Odio un poco a Lisasinson. Digamos que pasarme todo el **** día cantando «me pondré mis mejores braguitas y rezaré» no era mi bienvenida perfecta a esta primavera, no ya «a mi edad» sino a ninguna que haya conocido de momento. Así es esto del pop: más de 40 años después de la Edad Dorada de los Ramones, lo que pueden y deben hacer los seguidores del género -las seguidoras, en este caso- es dar con frases, melodías o ideas que se nos graben a fuego, y para siempre.
Al grupo valenciano formado por Míriam Ferrero (voz y guitarra), Mar Espinosa (guitarra y voz), María Martínez (batería y voz) y Paula Barberán (bajo y voz) se le ha dado muy bien dar con ese algo desde la primera vez que escuchamos su hit primigenio, ‘Barakaldo’, hace un par de años. Aquella «canción irónica sobre lo imbécil que te vuelves cuando te enamoras», en concreto sobre el día en que el amor te vuelve «gilipollas integral», que suma ya medio millón de escuchas en Spoti, aparece en el disco ‘Perdona mamá’ (sic) que esta semana ha publicado Elefant. Solo que diluida en el penúltimo lugar de la cara B, después de muchas otras cosas que Lisasinson han ido dando a conocer durante este tiempo.
‘Atasco’, con coros de vocación 60’s y cierta angustia existencial, reivindicativa y abiertamente feminista, dedicada a «las mujeres que ya no están» («en esta negra ciudad, las chicas ya no volverán a bailar jamás»), abre con un estribillo totalmente presto para el «sing along» y un punteo irresistible. ‘Volverte a enamorar’ es la más espídica y rima «montar una banda» con «ir en tu Seat Panda», con bastante gracia, la que aporta haber escuchado mucho más a Los Fresones Rebeldes que a Estopa.
Y muy especialmente ‘Canción para mi crush’ puede ser la mejor composición de Lisasinson, pese a ser la más larga: va progresando de un medio tiempo a una parte más agitada, por el camino tiene tiempo de coquetear con el beat reggaetón más típico, aunque lo más interesante es que su aparente devoción sin condiciones hacia el chico de «mala hostia» y esas «putas pecas que ponen a saco» solo puede ser irónica en 2021. Ahora que está en boca de todos el podcast «Sólo me hablas de movidas de hace 20 años«, es llamativo que el llamado «tonti-pop», a día de hoy, contenga más mensaje que las composiciones de otros artistas, de corte más intenso.
Entre canciones tan efectivas como ‘Discoteca’, muy Pegamoides pero adaptada a los infelices tiempos de «Instagram» («todos nuestros ídolos lo están haciendo mal»); ‘Tú y yo’ habla de un desamor que genera «ganas de vomitar», y un par de canciones aportan cierta variedad. Primero ‘Todo me da igual’, con su riff inicial a lo Pixies, y luego muy especialmente el cierre de ‘La isla’, la típica canción «diferente» que tanto gusta a Los Punsetes -otros de sus referentes expresos- meter en sus discos. En estos días en que la deriva de los grupos noveles puede ir hacia prácticamente cualquier sitio (y para muestra la carrera de Novedades Carminha), será un placer averiguar si estamos ante las nuevas Cariño o más bien ante las nuevas Nikis. Mis bragas, en cualquier caso, ya las tienen.