Bonitx ha esperado solo un año para publicar su segundo disco, pero ‘soft butch’ representa una evolución importante en varios sentidos para le artiste no binarie de Barcelona. El principal es el sonoro. El debut de Edu Rubix devaneaba entre la «PC Music y el techno-dream-pop de dormitorio», y el presente opta por asentarse en el R&B de los 80. El segundo tiene que ver con las canciones. ‘Bonitx’ languidecía demasiado, ahogado en toneladas de vocoder que difuminaban demasiado melodías y letras, pero este problema no se repite en ‘soft butch’, sino que Bonitx lo supera por completo.
Edu Rubix ya citaba a Prince entre sus mayores influencias en los tiempos de su primer disco, por tratarse de un artista que era «queer» mucho antes de que esta palabra dominara el lenguaje popular. Bonitx comparte en común con el genio de Minneapolis que escribe, compone y produce todas sus canciones ella sola, y el álbum tampoco teme sonar todo lo comercial posible: aunque el sonido de electro-R&B de ‘soft butch’ es vinculable más bien a artistas tipo Jessy Lanza, Nite Jewel o Junior Boys, a su vez estos artistas no siempre se han atrevido a entregar canciones tan abiertamente pop y comercialoides como las incluidas en este disco. Si nunca pensaste que una canción de Bonitx te pudiera recordar a Bruno Mars -en concreto al último-, escucha ‘al final nada es para siempre’ y date cuenta de tu error.
Las canciones de ‘soft butch’ son simples y directas. Se nota (o eso parece) que Edu ha estudiado al dedillo las progresiones de acordes típicas del R&B y las estructuras de composición que se requieren para construir un hit y, así, en ‘soft butch’ da con una colección de canciones muy definidas, encabezada por una composición conmovedora llamado ‘tan sola’ que habla sobre la soledad que ha sentido en el marco de identificarse como persona no binarie , pero que en absoluto se desinfla pasada esa pista 1.
‘déjate ver’ conforma un single muy claro que te reta a que «no vengas queriéndose usar como una experiencia para jugar», el estribillo de ‘cosa de chicos’ deja huella entre sonoridades witch-house y solos de guitarras eléctrica, ‘nunca te quise besar’, ‘vas a acordarte de mí’ y ‘¡mírame!’ también son ultra «radio-friendly» y ‘vete con alguien normal’ es uno de esos temas que parecen menores pero resultan «growers». En ‘soft butch’, Bonitx se rodea de ambientes cálidos, chasquidos de dedos, punteos de guitarras funky, teclados narcotizados a lo Minneapolis Sound, vocoders a lo Gap Band y otros trucos típicos del género, y entrega una serie de canciones sólidas que se mantienen fieles a su sonido de pop vocoderizado inicial.
La inmediatez del pop sienta muy bien a las canciones de Bonitx y sobre todo a sus letras, que siguen hablando de su experiencia como persona no binarie pero ahora adoptan un tono más «shady» en sus propias palabras; letras en las que Edu viene a contar su historia de «emancipación y empoderamiento». La soledad de ‘tan sola’ da lugar al orgullo e incluso a la confrontación por la ignorancia y violencia que Bonitx observa a su alrededor o dirigida a elle misme, en forma de fetichización o miradas de desconcierto. Los retos se suceden uno tras otro en frases como «soy lo que te da miedo ser» o «no debo nada a tu masculinidad», y una canción recibe el maravilloso título de ‘no me mires, hetero’. «Mírate a ti», apunta elle.
Pero no todas las canciones de Bonitx vienen cargadas de una intención política explícita. Edu canta francamente sobre sus problemas de autoestima o de comunicación social, o retrata tiernos momentos de intimidad, como el de ‘mientras duerme’. Y ‘dame tu tiempo’ es prácticamente una oda a la dignidad: Edu se dirige a una persona para comunicarle que «da igual que no tengas likes, solo tienes que hacerme ver que no eres como los demás» y, quizá en un momento de debilidad, se resigna a pedir «haz ver que te importa lo que hago y lo que siento». Música y mensaje no pueden ser más elocuentes: no extraña que esta canción, pese a ocupar la pista 8 del disco, sea la más escuchada en Spotify solo por detrás de ‘la señal’, el single de presentación de esta nueva era que no ha sido incluido en ‘soft butch’.
Todos los mensajes que transmite Bonitx en ‘soft butch’ quedan claros como la luz del día gracias a lo definidas e inmediatas que suenan las canciones. Aunque quizá solo nos tuviéramos que fijar en el título del disco: Edu se identifica con el término LGBTQ+ que se emplea para referirse a las «mujeres lesbianas que exhiben rasgos de las butch (lesbianas masculinas) sin encajar en su estereotipo asociado». En mi opinión, Edu representa con esta decisión la libertad de ser quien desea ser, y además también refleja el contenido musical de un disco que navega ambos lados, de manera fluida y libre.