Música

Casi 10.000 fieles se «casan con el techno» en la resurrección de Paraíso Festival

Puede que ya no lo recuerdes, pero hubo un momento en que el Paraíso Festival dejó de ser una realidad: un año llovió (llovió mucho), y cuando parecía que se iban a asentar como cita imprescindible de Madrid, contrataron nada menos que a FKA twigs… dos meses antes de que el mundo se fuera a la mierda. En 2021 tampoco pudo celebrarse y Paraíso volvió a ser sólo una sauna de esta ciudad, aunque el festi había anunciado una asociación con el Sónar que parece haber caído definitivamente en saco roto.

Pero es 2022 y no hay nada que el público celebre más que un buen comeback: todos hemos aprendido no se puede dar nada por garantizado en esta vida. Paraíso Festival ha vuelto anunciando una versión «reducida», y tampoco es que pueda decirse exactamente que fuera tal, salvo por la falta de algún cabeza de cartel. Miles de personas han acudido fieles a esta nueva edición, en absoluto desangelada, por momentos abarrotada (16.200 asistencias sumando los 2 días), pero siempre sin colas en ninguna barra ni (casi) en el baño, salvo en hora punta. El público ha respondido en su matrimonio con Paraíso Festival, dando a entender cuánto necesitaba un evento de música electrónica finolis en Madrid, en sintonía con esa performance de La Juan Gallery con Silvia Mannequeen que se dejó ver en el recinto. En ella una serie de novixs se «casaban con el techno».

Por la tarde, predominaron los «lives», sobre todo de artistas femeninas. A Charlotte Adigéry y «su hermano» Bolis Pupul les tocó con el sol de cara en el escenario principal, coronado para todos con tremenda bola de espejos y varias pantallas con proyecciones. En estricto formato dúo -Bolis a las bases y ella en directo- repasaron un repertorio con momentos más pop y momentos más arduos en su aproximación electro, en el que destacó el hit ‘Blenda’ y sobre todo la interpretación de ‘HAHA‘. Es ese tema en el que Charlotte, que portaba un glamouroso vestido-delantal plateado a juego con el escenario, pasa en varias ocasiones de la risa al llanto. El público dio su visto bueno pese al calor a las 19 horas.

De Bélgica a Francia. Muy diferente fue el concierto en formato cuarteto de la banda de Crystal Murray. La cantante recordó las canciones de R&B que escribió con 15 años, como ‘Princess’, en varias ocasiones recordando los tiempos en que se hablaba del neo-soul de Lily Allen y Amy Winehouse, cuando Crystal era tan sólo una niña. Un set variado, quizá algo indeciso, con los ramalazos de pop-rock ahogando el lado más dance de la sobresaliente ‘Too Much to Taste’ y la adaptación de ‘Strict Machine’ de Goldfrapp.

Shygirl no ha podido actuar en el Orgullo junto a Madonna porque, como nos contaba ella misma, ya había firmado con otros eventos. En concreto con Paraíso y Glastonbury. Mientras nos preguntamos, visto lo visto, si también nos aguarda un remix suyo para la Reina del Pop, no hay persona en Madrid que no te cuente cuánto rencor encierra su corazón para Shygirl por una accidentada performance en la ciudad en la que tardó muchísimo en subirse al escenario, y muy poco en marcharse a su casa.

Shygirl actúa ya anocheciendo, se beneficia de ser la primera en contar con un público masivo, pero su set es demasiado austero y estático. Aparece sola, con un exceso de pregrabados y sin alentar a la gente lo suficiente. Lo mejor son realmente sus producciones, que pasan de los beats 90’s (‘Cleo’) a la experimentación (‘FREAK’) sin olvidar ese arranque más espiritual en el que presenta a la «Ninfa» del disco que saca en otoño. ‘Firefly’ todavía no ha sido «Canción del Día» en JENESAISPOP: una vergüenza, ciertamente.

Ante la falta de un cabeza de cartel determinado, tan pronto como a las 23 horas, Paraíso Festival parece el Sónar a las 4 de la madrugada. Por el Escenario Club desfila el B2B de Danilo Plessow y Marcellus Pitman, con una paleta de ‘Chicago’ de East Coast Love Affair a James Brown; Roman Flügel y al final Ivan Smagghe. Por el recogido Escenario Nido lo hacen David Ponziano y Javi Redondo y Álvaro Cabana…

… pero la gran revelación es el Escenario Jardín. La autora peruana Sofia Kourtesis no había logrado de día diferenciarse de la amalgama de techno, house y «retazos de acid» imperante toda la noche, por todas partes -a cierta hora habría matado por un poco de hyperpop, drum&bass, latineo, drill, trap o cualquier otra cosa-, pero las sesiones de CC: Disco -rescatando clásicos perdidos de la ídem-, Jeremy Underground -algo parecido- y HUNEE -ligeramente más orientado hacia los beats africanos- llenaron este espacio tan cuco situado en el bosque de la Universidad Complutense. La noche se cerró, pues, escuchando clásicos de The Blaze y Laurent Garnier. Hoy actúan Rusowsky con Ralphie Choo, Chico Blanco, John Talabot B2B con Pional, Baiuca, etcétera. No se lo pierdan.

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Publicado por
Sebas E. Alonso