Anaju se empapa de una imaginería muy españoleta y religiosa en los títulos de su primer disco ‘Rayo’. ‘Maldición gitana’, ‘Mal de ojo’, ‘Besar el santo’, ‘Virgencita’, ‘La última cena’ o ‘A_Dios’ nos hacen preguntarnos por qué no llegaría el álbum a tiempo para la pasada Semana Santa.
La cantante, que ya había publicado el EP ‘MOOD’ rodeada de productores underground como BRONQUIO, ahora lanza al fin este debut, tantísimos años después de haber pasado por el concurso. Sony acoge -quizá tímidamente, no le están dando mucha bola- este lanzamiento que explora géneros como el R&B, la electrónica vanguardista y el flamenco.
El mejor tema de Anaju se llama ‘Amén’. Comienza titubeante, en bajito, presenta un pre-estribillo muy bueno, incluso de aires bossa («su penitencia tendrá…»); luego se convierte en algo realmente turbulento. Escuchar el coro principal es imaginar una enorme nube de bruma y remordimiento, por mucho que la cantante haya situado su vídeo en una cinta de correr. Habría sido una opción en Benidorm Fest.
En la producción del álbum encontramos a Carles Campi (Jorge Drexler, Vetusta Morla), así como a Pau Vehí, Maximiliano Calvo y Menend, estos últimos además protagonizando sendos featurings, ‘Agua bendita’ y ‘Manto de flores’. La primera es de las más amables y palmeras; la segunda, de las que más trata los claroscuros, con unas flores en verdad marchitas, y multitud de distorsiones vocales.
El sonido es especialmente brillante en la confluencia de guitarras, silencios y efectos electrónicos de ‘La última cena’, o al final de ‘Maldición gitana’, que incorpora una parte celestial que puede tener en mente al Kanye West más devoto. Por el contrario, sí hay que reconocer que no vale con sumergirse en la oscuridad o en el underground para ofrecer algo distintivo. ‘Besar el santo’ es demasiado deudora de El Madrileño, como ‘Virgencita’ lo es de ‘Supernatural’ de Santana.
Al margen del impacto comercial de ‘Rayo’, la verdad es que me encantaría preguntar a Rosa, Chenoa, Manu Carrasco, David Bustamante y al autor del viral «cómo están los máquinas» lo que opinan sobre las carreras de Natalia Lacunza, Alba Reche, Amaia o ahora Anaju. No es que los últimos artistas de Operación Triunfo sean una nueva generación; es que parecen salidos de otro planeta completamente diferente. No hay más que comparar fotos promocionales de unos y de otras.