Alizzz se encuentra en un momento profesional espléndido. Ya ni nos acordamos de los tiempos en que sacaba epés de electrónica aunque aquellas producciones fueran bombazos. En 2018 nos contó que una tal Doja Cat había usado ‘In Chains’ de base para una canción, pero ahora es él quien posa en la alfombra roja de los Latin GRAMMYs con tres premios en los brazos. ‘El Madrileño‘, el disco de C. Tangana producido por él, es obviamente uno de los más importantes que han salido este año y ha puesto su nombre en el mapa internacional como ningún otro de sus trabajos lo había hecho hasta ahora. Sin embargo, el álbum debut de Alizzz como artista de pop es otra cosa.
‘Tiene que haber algo más‘ rechaza la ambición expuesta en ‘El Madrileño’ para explorar una vía mucho más depurada y pop que le aleja del foco mediático y las alfombras rojas y le acerca a las salas de conciertos. Te sorprenderá descubrir, leyendo esta entrevista, que Christian Quirante se crió escuchando Brit pop y dream pop pero, cuando escuches el disco, te parecerá que tiene todo el sentido del mundo. Hablamos con Quirante sobre nuestro Disco de la Semana, su trabajo con Amaia o su paso por los Latin GRAMMYs.
No suelo entrevistar a los artistas el mismo día en que sale su disco. ¿Cómo te sientes?
Estoy tranquilo porque el disco ha quedado súper redondo, a nivel conceptual y de discurso ha quedado clara la historia y con Rafa Castells ha quedado súper redondo el tema estético. Estoy tranquilo por haber hecho el curro de puta madre y ahora lo que me apetece es disfrutar de no hacer nada y pensar en lo guay que ha sido este año.
¿Qué valoración haces del último año?
Ha sido el mejor año de mi carrera de lejos. Hace unos años sentía que estaba metido en un valle, que estaba un poco estancado, sin saber adónde ir, pero duró poco y cada año que pasa tengo más la sensación de que tengo una propuesta interesante que hacer y que el mundo la recibe guay.
¿Te refieres cuando viviste un «crack personal» en 2019?
Estaba superado con todas las cosas que estaba haciendo, que eran demasiadas cosas a la vez. Mi identidad como artista se estaba diluyendo, estaba demasiado metido en la rueda de hacer música y viajar. Pero me refiero más bien a un problema de estancamiento musical, de no saber adónde estábamos yendo, de pensar que estábamos perdiendo la frescura. Necesitaba hacer una propuesta artística creativa, que me llenase. A veces estás tan metido en la realidad de tu éxito como productor que olvidas que tú también eres un artista que necesita expresarse de una manera más particular. Así salieron mi proyecto y ‘El Madrileño‘.
Antes mi identidad como artista se estaba diluyendo, estaba demasiado metido en la rueda de hacer música y viajar
¿Cuál fue el momento de inflexión?
Ese momento de reventar, de decir «por aquí ya no puedo tirar más, necesito expresarme de otra manera». Y encontrarme a mí mismo en un sonido más de guitarras, más indie. Un día cogí la guitarra, toqué unos acordes que me sonaron a Placebo o a Los Planetas, de repente mi voz cuadró ahí y no entendía nada. Me salían letras sobre la fiesta, el amor instantáneo… Fue una especie de epifanía y me salió todo natural, sin pensar, aunque creo que hay todo un trabajo de subconsciente detrás que me ha llevado hacia este proyecto.
Has cogido una vía semi alternativa, el disco suena a salas de concierto, a underground. ¿Has buscado escapar un poco de tu éxito con C. Tangana?
La música que estoy haciendo viene referenciada a la música que yo he escuchado toda mi vida, en paralelo a la que he venido haciendo en los últimos cinco años, que es más urban. Mi identidad estaba un poco más diluida en esos géneros y la vi más claramente en un sonido más alternativo, pero no había nada racional en ello. Como artista -no como productor- yo no podría hacerme un reggaetón, tiro más por las guitarras.
¿Qué artistas te han influido?
La música que más escucho es el dream pop y el shoegaze, como The Cure o Cigarettes After Sex. Ahora estoy quemando el EP de Beach House. La atmósfera del dream pop me atrae mucho. Y cuando iba al instituto y a la universidad me impactó toda la movida del Brit pop. Con el Brit pop me di cuenta de que la música era más que escucharla en un viaje en coche. Blur, The Verve o Pulp son grupos que sigo escuchando a día de hoy.
