El grupo explica en las redes sociales que no construyó esta canción pensando que pudiera ser un single, pero que Rivers Cuomo de Weezer la convirtió en ello gracias a su participación. “Rivers, como nosotros, siempre está cazando la melancolía, ese espacio entre las notas”, indican apelando también a la sensación de estar “superado” y “con el corazón roto”. Algo que refleja de manera muy evidente una letra que habla de «llorar en el coche» y sentirse «un inválido».
Por otro lado, estamos ante un sentido homenaje a David Berman, fallecido el año pasado
: suyo es el texto entonado en un momento por Pink Siifu, pues está tomado de ‘Darkness and Cold’ de Purple Mountains. The Avalanches explican que David Berman les autorizó a usar ese texto suyo “hace años” (curioso porque el tema está publicado en 2019) y que ahora les resulta “extraño” publicar este tema 6 meses después de su muerte, pero así han querido hacerlo en lo que resulta un precioso homenaje.Ni que decir tiene que su parte, el middle 8 con la frase «la luz de mi vida se apagará esta noche sin ningún resquicio de arrepentimiento», tiene ahora un nuevo triste sentido, dejando el momento más hermoso cuando entra ese piano calmado. El final de la canción, apelando a «la luz de California» suena en cambio esperanzado.
Y es que aunque la composición habla sobre años oscuros como los que ha vivido David, también habla de «la sensación de posibilidad que encierra siempre Los Ángeles, esa sensación de que cuando ya lo has perdido todo, ya no queda nada más que perder». En Los Ángeles se ha rodado el vídeo en el que Greg Brunkalla dirige a The Avalanches por segunda vez, y en el que vemos a un protagonista en tacones recorriendo de manera agridulce la ciudad tras consultar a una vidente. Un vídeo sencillo, pero muy poético, a la altura de las circunstancias.