5 años después de la muerte de Dolores O’Riordan, su debut en solitario ‘Are You Listening?’ se ha convertido inesperadamente en uno de sus discos más interesantes sobre los que volver. Mientras los últimos discos y singles de Cranberries reincidían en mensajes genéricos sobre vivir el momento y amar al prójimo como a uno mismo, con títulos como ‘Wake Up and Smell the Coffee’ o ‘Tomorrow’, este disco perdido por el cierre de su sello Sanctuary escondía muchos de sus miedos y vulnerabilidades. Sólo que no lo supimos ver entonces.
A principios de los 2000, la banda irlandesa había perdido gran parte del estatus que había conseguido con sus dos primeros discos a mediados de los 90. ‘Everybody Else Is Doing It, So Why Can’t We?’ (1993), ahora reivindicado por Pitchfork incluso como una obra mejor que ‘Achtung Baby’ de U2 (!), y ‘No Need to Argue’ (1994) han sobrevivido a la era Spotify con streamings ultramillonarios para sus singles principales.
Lo que vino después fue más complicado y el grupo fue perdiendo «punch» al intentar emular ‘Dreams’ y ‘Zombie’ en las desiguales ‘Analyse’ y ‘This Is the Day’, extraídas del mencionado ‘Wake Up and Smell the Coffee’ (2001). Tras el obligado «greatest hits», empezaron a grabar un 6º álbum, componiendo temas que verían la luz una década después en ‘Roses‘ (2012). Pero lo cierto es que en 2003 Dolores decidió abandonar aquellas sesiones aduciendo problemas familiares. Y uno de los motivos fue la falta de fe en ellos de una reestructurada Universal.
Declararía Dolores en Billboard: «Island Records nos fichó en 1991, pero hemos visto cómo gradualmente nuestro sello se ha disuelto, pasando de ser un sello independiente y pionero a una corporación monolito que ha perdido completamente el contacto con la visión creativa del grupo». La MTV que apostaba por los hijos de Nirvana y cantantes femeninas como Alanis, Meredith Brooks o Anouk, antes de las cuales llegó Dolores, era muy distinta a la MTV de Britney y Backstreet Boys. Ahora las personas que vendían 15 y 20 millones de copias por disco eran otras.
Pero también es cierto que el grupo necesitaba renovarse, y dejar atrás viejos vicios compositivos. Hay temas en este primer disco de Dolores O’Riordan que podrían haber firmado Cranberries, y así ‘When We Were Young’ era otra de esas hijas de ‘Zombie’, como ‘Hollywood’ y ‘This Is the Day’, pero el álbum ofrecía otras cosas. O’Riordan decidió no trabajar con Stephen Street como siempre, sino con otros productores. Son los años en que grabó algún tema suelto con Angelo Badalamenti, dejando tanta huella en este que llegó a decir que Dolores estaba infravalorada trabajando con Cranberries, sugiriendo que daba para mucho más (a la reciente muerte del gran genio, su familia recordó su trabajo con Dolores, entre otros músicos), y terminó realizando el disco sobre todo con Dan Brodbeck.
Este aparece en el reciente libro sobre Cranberries editado por la revista irlandesa Hot Press, ‘Why Can’t We’, conformado sobre todo por entrevistas viejas con la banda. Dan recuerda que mintió a Dolores sobre el software que controlaba, de la ilusión que le hacía trabajar con ella. O’Riordan le tocaba un par de notas al piano y un par de acordes, y se marchaba a trabajar con otro productor. «¿Qué se supone que voy a hacer con esto?», se preguntaba al encontrarse con un esqueleto tan exiguo. Pero experimentaba un poco, Dolores volvía a las 2 horas y escribía la letra. Así nació, por ejemplo, ‘In the Garden’. Era un proceso creativo completamente diferente al de Cranberries, donde ella escribía sola los temas y ya, o hacía las letras sobre unos acordes de Noel Hogan. Este era un proceso paradójicamente más colaborativo.
Otro de los principales productores es el célebre Youth en dos de las mejores grabaciones. Y que me aspen si él no jugó a introducir un pequeño Autotune en el estribillo de la sentida ‘Ordinary Day’, el single principal, dedicado tanto a su hija como a la niña interior que siempre llevó dentro.A la muerte de Dolores, Youth, que se encontraba de nuevo trabajando con la cantante en 2018 en un segundo disco de D.A.R.K. del que no se ha sabido nada nunca más, daba una de las entrevistas más interesantes: «Fue muy especial en su momento tener a una mujer liderando una banda de rock. Sobre todo por lo pequeña que era en estatura. Pero trabajando desprendía un fuego abrasador, lo cual es bastante raro para cualquiera, sea hombre o mujer. También era muy capaz de articularlo. Hablaba muy suave, casi como un susurro, pero luego cuando cantaba contenía un enorme torrente de emociones que su voz aprovecha, conllevando un montón de fuerza y fuego».
Totalmente deslenguado, mucho más que sus compañeros de banda, que jamás han abierto la boca sobre los problemas de salud mental de Dolores, Youth relacionaba su arte con su bipolaridad, meses antes de que Kanye West publicara ‘ye‘, con la célebre frase «odio ser bipolar, es increíble» en la portada: «Dolores tenía una historia de problemas mentales de bipolaridad, como muchos artistas. Y creo que esto también remarca la vulnerabilidad de los artistas que lo sufren. Pero a su vez les da fuerza y una expresión totalmente honesta y abierta. Es una paradoja de alguna manera. A veces no puedes tener una cosa sin la otra. Parte de mi responsabilidad como productor es desempacar y sacar esas cosas de detrás de una máscara. Algunos artistas no tienen miedo de transitar esas áreas desconocidas, y Dolores era uno de ellos».
