Curtis, que presume de haber iniciado los trámites para abandonar oficialmente la universidad y de seguir viviendo con sus padres tanto como de haber conocido a Joe Jonas por vídeollamada, no tiene un sonido tan comercial como el de Justin Bieber. ‘Stunnin’ es un poco disco-funk, pero también presenta un sonido muy propio del underground neoyorquino, próximo al electroclash. Es sucio y ninguna radio la apoyaría en principio, pero se aproxima a los 100 millones de reproducciones en Spotify. Es un tema digno, sin demasiado misterio, que no se puede negar ha pegado entre los «tiktokers», lo cual ha de deberse en parte al mensaje de autoestima total de la canción («soy un chico guapo, soy impresionante»). El tema de la salud mental es importante para Curtis, un tema que no se trata en absoluto en la sociedad nepalí, y de hecho el cantante ha hablado abiertamente sobre su trastorno bipolar, el cual dice alivia creando música.
Con todo el buen ojo para promocionarse en la red social adecuada, Curtis, que ya ha protagonizado artículos de Rolling Stone (donde ha hablado largo y tendido sobre las ofertas discográficas que ha recibido, cogiendo las llamadas al lado de su madre) o de El País, adelantó ‘Stunnin’ durante dos meses en la plataforma antes de publicarlo oficialmente, creando el «hype» suficiente para que tras su lanzamiento fuera un éxito. Y de ahí llamaron los sellos a su puerta… y llegaron el resto de singles. Porque además de ‘Stunnin’, Curtis ha sorprendido con los ritmos industriales y radioactivos de ‘System’, similares a Death Grips (!!!), y a la vez no ha dejado de sumarse al típico sonido de artistas como Post Malone o Bazzi en ‘Feelings tend to stay the same’ o ‘Freckles’. Todos estos temas presentan un puntito lo-fi que obliga a pensar en Jai Paul y diferencian el sonido de Curtis Waters del de los artistas mencionados.
Desde luego no son las canciones más originales que a alguien pueda venirle a la mente, aunque ‘Stunning’ ha gustado tanto que hasta acaba de aparecer en un anuncio de Mercedes Benz; pero la verdadera pregunta es hasta dónde llegará todo este revuelo: ¿Es posible ser un one-hit-wonder de TikTok? ¿Trascenderá Curtis el éxito conseguido en esta plataforma para llegar a donde han llegado Justin Bieber, Post Malone, Bazzi, Doja Cat o el igualmente introspectivo Lauv, o se quedará más bien en el underground al que evoca su música?