Sugababes, esto es, las integrantes fundadoras de Sugababes, no las de los siguientes discos ni mucho menos las del último, donde ya eran una formación completamente diferente a la original, han dado la sorpresa de la Navidad lanzando su disco perdido. ‘The Lost Tapes’ reúne las canciones que Mutya Buena, Keisha Buchanan y Siobhán Donaghy grabaron hace una década y que iban a formar parte de su debut con el alias de Mutya Keisha Siobhan, que nunca vio la luz.
No lo hizo por «razones que escapan a nuestro control», ha explicado el trío en Instagram, en concreto dos: en 2016 se filtraron muchas de las maquetas que iban a componer el grueso del disco y, además, hasta 2019 el uso legal del nombre de Sugababes pertenecía a la formación de Heidi Range, Amelle Berrabah y Jade Ewen, que se desintegra en 2011. ‘The Lost Tapes’ sale ahora con firma de Sugababes y es el primer disco que Mutya, Keisha y Siobhán publican juntas desde que su debut llegó al mercado en el año 2000. No será el último, pues se sabe que están grabando nuevo material.
De momento, y después que Sugababes haya regresado también a los escenarios, lo que ofrece ‘The Lost Tapes’ es un puñado de buenas canciones, aunque pocas se acercan a hacer historia como lograron aquellas incluidos en su recopilatorio. El pop tropicalillo de ‘Flatline’, que se lanza oficialmente en 2013, representó una estupenda alianza de Sugababes con Dev Hynes (Blood Orange), y la espídica ‘Summer of 99’ llama la atención por su título y también por su sonido tan acid punk, tan William Orbit (que trabajó con las muchachas, cabe recordar), tan 1999 en definitiva. A nivel sonoro ninguna de estas composiciones tiene continuidad en el disco, que devanea entre el pop modernete (de 2013) y el de las propias Sugababes en sus inicios.
Que ‘The Lost Tapes’ es un álbum descartado queda claro desde el momento en que la pista inicial, ‘Drum’, nunca se convierte en el bombazo que promete ser, y eso que ingredientes no le faltan, pues el estribillo machacón y las percusiones tipo cacerolada -al servicio de una agresiva producción de MNEK
– huelen a pepinazo. Se queda a medio gas. Tampoco Sia logra que ‘Victory’ sea uno de esos hits que sabe escribir en 15 minutos (en este tiempo compuso ‘Diamonds’, versionada por las chicas), y si Sugababes también fueron ‘Stronger’ o ‘Too Lost in You’, no solo los hitazos que facturaron con Xenomania, frescos como la menta, a ellas suenan composiciones menos inspiradas como ‘Metal Heart’ o ‘No Regrets’ que, entre las percusiones industriales y las armonías celestiales de siempre, convencen pero no emocionan.No ayuda a digerir ‘The Lost Tapes’ una secuencia extraña, que no termina de sacar partido a las canciones ni de encontrar el ritmo idóneo. El sonido de ‘Today’, que incorpora influencias de garage, góspel y pop, suena hoy a precedente de ‘No Tears Left to Cry‘ de Ariana Grande, pero llega un siglo después de la pista 1 (el disco dura 50 minutos), y el dramático medio tiempo de ‘Love Me Hard’ es apabullante en su océano de armonías vocales, pero parece más bien la pista 8, no la 3. Después, el temita electropop de ‘Boys’ es divertido (suena un poco a Nicola Roberts y un poco a Robyn) pero es atípico en un disco donde mandan composiciones más maduras (y aburridillas) como ‘I Lay Down’.
Salvo excepciones como ‘Flatline’, mágica aún a día de hoy, y que merecía más reconocimiento del que se le dio (fue un fracaso comercial), son principalmente correctas las canciones que conforman el grueso de ‘The Lost Tapes’, un disco perdido que, no obstante, suma más virtudes de las que pudimos encontrar en ‘Sweet 7’, el último álbum oficial de Sugababes. Como dato curioso, el post-estribillo de la final ‘Back in the Day’ suena muy parecido al estribillo «back in the day» de ‘Candy Bling‘ de Mariah Carey, tesoro R&B donde los haya. Ahora, a por el disco nuevo de verdad.