Blur, The Verve o Pulp son grupos que sigo escuchando a día de hoy
¿Soy yo o las guitarras de ‘Amanecer’ suenan muy Brit pop?
Total. No sé a qué grupos suena, no te podría mencionar una referencia concreta, pero el tipo de acordes, el sonido y la atmósfera que se crea con todos estos elementos lleva a la época del Brit pop más noventera. Para hacer cosas más elaboradas con la guitarra llamé a David Soler, al que tengo que agradecer el diseño de sonido de las guitarras en este tema porque suenan increíbles.
Yo percibo cierta influencia del post-punk en el disco, pero entiendo que tú post-punk no escuchas.
El post-punk no es algo que me haya marcado, no es una súper influencia para mí. Yo vengo más del Brit pop y del dream pop. Aunque yo creo que el dream pop tiene un poco de post-punk, es una reinterpretación de todo eso.
¿Cómo surge la colaboración con Rigoberta Bandini?
Tengo un poco de fetiche con currar con gente de Barcelona porque siempre ha sido una ciudad de propuestas de vanguardia y creo que, en los últimos tiempos, hemos perdido un poco el norte. Madrid se ha convertido en un imán de cultura, todos los artistas de un tiempo a esta parte van para allá y creo que nos tenemos que hacer fuertes aquí. Además, el proyecto de Rigoberta me parece uno de los más interesantes que hay ahora mismo en el panorama sin ninguna duda.
‘Amanecer’ es un retrato del mañaneo y se la propuse a Rigoberta porque ella es muy fiestera, y cuando la escuchó se sintió muy identificada, así que la terminamos juntos en el estudio.
Pega unos gritos que parece su canción.
Ayer me llamó para contarme que la estaba escuchando en un taxi y que se la estaba gozando, está muy contenta con la canción y yo también.
«He producido todo el disco de Amaia»
¿Cómo es trabajar con Amaia? ¿Intentas no sonar paternalista?
Yo a ella la escucho todo el rato lo que dice. Hay ciertas decisiones que toma en las que a priori no estoy de acuerdo, pero en su proyecto ella es quien tiene la razón y yo soy el que le sigo a ella. A veces yo haría las cosas de otra manera pero ella tiene una identidad tan clara que romper eso es un sacrilegio. Y, aunque sea joven y tenga una manera peculiar de explicar las cosas, creo que vale la pena hacer el esfuerzo de entender lo que te está intentando decir y plasmar esa visión, porque ese es el diamante que tiene ella.
¿En qué cosas no os ponéis de acuerdo?
Ella es más clásica con las armonías y yo huyo de resolver canciones en acordes dominantes. Ella busca una resolución de acordes más clásica y yo busco cosas más extrañas, pero este tipo de cosas son las que le hacen sonar a ella. Amaia tiene muchos referentes del pop clásico y dosmilero que yo no tengo. Cuando trabajo con ella intento llevarme las cosas hacia mi terreno pero al final, todo suena a ella y todo el disco que hemos hecho suena a ella.
¿Cuál es tu contribución al disco de Amaia?
Yo he producido todo el disco y he participado activamente en la composición con ella y con otros compositores, pero básicamente el disco lo hemos hecho ella y yo juntos.
En realidad ‘Quiero pero no‘ suena a lo que has hecho en tu disco. ¿Qué hace Confeti de Odio por aquí metido?
La canción partió de una sesión que hicieron Lucas y ella, que son amigos. La canción estaba ya hecha a guitarra y voz y yo le acabé de dar la estética. ‘Quiero pero no’ la veo bastante joyita a nivel de producción, tiene muchos detalles, como esos gritos que suenan por detrás. Tiene un punto estético muy elaborado.
‘Ya no vales‘ es una canción que C. Tangana y tú os dedicáis a vosotros mismos?
100%. Originalmente la canción hablaba sobre mí, la escribí porque la pérdida de la inspiración es un tema no que me obsesione, pero sí que tengo en la cabeza. Cuando trabajaba de programador y estudiaba telecomunicaciones no tenía una vida plena y desde que me dedico a la música estoy eufórico, me siento realizado y me da miedo perder la magia y, de repente, no poder dedicarme a ella. Me da miedo sentarme al piano o delante del ordenador y que no salga nada, ni un sonido. He hablado mucho con Pucho sobre este tema, sobre el miedo a que, un día, el público se dé cuenta de que no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo y ya no nos compre la movida. Le enseñé la canción porque sabía que se iba a sentir identificado con ella y así fue.
