Primeras impresiones de ‘folklore’ de Taylor Swift: cuidadas historias en su disco más «alternativo»

Taylor Swift publica hoy su nuevo disco anunciado este viernes por sorpresa, un ‘folklore’ que llega menos de un año después del lanzamiento de ‘Lover’ y que aleja a la artista de las grandes superproducciones pop de sus últimos trabajos para devolverla a las coordenadas folk/country de los primeros, aunque desde un prisma mucho más adulto y maduro (Apple Music lo lista como «Alternativo»).

Un dato imposible de pasar por alto en una primer escucha de ‘folklore’ es que que Taylor ha co-escrito la mayor parte del álbum junto a Aaron Dessner de The National, co-autor de 11 de sus 17 pistas. La firma de Taylor es obviamente perceptible en letras y melodías como siempre ha sido el caso, mientras la de Dessner ejerce un peso enorme en el sonido de pianos y arreglos orquestados, hasta el punto que estos parecen inspirarse directamente en los arreglos de álbumes de The National como ‘Boxer‘ o ‘Sleep Well Beast‘. Esto es evidente por ejemplo en el single ‘cardigan’, uno de los varios temas del álbum que Dessner ha co-escrito y producido. El segundo productor presente en ‘folklore’ es Jack Antonoff -está en ‘mirrorball’, entre otras- y ambos aparecen juntos por ejemplo en ‘betty’, una de las pistas del largo que están siendo tendencia en la mañana de hoy.

Las letras de ‘folklore’ siguen hablando de amores pasados (‘the 1’, ‘my tears ricochet’) y algunas parecen dirigirse a los enemigos de Taylor (‘mad woman’) pero no son necesariamente autobiográficas en su totalidad. ‘the last great american dynasty’ habla de la mecenas Rebekah Harkness, en cuya casa en Rhode Island reside Taylor ahora, mientras ‘cardigan’, ‘august’ y ‘betty’ forman el «triángulo de amor adolescente» del disco, con el que Taylor ha querido contar una historia de infidelidad desde los tres puntos de vista. Por otro lado, en ‘my tears ricochet’, la de Tennessee canta desde el punto de vista de una joven que ha muerto. Acorde con la estética tan propia de los años 20 del álbum, algunas letras mencionan directamente esta época (los «locos años veinte» de ‘the 1’) o utilizan simbología bélica (‘my tears ricochet’) cuando no buscan el anacronismo de una historia de amor gay vivida a escondidas (‘seven’). En el álbum también hay lugar para la reflexión personal de temas como ‘mirrorball’, que habla sobre la tendencia de Taylor a imitar las personalidades de los demás para encajar; o ‘peace’, una pequeña contemplación sobre la infancia.

Musicalmente, ‘folklore’ es un álbum tranquilo, sereno, maduro, que no puede sonar más alejado del pop electrónico de ‘Lover‘ o ‘reputation‘, y que parece haber esquivado deliberadamente la búsqueda del hit, si bien ‘the last great american dynasty’ podría serlo sin problema. Manda el estilo de los temas más folki de ‘Red‘, como ‘Begin Again’, o de aquel single que Taylor sacó con The Civil War para ‘Los juegos del hambre’ llamado ‘Safe and Sound’. Es un trabajo contemplativo ante todo en el que por momentos parecen asomar ecos a los Mazzy Star de ‘So Tonight I Might See’ (‘seven’), por supuesto a Lana Del Rey, a quien Taylor considera la artista más influyente de la década (‘cardigan’) o a célebres autoras de folk contemporáneo como Alela Diane y que, cabe apuntar, ha contado con la colaboración de Bon Iver en una de las pistas, ‘exile’, una de las pocas del álbum que presentan tímidos arreglos electrónicos.

No por esperada, la vuelta de Taylor ha este sonido ha sido menos sorprendente, dada su prontitud. Por supuesto, las circunstancias de la cuarentena han motivado a la cantante a escribir un álbum modesto e íntimo, pero la calidad de las canciones y del conjunto está llevando a la crítica a puntuar este álbum, ya en el día de su salida, con cinco estrellas, o incluso a considerarlo el mejor de su carrera. En foros el entusiasmo también es palpable, especialmente ante la cuidada narrativa de estas composiciones y la naturalidad de sus melodías y arreglos. En nuestro foro hay quien ha mostrado decepción por que ‘folklore’ no haya arriesgado más a la manera de «Feist o Sufjan» (ojo porque un colaborador de Sufjan, James McAlister, aparece acreditado en este álbum), pero la sensación general, también en foros anglosajones como el de Popjustice, es que Taylor ha publicado uno de sus mejores trabajos, uno que sus fans llevan tiempo esperando.

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Publicado por
Jordi Bardají