Música

La Mala pide no salir más en JNSP: por qué no le haremos caso

El vídeo que nos ha dedicado La Mala Rodríguez en las Stories de Instagram («je ne sais pas, je ne sais pop, je ne sais su puta madre») ya es un meme en nuestros foros gracias al usuario elanonimotranquilo. Que la autora de títulos tan gráficos como ‘Bruja‘, ‘MALA’ o ‘Alevosía’ nos haya puesto en su punto de mira, es un honor hasta cierto punto. ¿Ya puedo decir que «me ha tirado La Mala»?

Pero también nos deja un sabor amargo, y no solo por esos micropenes que nos ha mandado a chupar (que también), sino por la reflexión que conlleva sobre la relación entre artistas y medios de comunicación. Los medios, que mediamos entre ellos y el público, no tenemos por qué estar del lado del artista. Hace poco alguien nos felicitaba en Twitter por suspender el segundo disco de Arde Bogotá: tal servilismo hay hacia los artistas y la industria que hasta se nos estaba olvidando que esto se podía hacer. «Siento que hay muchos medios que lo único que hacen es tirar flores al artista de turno sin haber dedicado su tiempo real a escuchar las canciones», argumentaba. Diría que incluso hay fans a los que este concepto ni les suena. «¿Qué necesidad había de publicar esto?», se preguntaba otra persona en relación a la misma reseña, ajena a décadas de historia de crítica musical.

A La Mala le ha sentado mal que nos hayamos hecho eco de su irrupción del escenario durante un concierto de Jere, en un evento que ha terminado siendo nada Rrandom de Rubí. Un pueblo que ya ha dejado de ser para siempre una frase de ‘No hay nada más triste que lo tuyo’ de Hidrogenesse para lanzarse a los anales de la historia por la puerta grande. La artista se subió allí, al escenario del Festival Rrandom, por su propia voluntad para decirle a Jere que tenía que terminar ya, que le tocaba salir a ella.

Los artistas tienden a llamar a la prensa «sensacionalista» cuando no les gusta lo que reportamos. En este caso concreto, habríamos propagado «odio». Es el viejo «¡La culpa es de la prensa!». En los últimos años, el miedo a ser «amarillista», buscar el «clicbait» o, peor, resultar «tóxico» en tiempos de concienciación sobre salud mental -todo eso y no los cheques o los imperativos publicitarios, como alguna gente cree- convierte en una rara avis una crítica negativa en un medio musical. A diferencia de lo que ocurre en medios cinematográficos, donde las críticas negativas son habituales y están asumidas y aceptadas. Pero es que esto ni siquiera era una crítica negativa, sino un relato muy somero de unos hechos. Y los medios de comunicación tenemos la obligación de contar los hechos, sobre todo cuando estos son raros y excepcionales. Como se explicaba en las Facultades de Periodismo: que «hombre muerde a perro» es más noticiable que «perro muerde a hombre». ¿Y quién ha mordido en esta historia? Pues, ni más ni menos que quien manda aquí

, y en Rubí.

En festivales, es habitual que de un concierto se recorte una canción o un bis por falta de tiempo. Más excepcional es que se interrumpa un concierto durante una canción, dejando esta a la mitad. Y más marciano aún es que sea un cabeza de cartel el que se suba al escenario para decirle a otro artista que tiene que marcharse. Hace tiempo que hay quien dice que, entre declaraciones extravagantes y genialidad, la Mala es la Kanye West española. Quizá siente un precedente, y esta noche veamos a Lizzo subiéndose al show de Machine Gun Kelly en Mad Cool para decirle que vaya terminando para que la gente se desplace a su escenario a tiempo, pero de momento esto no es lo normal que acontece en un festival.

Hay algo de guasa en todo esto, y hay que quedarse con la parte positiva, la jocosa. Al fin y al cabo, ella misma presume de ser «LA MALA» en los Stories de Instagram, mientras se come un helado verde y nos pone ídem, en el mejor momento de toda la retahíla de los Stories. A posteriori hemos sabido -porque a posteriori ha publicado los mensajes en Twitter- que la Mala Rodríguez escribió a Jere a través de las redes sociales para disculparse. El equipo de La Mala tenía que madrugar y no podían asumir más retraso. Que ella decidiera subir por sí misma al escenario porque «así le podía conocer» (sic) es mi parte favorita de todo esto. «Me quedé un poquito descolocado», admite Jere. Ambos artistas acordaron colaborar, quizá, en el futuro. Todos saldremos ganando si pasa eso.

Por nuestra parte, obviamente seguiremos informando sobre la música y la carrera de Mala Rodríguez, cuando lo consideremos oportuno, pese a que ella nos ha pedido que no lo hagamos. Como hemos hecho siempre, entrevistándola en numerosas ocasiones, desde que señalamos ‘Lujo ibérico’ como uno de los mejores discos del siglo XXI, hasta que apoyamos su último disco ‘MALA’ con un 7,8 sobre 10. Quizá las revistas de moda funcionen de otra manera, pero no es el artista quien ha de decidir en qué medios musicales y de qué manera aparece. Ni tampoco debería dejar de conceder entrevistas a los medios que no le gustan. El Presidente del Gobierno acaba de comprobar en carne propia qué error tan grande ha sido dejar de ir a lo de Ana Rosa: ahora ha rectificado, y ha salido a hombros.

Hace poco, Mala Rodríguez realizaba unas declaraciones interesantes en Shangay, al tiempo que hablaba de un nuevo disco que está finiquitando, y en el que hay colaboraciones con tan buena pinta como la de Villano Antillano. A raíz de un tema que ha grabado con JC Reyes -el del desnudo inventado de Rosalía– para un proyecto de él, alerta: «Me la suda si me cancelan (por hacer un tema con JC Reyes), y además me parece un poco nazi esa actitud. Y la gente nazi también me da miedo, porque no tiene criterio y se suben a una ola sin pensar, todos a una… Nadie es perfecto, todos cometemos errores». Esperemos que no seamos nosotros sus únicos cancelados. Si esa es su decisión, la respetaremos, pero nosotros siempre estaremos aquí para escuchar lo que tenga que contarnos.

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Publicado por
Sebas E. Alonso