Hace un par de años os hablábamos de cómo Maya Hawke, Robin en ‘Stranger Things’ (AKA el personaje de ‘Stranger Things’ que sí es abiertamente gay y no del que sus creadores llevan soltando miguitas desde la primera temporada), se había adentrado en el mundo de la música, dejándonos canciones que no estaban nada mal, como ‘To Love A Boy’ o ‘Generous Heart’, contenidas en su debut ‘Blush’. Pues bien, Hawke ha seguido publicando temas como ‘Baby Hippo’, y finalmente este otoño ha dado a luz a la continuación de ese ‘Blush’, titulada ‘MOSS’.
En declaraciones a NME, la estadounidense cuenta que las canciones están escritas como si viniesen de su yo adolescente, pero con la madurez de ahora (“al final es como cuando en los castings te cogen con 16 años y te dicen que hagas de un personaje de 14; partes con esa ventaja”), y que, si en ‘Blush’ las inseguridades le hicieron ir sobre seguro y ceñirse a lo acústico, aquí se ha quitado esas limitaciones: “en el debut no quise ni poner reverb en mi voz… ahora he aprendido que tengo que equivocarme, tengo que aspirar a sonar como realmente querría sonar, aunque eso signifique ponerme en ridículo por intentarlo demasiado”. Y la lección se ve en ‘MOSS’.
De hecho, Hawke avanzaba ya el disco desde los primeros meses del año con la estupenda ‘Thérèse’, inspirada en un cuadro de Balthaus y una de las más interesantes de este trabajo en cuanto a sonido: se mezclan el folkpop de artistas como Soccer Mommy o Lucy Dacus con cuerdas a lo Sufjan, o de repente aparecen unas distorsiones que a quien recuerdan es a Phoebe Bridgers. Pero ojo, porque la principal influencia que Hawke cita para hacer este disco ha sido… ‘folklore’ de Taylor Swift. Y no está muy traída por los pelos esa referencia, porque Hawke demuestra también un olfato para la composición que, sin llegar al de la autora de ‘Getaway Car‘, merece que le dediquemos nuestra atención.
‘MOSS’ vuelve a venir de la mano de Mom+Pop, sello de Hinds o Courtney Barnett, y está producido por ella misma junto a Jonathan Low, que ha trabajado para Mr Twin Sister, y Benjamin Lazar, que ha hecho lo propio con Kimbra. Con estos mimbres, Hawke construye un disco mayoritariamente folk pero en el que hay espacio para el dream pop, la electrónica en general, momentos más bedroom pop, etc, y que en general mantiene en todo momento una atmósfera mágica, presente en temas como ‘Mermaid Bar’.
La joven lo acompaña además de letras en las que mezcla metáforas con sentimientos amargos expresados de forma muy sencilla, como ocurre con ‘Luna Moth’, que parte de la muerte de esa polilla para llegar al corazón roto de “I don’t need anyone to hurt me / I can do that myself / I don’t see why you would want me / If I could, I would be anybody else”. Otro ejemplo es ‘South Elroy’, con la rabia escondida dentro de una melodía alegre y bastante más uptempo (casi se puede cantar por encima eso de “so she said what’s the problem baby / what’s the problem I don’t know”).
‘Driver’ vuelve a demostrar el talento compositivo de Maya Hawke, con una identificación entre su ex y su padre que, lejos de ser turbia, lo que arroja es una conclusión madura y construida con mucha belleza: “I imagine my mum and dad / loosely necking in the back of a taxi cab” o “thinkin’ of you makes me happy / happy that my father, he got free / that even though it hurt me / he can be whoever the hell he wants to be” canta Hawke aquí, mezclando su propia relación con la que tuvieron Ethan Hawke y Uma Thurman.
Porque, sí, hemos llegado al elefante en la habitación. Maya es hija de Uma y Ethan, y la propia artista no tiene problema en hablar de ello en las entrevistas y admitir que esto le ha ayudado a la hora de conseguir oportunidades o pasar ciertas pruebas. Pero es curioso: para una “hija de” que es consciente de su privilegio… resulta que es buenísima. Porque, como actriz, Maya elevaba con su carisma las escenas de ‘Stranger Things’ (junto a Sadie Sink diría que es lo mejor de la serie, por encima de los chicos, de Millie y hasta de Winona), y también nos puso en pie en el inicio de la disfrutable trilogía slasher ‘Fear Street’. Y en lo que respecta a la música… pues juzgad por vosotros mismos con este ‘MOSS’, pero yo diría que aquí hay alguien a quien seguir los pasos.