’Bootylicious’? ¿Era tan necesario interpretar ‘End of Time’? ¿No se quiere meter tantísima cosa que en los enlaces entre canción y canción hasta te aburres? Por lo demás, un avance de la artistaza que ya dejaba entrever ‘4’ y se confirmaría en ‘Beyoncé’ y ‘Lemonade’, con una dirección artística de órdago en fotografía, iluminación y coreografía (grande ’Baby Boy’). Un gran espectáculo que solo puede desembocar en ‘Halo’.
Madonna devolvió el interés internacional a la Super Bowl, volviendo a convertir su descanso en el acontecimiento internacional que no había sido con Tom Petty, The Who o Black Eyed Peas, pese a los buenos momentos que tuvieron todos ellos, los últimos más acertados haciendo de Daft Punk que juntando a Fergie con Slash. La de Madonna hasta entonces fue la actuación más vista de la historia. Estuvo un poco lastrada por LMFAO y sobre todo por un playback pésimamente disimulado, pero la salida con ‘Vogue’ en plan Cleopatra, la divertida coreografía de ‘Give Me All Your Luvin’ -peineta de M.I.A. incluida- y la despedida con una emocionante ‘Like a Prayer’ y Cee Lo Green recordaron de qué manera puede comerse un escenario esta mujer y lo elegante que es cuando se pone.
Lady Gaga está entre los pocos artistas que ha logrado hacer de la Super Bowl realmente uno de los grandes hitos de su carrera. ‘Joanne’ era un disco que no estaba funcionando nada bien, y que no había sido especialmente bien acogido, hasta que se presentó allí para interpretar a piano ‘Million Reasons’. Pero lo que es más, Gaga supo prescindir de toda colaboración para reivindicar en su lugar su extensa colección de macrohits, no demasiado apiñados en formato popurrí, dejando a casi todos respirar, y reconciliándonos con la Gaga que nos enamoró: la de ‘Just Dance’, ‘Poker Face’, ‘Telephone’ y ‘Bad Romance’ como final obvio y necesario. Como complemento, el divertidísimo salto al vacío del principio, grabado unos días antes; y el guiño político que suponía referenciar a Woody Guthrie en esa pequeña intro.
Shakira no ha podido hacer una Super Bowl más de la escuela de Beyoncé: abuso de popurrí en récord de canciones por minutos -propias y ajenas-, bailarinas femeninas, ritmos tribales, caprichos en el repertorio… pero se beneficia de la compañía para superarla en dinamismo en un show que crece con los visionados. Tanto Shakira como Jennifer Lopez han logrado marcar su espacio y al tiempo beneficiarse de actuar cada una tan sólo 7 minutos en lugar de 13, dando todo de sí mismas de manera incansable, con momentos bastante locos, como el de la “pole dance” o el de la batería. No hay lugar para el aburrimiento ni en la primera parte de Shakira, ligeramente más latina, salsa incluida; ni en la parte de Jennifer Lopez, espectacular gracias al uso de varias alturas. Bad Bunny y J Balvin saben sumar sin invadir (sobre todo el primero), dejando claro el gran tanto que se apunta la Super Bowl en 2020: la reivindicación de lo latino, 100% de actualidad, incluso con un punto reivindicativo. Y además, está el tema de la sororidad: esperemos que se hayan acabado para siempre las guerras de divas. Más de una mujer poderosa cabe en nuestros corazones.
Katy Perry encontró en sus 12 minutos un maravilloso equilibrio entre su lado infantil y su lado adulto, recordando por qué ‘Teenage Dream’ y ‘Prism’ han sido discos tan millonarios: son aptos para todos los públicos. La salida con ‘Roar’ es todo un show (¿de verdad es playback? ¿seguros? Pues qué bien hecho…), ‘Dark Horse’ no puede ser más moderneta desde el punto de vista escénico, el añadido de Lenny Kravitz en ‘I Kissed a Girl’ fue un aciertazo, el de Missy Elliott para qué decir y luego está lo del meme del tiburón en ‘Teenage Dream’. Parecía “creepy”, probablemente lo fue, pero debería haber salido en todos los anuarios. Al final Katy Perry voló con ‘Fireworks’, más y mejor que los Black Eyed Peas en 2011, y aun así recibió críticas encontradas. Una gran injusticia que sumar a su carrera.
Llamar a Bruce Springsteen para actuar en un intermedio de la Super Bowl es lo que se conoce como una “win-win situation”. Desde el primer segundo en que el Boss se dirige a la cámara para adentrarse en nuestras casas, sabes quién es el ídem. A partir de entonces ‘Tenth Avenue Freeze-Out’ vuelve a sonar como un pelotazo, ‘Born to Run’ no puede ser más épica, ‘Working on a Dream’ no puede poner más pelos de punta durante sus 3 minutos de duración con y sin coro góspel y el cierre con ‘Glory Days’ está a la altura. Alegría de vivir.
Quiso llover el 4 de febrero de 2007 en Indianápolis, durante el partido de la Super Bowl y durante el intermedio, que Prince tenía que cerrar con ‘Purple Rain’. El artista ofreció una actuación magistral desde el punto de vista musical y desde el escénico, con una fotografía espectacular en varios momentos del tema final, cortina mediante. El arranque con ‘We Will Rock You’ es lo de menos. Los planos de Prince tocando la guitarra en ‘Best of You’ mientras las cámaras se cubren de lluvia, o su cara después de la primera frase de ‘All Along the Watchtower’ tienen un hueco evidente en la historia del pop.
Últimamente la actuación de Prince suele ser muy justamente reivindicada como la mejor de la historia, por razones evidentes, pero la de Diana Ross permanece muy injustamente infravalorada. El repertorio es de los mejor surtidos de hits que se han visto jamás. Arrasan desde que comienzan ’Stop in the Name of Love’, ‘Baby Love’ o ‘Chain Reaction’. ¿Y qué decir de ‘Ain’t No Mountain High Enough’, ‘I Will Survive’ o ‘Take Me Higher’? Dos años después hubo un homenaje a la Motown con Boyz II Men y The Temptations, pero no fue lo mismo. El de Diana fue un gran espectáculo girl group, soul y disco, cuyo arranque inspiró a Katy Perry unos años después y cuya despedida hacia los cielos no puede ser más gloriosa. ¿El mejor final de actuación de la historia? Take me higher!!!???! I will survive!!!???! ¡Brava Diana!