Discos

Mon Laferte / SEIS

14 años viviendo en México, los 2 últimos en la pequeña localidad de Tepoztlán literalmente «viendo caballos pasar», han llevado a la chilena Mon Laferte a publicar su disco más empapado de la música folclórica del país norteamericano. El visionado de un documental de Chavela Vargas, otra mexicana de adopción, ha inspirado a la artista a ahondar en mariachis, rancheras y corridos, incorporando acordeones, vihuelas, tubas y trompetas, colaborando con gente como Alejandro Fernández (que aparece en el single ‘Que se sepa nuestro amor‘) y alguna banda. No se han abandonado por completo los ritmos de otras procedencias, pero sin duda ‘SEIS’ es un álbum menos salsero y menos swing, por ejemplo, que el anterior, el formidable ‘Norma’.

Este también es el primer disco de Mon Laferte desde que hiciera historia al presentarse en la alfombra roja de los Latin Grammy en topless con un mensaje sobre su pecho que rezaba «en Chile torturan, violan y matan», y son varios los mensajes políticos que encontramos a lo largo de este disco. El más evidente es ‘La democracia’, en la que cuestiona la existencia de la misma, apelando a «la masacre a los estudiantes», a la «violencia» y la «matanza», a los «migrantes». Demanda: «Que alguien me explique lo que pasó (Por la democracia, la democracia) ¿Me confundí o alguien me mintió?». Ha dicho en las entrevistas: «la democracia es como la puta del mundo, porque la usan como estandarte y bandera para todo». Este es el mensaje social menos sutil del álbum, pero no el único. El feminismo ocupa también una parte importante.

El último single de ‘SEIS’ de momento es ‘La mujer’ junto a Gloria Trevi, escogida sin duda por su cualidad de «pelo suelto». Una composición contra «el hombre que lo controla todo» que quiere «que todo se haga a su modo», sobre el rol que tiene que cumplir «la mujer» en esta sociedad. Un tema del que Mon Laferte ha ido rebajando su letra a lo largo de la pandemia tras haberla escrito muy enfadada hace un par de temporadas. Mientras ‘Te vi’ está dedicada a su madre, ‘Calaveras’ nos habla sobre el feminicidio y es muy significativo el tipo de producción que se ha dado a ‘Se va la vida’, una canción dedicada a las presas de Valparaíso en Chile, sobre todo a las mujeres que entraron en la cárcel por delitos menores y a las que no se va a dar una segunda oportunidad. Hablando de «niñas» y «abuelas», ha sido grabada en el sur de México, en la zona de Oaxaca, junto a una banda de 20 mujeres de 14 a 40 años, precisamente para reforzar su temática.

La ostentación y el derroche, el «chantaje emocional en la pantalla del celular» ocupan ‘Esta morra no se vende’, si bien ‘SEIS’ vuelve a ser ante todo una colección de canciones de amor y desamor, que luchan por quitarse de encima la obsesión por el amor tóxico y posesivo. Quizá por eso la arrolladora y vengativa ‘Aunque te mueras por volver’, inspirada abiertamente en el sonido James Bond y Manuel Alejandro, no ha sido aún un single pese a ser la más vistosa de todo el disco; y se ha escogido en su lugar ‘Se me va a quemar el corazón’, en la que propone «desaprender el amor». En su vídeo, centrado en el mundo taurino, Laferte representa al «toro», cuestionando la importancia de la mujer en la sociedad, frente al «torero»/»macho a la antigua». De ahí la portada del álbum.

Escrito en tiempos más recientes, pues algunas canciones datan de antes de la pandemia, el corrido ‘No lo vi venir’ celebra el encuentro con el amor; más o menos igual que ‘Amado mío’, de final un tanto trip hop; mientras la bossa nova de ‘Canción feliz’ es más agridulce. «Tengo un triste fado en mi corazón (…) Tengo un pobre tango y su bandoneón», dice su letra, embadurnada de la nostalgia que la artista ha sentido durante este año de aislamiento.

Dice el texto que oficialmente presenta ‘SEIS’ que este disco es «la despedida a una etapa». En la misma ‘Calaveras’, Mon Laferte lidia con esta necesidad: «Quiero dejar atrás estas penas, quiero penas nuevas, otros dolores». Actualmente afirma que está trabajando en material nuevo que va a ser todo lo contrario a esto, pues está apegada «totalmente a la máquina». De momento, puede presumir de haber afrontado la música tradicional 1) con un ímpetu arrollador, tamaño Chavela o Rocío Jurado, muy pocas veces visto en el panorama actual y 2) con un mensaje que huye de las malas costumbres.

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Publicado por
Sebas E. Alonso