Cuánto ha llovido desde que mencionáramos completamente de pasada ‘New Rules’ en nuestra crítica del debut de Dua Lipa hasta hoy. La cantante británica llega a su segundo disco convertida en una superestrella y ‘Future Nostalgia’ es uno de los lanzamientos más importantes del año. Por suerte, también es uno de los mejores.
Para su segunda entrega, Dua ha querido hacer un disco que reflejara la música que escuchó de pequeña, en concreto de artistas como Madonna, Prince, Outkast o Moloko. Sin embargo, la idea ha sido también hacer un disco bailable de principio a fin, recuperar esas «canciones de baile épicas que te transportan a un lugar feliz». La aproximación a las discotecas de ‘Future Nostalgia’ no es tan extrema como lo era en ‘Confessions on a Dancefloor’ de Madonna, el cual podría haber sido una influencia pues el mismo Stuart Price produce aquí varios temas; u ‘Overpowered’ de Róisín Murphy porque el disco no es tan radical en ese sentido. Ante todo es un ejercicio retro comparable a lo que hace Bruno Mars en su terreno o a lo que hizo Gwen Stefani hace 15 años: toma ideas de varias décadas de música pop, las imita y las moderniza para una nueva generación.
Más nostálgico que futurista, más retro que visionario, más dado a la imitación que a la transgresión, pero a la vez rabiosamente contemporáneo, ‘Future Nostalgia’ sí transforma a Dua en toda una «disco diva», trabajo para el que resulta poseer una voz perfecta, con una presencia imponente. Ya había allanado el terreno con ‘One Kiss’ y ‘Electricity’, pero se ha superado con una ‘Don’t Start Now’ histórica, una de esas canciones solo al alcance de las grandes estrellas. Su recuperación del sonido «Studio 54» reconfigurado por la maquinaria del pop ultra-preciso actual es apoteósica, y en un extraño devenir de los acontecimientos, la canción se ha convertido en un himno de la cuarentena gracias a su estribillo «no aparezcas, no vayas a la calle», un obligado meme en estos días de aislamiento social. En un estilo parecido, ‘Levitating’ -una de las tres co-producciones de Stuart Price en el disco- recurre a la astronomía («nos veo escritos en las estrellas») para transmitir una euforia y felicidad radiantes… y también para convertir en icónica la palabra «sugarboo».
‘Future Nostalgia’ se abre con el tema titular, un tema funk en la estela de ‘Uptown Funk’ en el que Dua declara que ella no quiere hacer «música atemporal» sino «cambiar el juego». La canción es una interpretación muy excitante del sonido Prince, pero el álbum incide demasiado en el pastiche para ser transgresor de verdad. Nunca nos muestra a una personalidad arrolladora capaz de desvirtuar un género y convertirlo en algo nuevo, siempre a un canal a través del cual reproducir sonidos pasados desde un prisma actual. Y a veces esto es muy obvio. ‘Physical’, el espectacular segundo single del disco, no solo se llama así por su homenaje a Olivia Newton-John: su componente retro, en este caso derivado del sonido hi-NRG de los años 80, los de la obsesión con el culto al cuerpo, no está nada disimulado. Por otro lado, el tercer single ‘Break My Heart’, que hace un buen uso de la línea de bajo de ‘Need You Tonight’ de INXS y también sirve para la cuarentena («debería haberme quedado en casa») evoca sin tapujos al revival disco de los primeros años 2000, y la fantástica ‘Hallucinate’ lo hace hasta el punto de parecer una canción de September, la de ‘Satellites’.
No todas las pistas de ‘Future Nostalgia’ apuntan a referencias tan directas. El veraniego medio tiempo ‘Cool’ sí destaca dentro de toda la obsesión actual por los 80 gracias a su producción cósmica y llena de purpurina, y ‘Pretty Please’ es la única canción del disco que sí parece aportar algo novedoso de verdad. Su sonido de disco-funk minimalista es asociable a artistas de hoy como Selena Gomez (su amiga Julia Michaels es co-autora) pero la canción es más extraña e impredecible de lo que esta ha hecho nunca. Su experimental desarrollo en modo in crescendo, con esos bajos palpitantes que amenazan con apoderarse de nuestros cerebros, a los que después se suman unas simpáticas percusiones de cristal, dan lugar a una pequeña obra maestra que corre el riesgo de terminar infravalorada. Ni siquiera el sample de ‘My Woman’ de Al Bowlly en ‘Love Again’ sorprende tanto, quizá porque ya lo habíamos escuchado en ‘Your Woman’ de White Town hace más de 20 años, quizá porque la canción, que aporta un necesario respiro al disco gracias a su sonido pop-rock, no alcanza el nivel de las mejores.
De hecho el segundo álbum de Dua Lipa se cierra con dos temas muy inferiores al resto: la graciosa ‘Good in Bed’, que recuerda a la primera Lily Allen pero cuenta con un estribillo que es mejor olvidar, y ‘Boys Will Be Boys’, que se quita de cerrar el álbum en modo llorica, pero sí hace uso de una orquesta (y de un coro infantil) para denunciar el machismo al que se han de enfrentar muchas mujeres al caminar solas por la noche. Descoloca la presencia de estas dos canciones en un largo unificado por su componente retro y por su producción robusta y sofisticada; este merecía un final a la altura. Sin embargo, ‘Future Nostalgia’ no será ni el primer ni el último disco-hito lastrado por al menos un par de temas irrelevantes. Lo que pasa antes lo tiene todo para hacer de esta una era «blockbuster» en toda regla.