Música

María José Llergo apuesta por un vinilo blanco como el caballo en el portadón de ‘Sanación’

No podíamos cerrar la semana sin dedicarle un espacio de nuestra sección «El físico importa» a ‘Sanación‘, el gran debut discográfico de María José Llergo. Porque, como hemos comentado, se trata de un trabajo denso y profundo, lleno de simbología y significado personal de la cordobesa. Y eso se extiende también a su edición física, que hoy desgranamos. Edición física que se limita únicamente a vinilo: tanto una representante de Sony como la mánager de la artista, Laura Llamas, nos explicaban que descartaron el CD porque creían que en él se perdía un poco el valor de la potente imagen de su portada.

Una imagen, según ella misma detallaba en Instagram, diseñada por el estudio barcelonés Querida con fotografías de Paloma Wool, el mismo tándem implicado en la también impactante cubierta de ‘Pero no pasa nada’ de Amaia. En este caso, se trata de una foto que se hizo en el interior de un estudio, con la imagen de un objeto celeste sobrevolando un campo como fondo, protagonizada por un caballo totalmente real (de nombre Shaklan) que alza sus patas delanteras ante María José sentada en una silla. Una escena en la que no hay ninguna impostura ni post-producción, como me confirma Llamas: «la instantánea sucedió tal cual».

La portada, como apuntaba, está repleta de simbología sutil: la imponente imagen –que presenta «un entorno natural encerrado en uno artificial, como se ha sentido ella a menudo en la ciudad»– queda empequeñecida al rodearse de un marco de color blanco puro, sobre el que solo se lee un código de barras en su parte inferior, «reapropiándose de un símbolo del capitalismo» para significar, como nos dijo en su entrevista, «el valor» de su voz, que no «su precio». Una idea que quizá también guarde relación con la pintura dorada que cubre sus pies. Dado su interés por la literatura y la poesía del siglo XX, quizá podría buscarse una alusión a Pies Dorados, personaje femenino de ‘La ciudad y los perros’ de Mario Vargas Llosa. Pero más bien me inclino porque aluda a una de las canciones del disco. Me refiero obviamente a ‘Soy como el oro‘, la única que reinterpreta una letra popular que, se intuye, está muy relacionada con su sanación personal: «Soy como el oro, soy como el oro / mientras más me desprecias, más valor tomo».

El dorado y el blanco también son protagonista en otra de las imágenes del encarte, la que se sitúa en la contraportada, con unas joyas que le cubren buena parte de la cara, casi conformando una especie de máscara o velo. En esa misma imagen, tampoco puede pasarse por encima del triángulo con la cúspide invertida que forman sus manos sobre su vientre, claro símbolo de empoderamiento femenino. No menos impactante e importante es la foto que protagoniza la funda interior del disco: María José mira a la cámara con serenidad pese a evidentes signos de lágrimas recorriendo su cara, desluciendo su maquillaje pero de manera sutil. Relacionada con el tema que abre el disco, ‘¿De qué me sirve llorar?‘, es otra imagen que denota el haber superado toda esa oscuridad que albergan las canciones del disco y se contraponen a la luz del blanco que protagoniza todo el encarte.

Como no podía ser de otra manera, el vinilo que aquella protege es también de color blanco puro. De nuevo como en el caso de Amaia –imaginamos que, por coincidir, dado que hablamos de un lanzamiento de Sony Music, hasta habrá coincidido que se hicieron en la misma fábrica–, no es solo una boutade y el sonido es de una calidad notable. La masterización y mezcla del experimentado ingeniero argentino Max Miglin –ganador de varios Grammy Latinos por su labor técnica, que ha trabajado con Pablo López, Coti, Rosario, Charly García, Spinetta, etcétera– claramente tiene algo que ver en ello. Miglin figura destacado en la completa y extensísima hoja de letras, créditos y agradecimientos que ocupa la contra de la bolsa del vinilo. En ella, María José no se deja a absolutamente nadie por dar las gracias. Por supuesto no a su familia, desgranada uno a uno y con nombre apellidos, con su abuelo –su primer maestro de canto– en un papel destacado. Pero tampoco a influencias como «Lorca, Enrique Morente, José Val del Omar, Camarón de la Isla, Paco de Lucía, Pastora Pavón, Niña de la Puebla, Arcángel, Rocío Márquez, Antonio Machado, Vicente Aleixandre…»
El vinilo de ‘Sanación’ de María José Llergo está a la venta en Amazon y en tu tienda de discos favorita.

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Publicado por
Raúl Guillén