Steve Lacy ha conseguido este año un inesperado hit con ‘Bad Habit’, uno de los sencillos extraídos de su segundo álbum oficial, ‘Gemini Rights’. El tema ha sido top 1 en Spotify USA, hoy es top 6 en el Billboard, acumula 136 millones de reproducciones en Spotify frente a los 20 millones del siguiente corte más escuchado, ‘Mercury‘… y todo gracias a una estupenda composición de soul, R&B y funk que convierte el estribillo «ojalá hubiera sabido que me querías» en un mantra de calado generacional. Una composición que, además, no contiene ningún «featuring» y que se reserva una sorpresa para el final cuando introduce un beat que parece inspirado en Timbaland.
Para despistados, Steve Lacy es guitarrista y productor de The Internet, banda de R&B y soul nominada a los premios GRAMMY por su álbum de 2017 ‘Ego Death‘, de la que también ha emergido la cantante Syd. Steve ha producido a gente como Kendrick Lamar, Solange, Vampire Weekend o Kali Uchis y ‘Bad Habit’ es, hasta la fecha, el mayor éxito comercial vinculado a la banda de Los Ángeles, pero no es el único atractivo contenido en ‘Gemini Rights’.
Acostumbrado a grabar su música sin la ayuda de un estudio ni de colaboradores externos (su EP de debut lo grabó en un iPod y el siguiente en un ordenador portátil), Steve ha cambiado de método en ‘Gemini Rights’. El álbum ha sido profesionalmente grabado en un estudio, ha contado con colaboradores… y se nota porque suena excelentemente producido. A veces las canciones derivan demasiado en el soul y funk de toda la vida, pero las letras de Steve les dan vidilla, al hablar de su ruptura con un chico al que sigue tan enganchado como su ex a la ketamina, pese a haberle manipulado emocionalmente.
La evolución de Steve se nota en el modo en que proyecta sus melodías, con una confianza inaudita, como sucede en el tema de apertura, ‘Static’, una balada a piano y guitarra co-escrita por John Carroll Kirby (colaborador de Solange) que cautiva. Después, el arrebatado funk plástico de ‘Helmet’ apunta a otro posible hit sonando un poco al mejor Miguel. ‘Mercury’ aporta variedad con sus ritmos afro-latinos, próximos a la bossa, mientras Steve escribe «lo siento» presumiblemente en un mensaje de WhatsApp, a la vez que hace las paces con el hecho de haber dejado a su pareja.
A veces, Steve se pasa haciendo cosplay de Stevie Wonder, como sucede en ‘Buttons’, o de Prince, como ocurre en la slow jam final, ‘Give You the World’, animada con un falsete por el que Prince habría pedido derechos de autor. El disco, aún lleno de alma y calidez, flaquea en su segunda mitad a medida que sus canciones se van difuminando. El vals de ‘2GETHER’ no aporta demasiado como interludio y ‘Cody Freestyle’ divaga en nubes de sintetizador que no van hacia ninguna parte. Eso sí, la segunda mitad de ‘Gemini Rights’ se reserva otro single estupendo, ‘Sunshine’, también muy Stevie (Wonder), pero irresistible en el estribillo celestial de la cantante Foushée.