En los últimos años, la carrera de Mitski ha cambiado considerablemente. Desde la publicación del sublime ‘Be the Cowboy’ y sus muchas canciones virales en TikTok, la cantante ha tenido que enfrentarse a una nueva forma de vida, una en la que ya no es una cantautora semi-desconocida, sino toda una figura pública con miles de fans. Los estresantes engranajes de la industria musical y la presión de haber perdido parte de su libertad tras la fama, hizo que tuviera que alejarse una temporada y replantearse la forma en la que quería hacer música. ‘Laurel Hell’ llegó cuatro años más tarde con el sonido más pop de su carrera, un disco tan discreto como intermitentemente explosivo y muy influido por el synthpop ochentero.
Su sucesor, ‘The Land Is Inhospitable and So Are We’, ha aparecido mucho antes de lo que podría esperarse y es, en primer lugar, toda una declaración de intenciones artísticamente hablando. Mitski se desprende del alma pop de sus dos anteriores trabajos y en su lugar ofrece una obra rupturista con todo su sonido previo.
Aquí, la cantante sustituye los sintetizadores que tanto ha usado recientemente y las guitarras distorsionadas de ‘Puberty 2’ y ‘Bury Me at Makeout Creek’ por delicadas guitarras acústicas, secciones orquestales de cuerda y coros teatrales. Todo ello con una clara inclinación hacia tonalidades country y americana que, pese a haber coqueteado con esos géneros en el pasado, nunca había sido tan evidente como aquí (mudarse de Nueva York a Nashville seguramente haya tenido algo que ver en adentrarse a explorar este tipo de texturas). En este sentido de búsqueda constante, de inconformismo sónico, su concepción del arte recuerda bastante a gente como Angel Olsen, que ha hecho de su estilo indómito un rasgo característico de su música.
El universo de ‘The Land Is Inhospitable…’ se abre con ‘Bug Like an Angel’, una sugerente balada folk que nos traslada a la barra de un bar donde la narradora está atrapada en su adicción al alcoholismo, reflexionando sobre sus cuestionables elecciones vitales y sabiendo que prometerá cosas que no va a cumplir. “Al hacerme mayor supe que era una bebedora / a veces una bebida se siente como familia”, admite segundos antes de que el coro irrumpa repitiendo la palabra “familia”. Es una efectiva y devastadora introducción a ese lugar desesperanzador del título. ‘Buffalo Replaced’ funciona de manera similar: es la canción que le sirvió a Mitski como referencia para encontrar el tono del proyecto, cuya función en la secuencia parece ser principalmente la de crear atmósfera.
El tema sobre el que orbita ‘The Land Is Inhospitable…’ -el amor como supervivencia, como el único legado que tenemos y que podemos ofrecer como especie- aparece por primera vez de manera evidente en la extraordinaria ‘Heaven’, una elegante y poética producción orquestal donde la voz de Mitski brilla con una intensidad radiante. En la bonita balada lounge ‘My Love Mine All Mine’ canta sobre cómo todo es efímero y, de nuevo, inhóspito -la tierra y nosotros-, y sobre cómo lo único que le pertenece en este mundo es el amor que tiene que ofrecer. Porque amar es lo más importante que podemos hacer, incluso si el amor acaba, como en la magnífica ‘Star’, donde lo compara con una estrella que sigue resplandeciendo después de morir.
Por supuesto, en el proyecto también encontramos algunos de los temas que más han obsesionado a Mitski a lo largo de su carrera, como la soledad y la culpa, el desprecio a uno mismo, la autocompasión. En la apasionada y desgarradora ‘I Don’t Like My Mind’ afirma: “No me gusta que me dejen sola en una habitación con todas sus opiniones sobre las cosas que he hecho”. Es el tipo de poesía de la desolación que tan bien sabe hacer; reducir a unas pocas palabras sentimientos y situaciones de máxima complejidad. Sus letras siempre han destacado en ese ámbito con su característica narración cinematográfica, así como su gran oído para las melodías melancólicas. ