Música

Kacey Musgraves / star-crossed

El divorcio de Kacey Musgraves ha sido una de las noticias más inesperadas que ha dejado el mundo musical en el último año. Parecía difícil de creer que una persona que había sido capaz de retratar la felicidad de la vida matrimonial de una manera tan sublime como hizo en ‘Golden Hour‘ -uno de los discos clave del siglo XXI– se hubiera quedado sin ese amor que tan feliz le hacía. El disco siguiente de Kacey no podía ser otra cosa que un disco post-divorcio y ‘star-crossed’ se suma a una tradición en la que encontramos trabajos tan queridos como ‘Blood on the Tracks’ de Bob Dylan, ‘Rumours’ de Fleetwood Mac, ‘The Visitors’ de ABBA o ‘Here, My Dear’ de Marvin Gaye.

De título anacrónico que se traduce en «malhadada», «desgraciada en el amor», el cuarto álbum de estudio de Kacey Musgraves relata el fin de su relación con el cantautor Ruston Kelly de manera cronológica, pasando del mayor de los dramas (‘star-crossed’) a la mayor de las gratitudes (‘gracias a la vida’) y dejando una serie de interesantes grises a su paso en los que Kacey explora temas como el resentimiento (‘justified‘), el idealismo (‘if this was a movie..’), la masculinidad tóxica (‘breadwinner’) o la necesidad de mantener el optimismo (‘keep lookin’ up’). Volviendo a su concepción, el disco empieza a tomar forma cuando Kacey se somete a un viaje psicodélico guiado que resulta ser «profundamente gutural, espiritual y aterrador pero también extremadamente útil» y con el que busca «transformar mi trauma y mi dolor en otra cosa». Después del viaje, Kacey decide que su nuevo disco estará inspirado en el género dramático de la tragedia griega y que estará dividido en «tres actos: la explicación, el clímax y la caída, y finalmente la resolución».

Dicha inspiración puede llevar a engaño por dos motivos: por un lado, ‘star-crossed’ no es un disco sesudamente conceptual y de farragosa secuencia llena de títulos imposibles y, por el otro, tampoco es un trabajo especialmente dramático. Si algo ha unido siempre todas las canciones de Kacey es la sabia serenidad dentro de la cual existen y las que componen ‘star-crossed’ no son ninguna excepción. De hecho, son incluso más reflexivas que las del álbum anterior, a veces hasta el punto de dejarnos melodías no demasiado recordables (‘camera roll’, ‘hookup scene’, ‘what doesn’t kill me’); en tanto sus letras pueden tocar herida en algún momento puntual pero ni son demasiado explícitas ni están en absoluto llenas de reproches o rencor. Kacey ni olvida los buenos tiempos ni se pinta como la buena de la película todo el rato. No hay que olvidar que Ruston y ella siguen siendo amigos.

Musicalmente, ‘star-crossed’ tampoco se desvía de la evolución hacia el pop expuesta por la cantautora de Texas en ‘Golden Hour’. El country tradicional de sus dos primeros trabajos vuelve a dejar paso a un soft-pop-rock y folk-pop suaves y melosos a los que Kacey suma aún más matices electrónicos. Cuenta la artista que durante la composición del álbum le inspiró la música de Sade, Daft Punk, Weezer o Bill Withers pero las atmosféricas ‘if this was a movie..’ e ‘easier said’ suenan a la Dido de los dos primeros discos para bien; el single ‘simple times’, en el que Kacey reflexiona sobre la tranquilidad de la vida pre-adulta, contiene un arreglo de teclado de lo más pintón, muy Mac DeMarco; ‘cherry blossom’ es puro indie-pop con brillantina y el álbum se abre con un épico mariachi espacial en el que Kacey es capaz de presentarnos la historia del disco y, a la vez, fusionar el sonido de su origen texano con las nuevas ideas que el elepé explora.

Antes de llegar a su interesante versión de ‘Gracias a la vida’ de Violeta Parra, Kacey nos ofrece una serie de canciones estupendas que rara vez alcanzan las cumbres de ‘Golden Hour’ pero que ganan con las sucesivas escuchas. La adictiva ‘good wife’ nos pone en la piel de una persona absolutamente entregada a ser la esposa perfecta pero que, en el fondo, está invadida por las dudas; ‘justified’ es un single oscuro pero esperanzado que remite con gusto a la canción pop de cantautor de los 90; ‘angel’ es una balada pop-folk conmovedora en su sencillez, en la que Kacey afirma que no es esa mujer angelical que Ruston cree; ‘easier said’ equilibra lo envolvente de su producción con una melodía preciosa y ‘keep lookin’ up’, la joya escondida del disco, nos devuelve a sus inicios country en otra de esas composiciones sosegadas, sencillas, perfectas y llenas de sabiduría que solo Kacey puede hacer.

La versión de Kacey de ‘Gracias a la vida’, canción que descubre en realidad gracias a la versión de Mercedes Sosa, enmarca su universal mensaje en el interior de una producción experimental que hace sonar la letra como si regresara de diferentes épocas hasta llegar al futuro; un interesante experimento de poesía sonora aplicado a la forma de canción clásica que subraya la capacidad de ‘Gracias a la vida’ de reencarnarse en el tiempo. Algunas canciones de ‘star-crossed’ nunca tendrán esa suerte: ‘breadwinner’, en la que Musgraves nos cuenta, casi a modo de secreto, que Ruston se ha sentido «inseguro» ante el éxito de ella; parece esconder un hit pero en realidad no lo hace, la acústica ‘hookup scene’ es agradable sin llegar a tocar la fibra sensible, ‘camera roll’ es una nana que efectivamente incita más al sueño que a otra cosa y ‘there is a light’ es un curioso ejercicio de disco vintage que suena mejor en el contexto del álbum que separado de él.

La buena noticia que trae ‘star-crossed’ es que Kacey se encuentra en un buen momento emocional, la mala es que su divorcio no ha hecho que se le avive más si cabe la llama de la inspiración, como ha ocurrido tantas veces a lo largo de la historia. La mayoría de las composiciones vuelven a ser intachables en fondo y forma, pero la secuencia es menos sólida que la de ‘Golden Hour’ y eso hace que la escucha desfallezca en ciertos puntos. Sin embargo también es de agradecer que Kacey no haya hecho el típico disco post-divorcio lleno de amargura hacia la otra persona. Volviendo a hacer gala de su sabiduría, incluso después de haber vivido una situación tan traumática ella ha preferido entregar un disco pensado, reflexionado, en absoluto impulsivo o visceral, y esta madurez impregna todas sus nuevas canciones en el mejor de los sentidos.

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Publicado por
Jordi Bardají