Ante esta «hazaña», la periodista de El País Luz Sánchez-Mellado en su sección «Gente con Luz» –dedicada a entrevistar a personajes populares de diversa índole– hace uno de sus retratos a Antón Álvarez, al que entrevista de forma telemática en su actual casa –Sánchez-Mellado recalca la notoria diferencia entre esta y la «humildísima» que habitaba cinco años atrás, en su primera entrevista con él–. Pucho convive allí con cuatro de sus colegas, después de que su novia, una fotógrafa chilena, no pudiera acompañarle en su regreso a España al estallar la pandemia por problemas de visado. En la conversación, la periodista destaca la madurez («Me parece una forma muy aburrida de decirlo», replica el cantante) que demuestra Álvarez en algunas de sus sentencias actuales, que «le han hecho caerse del Lamborghini».
«Si solo fuera ese tipo del Lamborghini no me daría la cabeza para esa reflexión. Hay que asumir la impresión que se tiene de ti. Uno es lo que cree que es, lo que es verdaderamente y lo que los otros piensan. Y si no tienes en cuenta todo no vas a poder explicar lo que eres de verdad», dice Pucho, asegurando que es parte de su evolución y que ahora está mostrando esa «capa». No reniega de la vida de ostentación y el bling bling, pero no cree que sea para tanto: «Si me comparas con cualquier otro artista de mi nivel y superiores en el resto del mundo, no creo que nadie pensase que soy excesivamente derrochador ni exhibicionista». En todo caso, es consciente de formar parte de un sistema que, en una declaración política, asegura que también está siendo protegido por la actual cuarentena: «la cuarentena sigue teniendo el espíritu del dominio capitalista. La mayoría de la gente no puede confinarse del todo y dedicarse a la alta cultura, a cuidar de la familia y a hacer yoga. (…) Este confinamiento es una idea para que no se colapsen los sistemas de los ricos».
En ese sentido, dice que le molestaría pagar la «tasa Covid» que ha puesto sobre la mesa Unidas Podemos porque «la gente que está gestionando ese dinero son unos ineptos y egoístas que solo quieren mantenerse en el poder. Su intención no es el bien público. Son ególatras, que es lo que es todo político. Entonces, no pago nada con gusto al Estado. Ahora, me parece una buena opción dada esta situación». De hecho, cabe destacar que, casi a la vez que se publicaba esta entrevista, acudía a Twitter para aludir directamente al Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, reclamando protección para los técnicos y otros autónomos implicados en la industria cultural. Respecto a las escenas de gente del Barrio de Salamanca saliendo a las calles en grupo a protestar por el confinamiento, dice que le parece «un capítulo de ‘Black Mirror'»: «Me cabrea y me da miedo por lo que puede venir. A mis amigos no les dejan juntarse en un parque y a estos les han dejado sin más. Es injusto y es peligroso porque a nadie le gusta que le traten distinto y ahí ha habido diferencia».
Asegura, además, que le afectó el veto del Ayuntamiento de Bilbao por sus letras el pasado verano («Trato de hacer pensar, hurgo en mis heridas, hago cosas controvertidas. Acepto el escarnio público a cambio de no tener que decir más que lo que digo en mis temas. Soy un artista, no tengo la misma responsabilidad que un político»). Pero no se muestra molesto porque le pregunten por su ex-pareja Rosalía: «Me encanta. Estoy muy orgulloso de la cultura española, y de Rosalía muy especialmente».