Con solo tres largometrajes, el director iraní nacionalizado danés Ali Abbasi (tiene vetada la entrada en Irán) se ha convertido en uno de los cineastas más prometedores del actual cine europeo. Abbasi se dio a conocer en 2016 en el festival de Berlín y Sitges con el curioso filme de terror psicológico ‘Shelley’ (disponible en Filmin). Dos años después pegó la campanada con su bizarra fábula fantástica ‘Border’ (Prime Video), ganadora de la sección Un Certain Regard de Cannes y nominada a la mejor película europea de 2018 (también fue nominada al Oscar por su maquillaje).
Aunque no lo parezca por su temática, en su tercera película, Abbasi sigue muy ligado al cine de género. ‘Holy Spider’ recrea un caso real ocurrido en la ciudad santa de Mashhad, la capital espiritual de Irán (obviamente no está rodada allí). En 2001, un fanático religioso y veterano de guerra mató a 16 prostitutas por considerarlas depravadas e impuras. A pesar de lo horrible de los hechos, una parte de la sociedad defendió al asesino por juzgar que estaba haciendo “limpieza” en nombre de Alá, como un inquisidor islamista, un Jack el destripador evangelizador.
Misoginia, machismo, fanatismo religioso, pobreza… El director pone sobre la mesa todos estos temas para denunciarlos (el régimen iraní emitió un comunicado acusando al filme de “haber insultado las creencias de millones de musulmanes”). Pero no lo hace siguiendo los códigos narrativos y estilísticos del drama social o judicial, sino los del cine de asesinos en serie. Más que indignación, ‘Holy Spider’ provoca terror. La música inquietante, los ambientes urbanos degradados y nocturnos, la tensión narrativa y, sobre todo, unos asesinatos tan gráficos y sórdidos como el más sucio de los slashers neoyorquinos ochenteros, como ‘El asesino del taladro’ (1979) o ‘Maniac’ (1980).
Esta sorprendente mezcla de referentes, a la que hay que añadir a David Fincher (la periodista protagonista, obsesionada con identificar al asesino, recuerda al de ‘Zodiac’), puede desactivar un poco su discurso político, incluso ser algo problemática moralmente: ¿es ético denunciar un caso real de feminicidio recreándose visualmente en los asesinatos? Sin embargo, como thriller de psicokillers la película funciona de maravilla. Toda la primera parte, articulada a través de dos líneas narrativas paralelas, es hipnótica y escalofriante, con un crescendo dramático que explota en una secuencia magnífica, llena de tensión y angustia, gracias también a la interpretación de la pareja de actores protagonista.
‘Holy Spider’ ganó en Cannes el premio a la mejor interpretación femenina (magnífica Zar Amir-Ebrahimi, actriz que huyó de Irán ante la amenaza de ser condenada a 10 de prisión y 99 latigazos por filtrase un vídeo sexual) y ha entrado entre las 15 preseleccionadas al Oscar a mejor película internacional. Lo tiene complicado junto a favoritas como ‘Argentina, 1985’ (ganadora del Globo de Oro) o ‘Decision to Leave’ de Park Chan-wook, premiado en Cannes. El 12 de marzo saldremos de dudas. De momento, desde hace un par de semanas, podemos ver el último trabajo de Abbasi como director: ‘The Last of Us’ (HBO), la nueva serie de Craig Mazin, creador de ‘Chernobyl’.