En 2007 -‘Are You Listening?’ acaba de cumplir 15 años-, no sabíamos que Dolores era bipolar. Tampoco sabíamos que había sufrido abusos sexuales de niña, eso saldría a la luz muchos años después. Sin embargo, a posteriori es evidente que ambas cuestiones están presentes en este disco. En sus momentos más certeros comercialmente, las letras son claras y luminosas: ‘Loser’ es una burla a un «hater» totalmente triunfal y desternillante («una bombilla de 2 vatios es más brillante que tú») y ‘Apple of My Eye’ es una producción prodigiosa, con un muro de sonido in crescendo, precioso, dedicado a su hija, que por alguna razón no convenció a Dolores, quien decidiría regrabarla para su segundo disco en solitario, el ya nada interesante ‘No Baggage’.
Pero hay puntos mucho más oscuros en ‘Are You Listening?’. Dolores se aprovechó aquí del virtuosismo de sus nuevos músicos metaleros (habían tocado con Whitesnake, Ozzy Osbourne, The Therapy?) para expresar el dolor mediante la guitarra eléctrica. Influida por el éxito de Evanescence, ‘Stay With Me’ es una súplica a su padre para que no se muera de cáncer; ‘Black Widow’ trata el cáncer de su suegra, a la que estaba muy unida, pero en realidad parece hablar más bien de la locura y la paranoia por el tipo de sonidos terroríficos que utiliza; e ‘In the Garden’ ahora podemos concluir que retrata un abuso infantil en lo que tendría que haber sido un espacio seguro para un/a niño/a. «No puedes venir aquí / Ni llorar / Mantendré el secreto hasta que me muera / y ni siquiera sé por qué».
Ha contado Dan Brodbeck que «las canciones no se escribieron con una banda en mente, por lo que éramos libres de hacer lo que quisiéramos con ellas, esa es la razón de ser de un disco en solitario. Éramos libres de llevarlas adonde quisiera Dolores». Y había avanzado Dolores en Hot Press, en una entrevista mientras trabajaba con Angelo Badalamenti: «He sido capaz de escribir canciones con mis tiempos y a mi manera. Hay letras en el próximo disco que jamás podría cantar en un grupo de chicos que resulta que tiene una vocalista femenina. Esta vez podía ir a cualquier lado y decir cualquier cosa sin tener que preocuparme por que los tíos estén a gusto con ello. Hay muchísima más libertad».
El disco se debate entre la fuerza de ‘October’, en la que justifica su carrera en solitario o simplemente la necesidad de valerse por sí misma, con la vulnerabilidad total. En la subida de tono del estribillo de ‘Stay With Me’, o en la interpretación desgarrada de ‘October’ encontrábamos en forma a una de las cantantes fundamentales de su generación, de las que fueron aniquiladas por la máxima de que hacer gorgoritos no mola. Pero además en esta última etapa ha madurado como compositora. Si los discos de Cranberries tendían a cerrarse siempre con un tema a capella, al órgano, a piano, acústico, decadente… este lo hace con un aura de misterio.
‘Ecstasy’ es una de sus canciones más impenetrables y obtusas. Una de las pocas letras en que no adivinamos lo que quiere decir. Parece claro que algo inquieta y atormenta su mente, que no puede sacarse de la cabeza («Still I can’t shake her / Get Out of My Mind»). En un inexplicado arrepentimiento del día después, Dolores pide a alguien que la acompañe en su caída: la música simula una de alguna forma, pues la producción no puede ser más flotante, cercana por una vez a David Bowie.
Como publicó el portal de fans Zombieguide en su crítica, esta canción es como una respuesta en negativo para el título del álbum. Dolores anima a vivir la vida en letras como ‘Ordinary Day’, ‘Human Spirit’ o ‘Accept Things’… titula el disco «¿Me estás escuchando?» y en la entrevista que me concedió en 2007 hablaba sobre cómo había aprendido a aceptarse a sí misma después de los 30. Pero en ‘Ecstasy’ parece estar respondiéndose a sí misma: «quiero escuchar todo esto, pero simplemente, yo misma, no puedo». Un «fade out» echa el cierre, desolador pero confortable como una muerte lenta.
O’Riordan, que había escrito sola algunas de las canciones más populares de los años 90, todavía era una persona insegura a los 36 años cuando presentaba este disco. Así se justificaba en el libreto por haber estado desaparecida del mapa entre 2003 y 2007, tras varios años en el foco mediático total: “Pido disculpas por mi falta de contacto y por cómo me he aislado a mí misma. Pero estas son las únicas condiciones en las que puedo crecer. Os respeto y os quiero, y espero no decepcionaros”. Una tristeza que competía con ese sentido del humor inesperado que Michael Stipe elogió a su muerte. En lugar de indicar qué toca cada músico en el álbum, en el libreto se indicaba esto: “Graham tiene problemas, Marco tiene graves problemas, Steve tiene muchos graves problemas, Denny encontrará problemas, Dolores tiene un montón de todos esos problemas, y además llora un montón».