Ante la llegada de la noticia a los medios, Taylor ha compartido en redes una pequeña actualización respecto a la situación de los «masters». En un comunicado, la autora de ‘folklore‘ explica que ella y su equipo intentaron comprar dichas grabaciones, pero que Scooter les hizo firmar un acuerdo de confidencialidad según el cual la artista no podía hablar negativamente del magnate en los próximos años. Un acuerdo, en palabras que Taylor cita de sus abogados, «nada normal» y que suele darse en casos de abusos sexuales, con intención de «silenciar a un acusador». Taylor indica que Shamrock Holdings le envió una carta informarle por anticipado sobre la compra a pesar de que su acuerdo con Scooter requería que no contactaran con ella ni con su equipo en absoluto. Más adelante, Taylor señala que había considerado colaborar con la empresa pero que huyó de la posibilidad al conocer que Scooter sigue teniendo una mano en las grabaciones y por tanto seguirá beneficiándose económicamente de ellas.
En la última parte de su comunicado, Taylor confirma que ya ha emprendido la ardua misión de regrabar sus primeros seis álbumes de estudio para así ser la única propietaria de sus grabaciones originales. Y al contrario de lo que pueda parecer, la artista señala que la tarea le está resultando de lo más «emocionante» y «gratificante». Incluso asegura que se encuentra «preparando un montón de sorpresas» y que no puede esperar a que sus fans escuchen «lo que se está tramando».
En otro orden de cosas, Taylor ha sido noticia esta semana por aparecer en la nueva portada de la revista Rolling Stone junto a Paul McCartney, en una edición llamada «músicos que hablan con músicos». La autora de ‘betty‘ ha escrito: «Me llevó un día confirmar lo que he sospechado durante años, que Paul McCartney es la persona más encantadora que existe».