Asociada al sello PAN, Eartheater es compañera de Arca, Yves Tumor o Amnesia Scanner y además es integrante de Guardian Angel, pero en lo musical va completamente a su bola y practica una especie de de folk post-apocalíptico que absorbe todo tipo de influencias. Los primeros compases de ‘Phoenix: Flames Are Dew Upon My Skin‘, nuestro «Disco de la Semana», remiten a la obra más acústica de Grouper, pero luego el disco nos puede llevar por el post-folk digitalizado de un Bon Iver, por las orquestaciones de una Björk o por las melodías de guitarra noventeras de unos Cranberries.
¿Cranberries? Sí, en serio, y no solo por las melodías: el timbre de Alexandra se parece mucho al de Dolores O’Riordan, como demuestra el tema ‘Fantasy Collision’: es una pena que las colaboraciones de Dolores con Angelo Badalamenti no se encuentren en Spotify para agregarlas a la playlist de música parecida a ‘Phoenix: Flames Are Dew Upon My Skin’ que hoy os presentamos. Nosotros nos decantamos por ‘I Still Do
‘ pues, al fin y al cabo, el debut de Cranberries es su disco más fantasmagórico.¿Más posibles puntos de fuga en este disco grabado, por cierto, en Zaragoza? La folktrónica no es un invento nuevo y esta etiqueta sobrevuela muy evidentemente cortes como ‘How to Fight’, por lo que añadimos en la playlist temas viejos de DM Snith o, desde España, El Hijo: dos artistas que también hicieron virguerías con las guitarras y la electrónica, muy a su manera. Por otro lado, las alas de dragón de la portada de ‘Phoenix: Flames Are Dew Upon My Skin’ tienen su razón de ser: el neomedievalismo es una influencia reconocida por Eartheater y su trabajo invita a pensar en la primera Soap & Skin, en la revelación Oklou (por algún tema en concreto) y en Caroline Polachek. Dato: Eartheater toca la guitarra en ‘Ocean of Tears’.
Otras referencias que surgen al escuchar ‘Phoenix: Flames Are Dew Upon My Skin’, disco que reseñaremos próximamente, son las contemplaciones bucólicas de ‘Feels‘ de Animal Collective, el noise contemporáneo de gente como Pharmakon o The Body, el pop satánico de Lingua Ignota, el pop rudimentario de CocoRosie, las chifladuras vocales de Meredith Monk o Diamanda Galás y, cómo no, por supuesto, Kate Bush, una de las mayores influencias de Alexandra hasta el punto de que la artista ha llegado a versionar ‘Babooshka’.