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Cass McCombs / Heartmind

Lo mejor: 'A Blue, Blue Band', 'Belong to Heaven', 'Karaoke', 'Krakatau'
Te gustará si te gustan: Bob Dylan, Leonard Cohen, Josh Rouse
Escúchalo: Youtube

¿Es ‘Heartmind’ un disco influido por la muerte o toda obra lo está a partir de cierta edad? Esa edad en la que empiezan a irse tus padres, tus tíos y hasta algunos amigos. Es el propio Cass McCombs quien cuenta que el proceso compositivo de este álbum se ha visto afectado por la pérdida de algunos seres queridos, en especial, tres de sus músicos, que han fallecido entre 2019 y 2020.

Una vez escuchado el nuevo álbum del autor de obras tan capitales como ‘Wit’s End‘ o ‘Big Wheel and Others‘, esa visión parece reduccionista. De manera casi simétrica, ‘Heartmind’ se divide entre canciones rugosas y reflexivas, contemplativas, cercanas al country y a la americana; y luego otro grupo de composiciones luminosas y accesibles, que están entre lo más pop que jamás haya editado el autor californiano.

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Una de estas últimas es ‘Karaoke’, un divertidísimo cuestionamiento sobre el amor construido en base a guiños a grandes clásicos como ‘Unchained Melody’, ‘Your Love Is King’ de Sade y otros. «¿Vas a quedarte con tu hombre o esto es solo un karaoke?», se pregunta jocoso McCombs en referencia a ‘Stand By Your Man’ de Tammy Wynette, últimamente reivindicada por voces como Lana del Rey o ABBA en su último disco.

Especialmente sorprendente es ‘Krakatau’, de cierto poso latino y hasta cierto punto bailable. Una enumeración de cosas que queremos mantener con nosotros y también una lista de cosas de las que nos tenemos que deshacer, que resulta inusitadamente contagiosa. Dice el estribillo: «Llévate mi impaciencia, llévate mi intolerancia, mi odio y mi avaricia (…) Llévate mis tentaciones, llévate mis frustraciones». Y una de las estrofas implora que te lleves las cosas más importantes, pero no las formas de rearmarnos: «llévate mi camisa pero no el hilo, llévate mi mente pero no mi cabeza, llévate mi cuerpo pero no mis huesos, llévate las rocas pero no las piedras».

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También machacón es el single ‘Belong to Heaven’ y ligerísima ‘New Earth’, composiciones que tratan de buscar la luz después del apocalipsis. Dice esta última: «hoy es el día después del último día en la Tierra / Es un día muy alegre después de un día muy malo / Después de hoy, ¿qué podemos decir? Hoy es el nacimiento de una nueva Tierra». En este par de grabaciones, es como si la muerte tan sólo le hubiera inspirado para abrazar más el mundo.

Cass McCombs ha perdido al guitarrista Neal Casal, que se suicidó, a Chet JR White de Girls que también tocó con él y a Sam Jayne, con quien tocó en sus inicios. Por lo importante que ha sido la música para recomponerse es que el álbum comienza con un blues llamado ‘Music Is Blue’, que encontramos tantas referencias musicales o que dedica a los músicos una de las piezas más hermosas y exquisitas del álbum. ‘A Blue, Blue Band’ es pura delicadeza en desarrollo y arreglos orquestales, como si estuviera tocada por la varita de Leonard Cohen. Gracias a maravillas como esta, podemos echarle en falta un poquito menos.

Cierra el álbum un corte reptante un tanto jazzie, el titular ‘Heartmind’, que se extiende hasta los 8 minutos y medio de duración. Podemos vincularla con el lado menos accesible del álbum junto al arranque de ‘Music Is Blue’ o la dylaniana ‘Unproud Warrior’, sin que realmente tenga tanto que ver, por lo que la sensación de que aquí hay dos álbumes distintos es inevitable, retratados en la ambigua portada. Por suerte, Cass McCombs luce inspirado tanto en su registro salvavidas, como en el más trágico.

<strong>Lo mejor:</strong> 'A Blue, Blue Band', 'Belong to Heaven', 'Karaoke', 'Krakatau' <br> <strong>Te gustará si te gustan:</strong> Bob Dylan, Leonard Cohen, Josh Rouse<br> <strong>Escúchalo:</strong> <a href="https://www.youtube.com/watch?v=KXAEULWPzw4">Youtube</a> Cass McCombs / Heartmind