Yana se ha desatado aquí; ha abandonado el inglés de su primer EP y se dedica a lanzar puñales extraños. Quizás ha perdido parte de esa candidez de pop lo-fi, pero a cambio ha ganado en cromatismo: en este álbum hay K-Pop, autotune, techno-pop de dormitorio, música urbana, mákina, happycore y distorsión. Todo unido en un compendio de furor y hastío adolescentes, en que caben el romanticismo averiado, el humor, los ansiolíticos y la melancolía como estilo de vida.
Yana no lo pone fácil, por eso. La producción busca que las canciones resulten deliberadamente irritantes; una no sabe si eso es baza o lastre, porque la escucha de este disco puede poner la cabeza como un bombo pero, a la vez, le otorga un marchamo de estilo propio. El inicio, por eso, es de los fulgurantes, primero con la breve ‘Lolita’ y su pegadizo mantra: “trastornos, pastillas, enferma, Lolita”, breve y machacona. Y segundo con ‘Cáliz de sangre’, debidamente enervante y seductora, con su certera melodía envuelta en distorsión electrónica, autotune y arreglos casi barrocos; toda una declaración de principios repleta de imaginería de terror, que consigue una pieza próxima al death metal, aviesa pero encantadora a la vez: “Aquí están todos muertos menos tú y yo”.
La humorada ‘Hola tío!’ es una descacharrante historia de acoso machista y venganza que puede horrorizar, descolocar y finalmente triunfar por su pitufismo, sus ritmos quebrados, la violencia y su final machacón. En ‘Xti’ colabora Valverdina (alias de María Talaverano de Cariño), y es una declaración de amor y romanticismo muy 2020, lo más urban de todo el álbum, entre lo siniestro (“Por ti dejaría de tomar pastillas, por ti que he dejado de hacerme daño”) y lo naïve (“no he pillado tabaco por invitarte a un postre”).
Hay un cierto retorno a sus primeros temas en ‘Quiero un castillo’, dream pop ensimismado, hermoso pero amargo. O en el desamor resentido hasta el paroxismo de ‘Otra vez’: “No quiero verte jamás, prométeme que morirás”, con un pie en la extrañeza electrónica a lo BSO de Angelo Badalamenti. Pero también hay concesiones, como una carta de amor al… Lorazepam (‘Lorazepam 5mg’), en que perversamente Yana entona: “Tú, solo tú, me haces sonreír”.
A pesar de todo lo exasperante que puede resultar la escucha; de que quizás, puestas en una balanza, me gustan más sus temas anteriores que los este LP en concreto; ‘Lucero del Alba’ es un disco que tiene la virtud de clavarse en el cerebro. Extraño, con un poso insano y perverso, pero también ingenuo e infeccioso, personalísimo.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Lolita’, ‘Cáliz de sangre’, ‘Xti’, ‘Quiero un castillo’
Te gustará si te gusta: Rebe, Cariño, PC Music
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