La Caja Mágica vuelve a recibir a Río Babel en la que es ya la quinta edición del festival. 31 FAM y Daniel, me estás matando se encargaron de inaugurar tanto el evento como los dos escenarios disponibles, aunque no hubo mucha gente para presenciarlo. Mientras que los conciertos diurnos estuvieron marcados por este bajo volumen de gente y por el calor, los nocturnos fueron todo lo contrario, con grandes audiencias y el viento corriendo.
Los puntos diferenciadores del evento han continuado en esta quinta entrega: un cartel formado por grandes nombres de la música iberoamericana e internacional y un tercer escenario dedicado a la comedia. Iggy Rubín e Inés Hernand se encargaron una vez más de hostear el comedy club de Río Babel, que fue estrenado por Venga Monjas y su bizarra e hilarante colección de canciones. Mención especial a ‘Alien Fumeta’ y ‘Mi Madre Me Ha Escondido La Play’. Ignatius Farray y su anti-humor fueron los elegidos para cerrar esta primera ronda en el Comedy Stage.
Sen Senra tenía programado su concierto para las 19:20. Sorprendentemente, a las 19:16 no había prácticamente nadie, nada más que un grupo de alrededor de 30 personas. Al terminar el show de Daniel, me estás matando, la gente migró hacia la actuación de Senra y no fue hasta su recta final cuando ya estaba presente la cantidad de público que acostumbramos a ver en los conciertos del gallego. Una pena, puesto que Sen Senra regaló la hora más interesante de la jornada.
Acompañado de un coro de góspel de cuatro personas y dos músicos extra encargándose de las bases, el teclado y las guitarras, Senra hizo un repaso de toda su, hasta ahora impecable, discografía. Por supuesto, con especial protagonismo para ‘PO2054AZ (Vol.I)’. Estará estrenando etapa, pero como dice en ‘No Quiero Ser Un Cantante’, Sen Senra es “fiel a su construcción». Los conciertos del gallego siempre han estado pensados exclusivamente en torno a él y a su personaje, enigmático y hermético, lo cual podía resultar en un show demasiado tranquilo. Ahora, el espectáculo sigue pensado exactamente igual. Sen Senra es el protagonista absoluto, pero las nuevas canciones, con su depurada faceta electrónica, funcionan mucho mejor que aquellas de ‘Sensaciones’. Si antes se le podía quedar grande el escenario, ahora Sen Senra, por sí solo, es más grande que el escenario. La única pega que puedo poner es que me habría encantado disfrutarlo con un buen juego de luces, cuando ya hubiese caído el sol.
‘Está Sexy’ y ‘Taba Sucio’, las dos primeras, fueron suficiente para darse cuenta de que, efectivamente, ahora Sen Senra es “algo mejor” que un cantante. Tras haber visto su directo en varias ocasiones, puedo decir que ayer el gallego realizó la mejor performance vocal que yo le haya oído. ‘Blue Jeans Y Un Crop Top’, ‘Tumbado en el Jardín Viendo el Atardecer’ y ‘Da Igual Lo Que Opine La Gente’, con virguerías autotuneadas incluidas, fueron prueba de ello.
El público también tuvo su papel en el concierto, cantando entera la segunda mitad de ‘Ya No Te Hago Falta’, el único tema que sonó de ‘Sensaciones’, y todos los estribillos de ‘Nada Y Nadie’. Por cierto, el final de esta última fue uno de los puntos altos del concierto. El coro sonando como una iglesia entera y Cristian sentado en el borde de la tarima, regocijándose en su propio sonido. Por si no fuera suficiente, tanto Álvaro Díaz como Julieta Venegas acompañaron a Senra en el escenario. Sobre esta última, el gallego dijo orgulloso: “No todos los días se canta con tu cantante favorita”.
Justamente, llegaba el turno de la melancolía festiva de Julieta Venegas, el nombre más icónico de esta primera jornada. Al igual que con Sen Senra, la gente fue llegando de forma escalonada, aunque no está claro quien consiguió atraer más personas. Lo que sí parecía más claro es la media de edad del público de cada uno. Al igual que lo que ocurriría más tarde con The Guapos, la mayoría de la audiencia de Venegas rondaba la mediana edad, por lo que fue una verdadera dosis de nostalgia.
Armada con su brillante acordeón, Julieta Venegas puso banda sonora al atardecer en la Caja Mágica. Además, habló mucho. Antes de cada tema se tomaba unos segundos para contar algo o transmitir un mensaje, aunque desgraciadamente no se le escuchaba demasiado. Cantar sí, y muy bien, además. Por ejemplo, antes de ‘Caminar sola’ habló sobre “cuestionarse los roles” y sobre “invitar a mi madre, pareja, padre y hermano a ponerse en mi lugar”. A la mexicana le costó enganchar al público más joven, pero si algo demostró es que sus grandes hits son totalmente inmortales. ‘Limón Y Sal’, ‘Me Voy’ e incluso ‘El Presente’, con la que terminó, ocuparon el 100% de la atención de todo aquel presente. Otros temas, como ‘Andar conmigo’ o ‘Lento’, encantaron de igual manera.
Como ya he mencionado, la primera noche de Río Babel se caracterizó por las grandes audiencias y el fresco. Álvaro de Luna inauguró lo de las grandes audiencias en un concierto lleno de confeti, guirnaldas, fuego y, sobre todo, mucha energía. Además de sus mayores éxitos, versionó la reciente ‘un x100to’ de Bad Bunny y Grupo Frontera, aunque no la mejoró. Si no te gusta la música del sevillano, diría que es muy difícil que disfrutes de su directo. Sin embargo, las cosas como son, el artista lo dio todo y el público lo pasó genial.
Estos dos rasgos también se dieron en el concierto de The Guapos, que sí creo que podría ser disfrutado por alguien no familiarizado o no atraído por este tipo de música. A saber, un revival del rock & roll de principios de los 60. Muy bailongo. Además, fue el concierto más corto de la jornada, con apenas una hora de música.
La superbanda de Leiva, David Aguilar, Jay De La Cueva y Adán Jodorowsky salieron vestidos a juego, de blanco, preparados para dar una masterclass de rock clásico. Como grupo, es un gusto verlos. Se nota que todos están bien experimentados en esto y actúan como una sola voz. Tocaron su disco debut, ‘Hey!’, de forma íntegra, y añadieron un par de versiones: una de Tequila y ‘You Never Can Tell’ de Chuck Berry, pero en español. Esta última la cantó Leiva, que durante la mayor parte del show se quedó detrás de los platillos y el bombo. Durante 45 minutos, The Guapos trasladaron a todo el público hasta los inicios del género. Hasta se podían escuchar los gritos desesperados de las fans, como si estuviesen viendo por primera vez a Elvis en el 56.