Música

Róisín Murphy baila incluso «en un momento como este» en ‘Shellfish Mademoiselle’

Róisín Murphy publica hoy viernes su nuevo disco, ‘Róisín Machine’. El sucesor de ‘Take Her Up to Monto‘, un disco de art-pop interesante pero complicado que pasó aún más desapercibido que el anterior a pesar de la calidad de canciones como ‘Mastermind’ o ‘Thoughts Wasted’, es lo más parecido al «verdadero sucesor de ‘Overpowered‘» que un gran sector de los seguidores de la cantante irlandesa lleva esperando desde hace más de una década, un trabajo absolutamente entregado a la pista de baile desde el primer segundo al último. De hecho, en el contexto de la discografía de Róisín, ‘Róisín Machine’ es el álbum más bailable de toda su carrera en solitario y como integrante de Moloko.

El nuevo disco de Róisín, producido enteramente por el gran DJ Parrot, un icono de la música electrónica, se recrea en los «grooves» de la música disco que sonaba a finales de los 70 y principios y mediados de los 80, también en cuanto a duraciones, pues algunas pistas superan los 6 y 8 minutos de duración (es la época dorada de los 12 pulgadas). El largo también se recrea en una atmósfera sucia y sudorosa, llevándonos al ombligo de lugares míticos de la noche neoyorquina como el Paradise Garage o el Studio 54. Y una de sus composiciones destacadas es también una de las más sofisticadas, ‘Shellfish Mademoiselle’.

Alejándose de la agresividad y contundencia de cortes como ‘Simulation’ o ‘We Got Together’, ‘Shellfish Mademoiselle’ opta por capturar un instante de magia maravillosa en la pista de baile. O en la «cocina» de casa de Róisín, porque la canción es también una oda explícita al baile dentro del contexto en el que se encuentra actualmente la humanidad, con las discotecas cerradas por la pandemia. «¿Cómo te atreves a condenarme a una vida sin bailar?», reta Róísin en la letra, antes de preguntarse si no será ella una «señorita egoísta» por querer bailar incluso «en un momento como este». La cantante se pregunta entonces si «alguna vez será un buen momento» para volver a la pista cuando su cuerpo «no puede dejar de vibrar» y tampoco puede evitar «seguir pasándoselo bien». El tema llega a su final con una conmovedora despedida a través de la que Róisín regresa a la pista… para quedarse por toda la eternidad: «estaré lejos, la vida es demasiado corta».

Un gran homenaje al baile este ‘Shellfish Mademoiselle’ cuyo mensaje es crucial en el concepto de ‘Róisín Machine’, trabajo al que la cantante ha llamado su «manifesto». En The Quietus, la autora de ‘Murphy’s Lawha compartido una inspiradoras palabras sobre la necesidad de bailar: «Por favor, no dejéis de bailar: esta es otra parte de mi manifesto. Yo bailo en el parque y en mi casa. Los científicos saben que bailar es la mejor actividad cardiovascular para tu cerebro. Es matemáticas, movimiento, absurdidad y poesía. Es una cosa mágica. Yo nunca dejé de bailar… y este disco me hace volver a la época en que era aquella chica que vivía en Stockport y flipaba escuchando a Biting Tongues mientras me revolcaba en mi sofá de color naranja».

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Publicado por
Jordi Bardají