Everything Everything proponen algo diferente en su nuevo disco. Es el más personal de su carrera. También el más pop. Pero ‘Raw Data Feel’ se complica la vida de varias maneras. El cantante Jonathan Higgs nos cuenta que le atormentan sus traumas y que utiliza la tecnología para escapar de ellos. También la comida o el consumismo. Para representar este escape del dolor, Everything Everything han utilizado un programa de inteligencia artificial para que escriba parte de las letras del disco o incluso les ayude a diseñar la portada. El grupo ha rizado el rizo más que nunca.
La coartada intelectual de ‘Raw Data Feel’ no era necesaria, pero Everything Everything siempre ha sido un grupo más cerebral que emotivo. De hecho, en sus letras ha solido reflexionar sobre asuntos políticos, pero Higgs no quiere «ser un cantante político por definición». En ‘Raw Data Feel’, el grupo compensa esa actitud cerebral con algunas de sus canciones más inmediatas.
Que Higgs no quiere hablar de sus traumas «directamente» -al menos de momento- es evidente en ‘Bad Friday‘. En 2017 declaró en una entrevista que su «mente insana» le suele meter en problemas, y en ‘Bad Friday’ describe una paliza que sufrió mientras paseaba de noche. El artista ha declarado que «sabe exactamente» por qué se la dieron pero que «no quiere lidiar con ello». Sin embargo, lo mejor de ‘Bad Friday’ es su infeccioso ritmo de afrobeat aderezado de ganchos. Es uno de los singles más directos jamás publicados por Everything Everything. Y hay más.
Las virguerías vocales de Higgs vuelven a ser dignas de comentar en ‘Teletype’, la pista inaugural. Es otro single evidente que situar a medio camino entre el art-rock y los primeros Vampire Weekend, en el que el cantante insiste en que no está preparado para «mirar hacia adentro». ‘I Want a Love Like This’ describe una relación romántica desde un punto de vista optimista pero sospechoso, y su sonido bailable remite a los mejores Hot Chip. ‘Pizza Boy’ habla sobre intentar superar los traumas hinchándose a comer pizza y a comprar por internet, y su melodía es gloriosa. Más kitsch, ‘Shark Week’ se sirve de un ritmo hip-hop y unas trompetas «fake» que suenan más heroicas que una película de ‘Rambo’.
Los traumas de Higgs le llevan a imaginar que prende fuego a un parque de atracciones en ‘Metroland is Burning’. Sus influencias country no son las más atractivas del largo, como tampoco lo es su frase «es Obama en las calles pero se cree que es Osama en las sábanas». En torno a la bonita balada math-rock ‘Leviathan’, que reflexiona sobre la muerte, ‘Raw Data Feel’ se convierte en un disco más difícil de masticar tanto en sus momentos más accesibles (‘Cut UP!’ es redundante en el sonido del disco) como en los más experimentales.
Se agradece el intento de fusionar los mundos de Michael Jackson y Kraftwerk en ‘My Computer’, el ‘Her‘ de Everything Everything, o de capturar la magia de Four Tet en la final ‘Software Greatman’. El grupo incluso coquetea con la torch song de los 60 en ‘Born Under a Meteor’ y con el dancehall en ‘HEX’. Sin embargo, en todo este entramado de letras generadas por un programa informático, historias sobre traumas no superados o sobre «destruirlo todo» como parte de una secta, el grupo pierde ligeramente su deriva melódica. La producción e instrumentación vuelve a ser estupenda, pero ‘Raw Data Feel’ es tan pop que los singles están muy claros. Y están todos colocados al principio.