Desde que me dedico a la música estoy eufórico, me siento realizado y me da miedo perder la magia y, de repente, no poder dedicarme a ella
Diría que, cuanto más cultivas tu inspiración, cuanto más tiempo pasa, mejor eres en tu oficio, pero tú hablas de ella como si fuera una cosa que puede desaparecer para siempre.
La inspiración para mí es totalmente impredecible y depende de quien eres tú en cada momento. El otro día hablaba con Jorge Drexler y me contó que su momento de mayor inspiración llegó cuando nació su hija y él era ya bastante mayor. La inspiración no siempre va a estar ahí pero tienes que saber jugarla, tienes que saber envejecer y no repetirte.
¿Estás preparado para la montaña rusa que puede ser dedicarte a la música?
Con mi proyecto no quiero entrar en el ciclo de la música mainstream, no quiero tener unos tiempos ni una manera de hacer marcadas por los ritmos de la discográfica y del consumo. Acabo de ganar 3 Grammys, este proyecto lo siento súper redondo y creo que me puedo permitir trabajar acorde a cómo yo siento las cosas y a mis tiempos. Intentaré no fijarme tanto en lo que está pasando en el mundo y enfocarme en mis proyectos, hacerlos tranquilamente. Y empezaré a hacer conciertos.
¿Ya hay algo anunciado?
El primer concierto es en el festival Monopol de Tenerife el 11 de diciembre. Y, como «headliner», los conciertos siguientes serán en enero en Barcelona y Madrid y se anunciarán pronto.
«En casa de J en Granada me sentía todo el rato en una canción de Los Planetas, tuve un momento de fan»
¿Cómo fue la experiencia de acudir a los Latin GRAMMYs?
Cuando fui a Las Vegas estuve ensayando todo el día para la ceremonia, por la tarde estuve haciendo entrevistas y ahora he vuelto y entrado en el ciclo de promoción del disco, así que no he tenido tiempo de asimilar lo que he conseguido. El primer premio que nos dieron por poco no llegamos a recibirlo porque llegamos tarde a la gala, llegamos corriendo.
¿Has conocido a alguien en los Latin GRAMMYs?
Saludé a Bad Bunny. Ese fue el «peak» de celebrity que conocí ahí, pero sobre todo estuvimos con el equipo, con los colegas, no hubo mucho «networking». Coincidí con Jhay Cortez en la red carpet y ahora cuando venga a España nos juntaremos en el estudio a ver si sale algo.
¿Cómo llega J de Los Planetas al disco?
Me flipan Los Planetas y J me parece uno de los grandes compositores de pop españoles de todos los tiempos. Está en el Olimpo con Robe Iniesta, Enrique Urquijo y Antonio Vega, es uno de los grandes. ‘Luces de emergencia’ es un cierre trágico para el disco y, cuando la estaba haciendo, sentí que J tenía que estar en la canción. Se lo propuse y aceptó súper rápido. Estuve con él en su casa, en Granada, viví un momento bastante de fan, yo intenté mantener las formas pero sentía todo el rato que estaba viviendo en una canción de Los Planetas. Nos bajamos con la moto a Granada y yo flipando.
¿Él ha escuchado ‘El Madrileño’?
Sí, me dijo que le gustaba mucho, que le parecía una propuesta muy interesante.
¿Por qué crees en el formato disco?
Porque me lo puedo permitir. Me puedo permitir no seguir los ritmos de la industria y hacer las cosas como me apetecen, y las canciones de este disco tenían cosas en común a nivel de letra y sonido y se entendían todas mejor al darles un empaque estético. Hay un par de temas que me he reservado para lo que sea que haga después porque me empezaban a sonar a otra cosa y quería que el disco fuera sólido como una roca.
¿A qué te empezaban a sonar?
Más a banda, menos electrónicas. Suena todo más destrozado, más oscuro. En lo siguiente que haga voy a hacer otra cosa, no voy a repetir este álbum porque no repetirme es la única manera que tengo de seguir vivo y motivado para hacer música, romper todo el rato con lo que estoy haciendo.