Buena pareja sin serlo, Bobby Gillespie y Jehnny Beth publican un disco conjunto esta semana, en principio unidos tanto por su interés por lo experimental al frente de Primal Scream y Savages, como por su gusto por lo clásico. Se conocieron en un concierto de Suicide cuando Alan Vega aún estaba vivo, y allí interpretaron una versión de ‘Dream Baby Dream’, terminando por hablar de su gusto en común por gente como la malograda Tammy Wynette. Un año después de aquello, en 2016, Jehnny Beth se unió a Primal Scream durante un concierto para hacer de Kate Moss en su versión de ‘Some Velvet Morning’, la obra maestra mayúscula de Lee Hazlewood y Nancy Sinatra, cuya adaptación Primal Scream habían incluido en el infravalorado ‘Evil Heat’.
Al unirse en un proyecto paralelo han decidido dejar de lado su vena más experimental, y es una pena porque ambos han sido en diferentes momentos firmes representantes del sonido del siglo XXI, pese a venir Gillespie de décadas más remotas (¿alguien se ha olvidado ya de cuando era batería en The Jesus & Mary Chain?). ‘Utopian Ashes’ renuncia a ser un disco tan revolucionario como ‘XTRMNTR’, por ejemplo, para ahondar en su lugar en el sonido de los 60 y los 70, quizá porque el disco, con alguna salvedad como la referencia a los inmigrantes de ‘English Town’, documenta un divorcio ficticio, una relación de amor en absoluta decadencia.
Son diáfanas las letras en ese sentido, de lo más explícitas y narrativas. Un ejemplo sería la muy Badalamenti ‘Remember We Were Lovers’: «¿recuerdas que fuimos amantes? Hace tanto tiempo / Y ahora el amor es solo un recuerdo / que las viejas fotografías mostrarán / Nunca querías abrazarme / o besarme ya más / Puede que durmamos juntos / Pero en realidad estamos solos». Y otro igual de ilustrativo, es el de ‘Living a Lie’: «Estás fuera hasta tarde / No vienes a casa en días / No sé dónde estabas ni con quién / ¿Y te preguntas por qué ya no tengo sexo contigo? / Sin confianza, ¿cómo puede haber amor?».
Es realmente excepcional encontrar a Bobby Gillespie, tan conocido por el público por canciones como ‘Swastika Eyes’ o ‘Rocks’, en esta tesitura. Pues además hay que señalar que el papel de Jehnny Beth es muy secundario, salvo excepciones. A nadie puede extrañar que este disco se haya etiquetado finalmente también como una obra de Primal Scream, puesto que Andrew Innes ha escrito letras y ha tocado guitarras y bajos, Darrin Mooney ha tocado la batería y Martin Duffy los pianos. ¿Es por tanto un álbum de Primal Scream, solo que un poco más personal para Bobby, y con unos coros muy puntuales de Jehnny Beth?
Esa puede ser la mayor decepción de ‘Utopian Ashes’: que lo que podría haber sido un gran disco de dúos, como tantos se han hecho en recuerdo de Nancy & Lee, desde She & Him a Tracyanne & Danny, no termina de definir qué representa para cada uno de sus integrantes. Por un lado, ni es un disco desgarrado por parte de Gillespie (que según The Guardian sigue felizmente casado con su mujer), ni Jehnny Beth tiene suficiente protagonismo en esta historia ficcionada.
Lo cual no quiere decir que carezca de momentos mágicos: nunca había sonado ella tan cerca de Patti Smith como al principio de ‘Your Heart Will Always Be Broken’ (o en ‘Stones of Silence’); pocas veces hemos oído a él cantando sobre pianos tan hermosos como el de esta canción o muy especialmente ‘English Town’, la composición más afrancesada del conjunto y la gran joya de la corona. ¿Para cuándo un larguísimo tributo a Serge Gainsbourg por parte de Bobby Gillespie y Jehnny Beth?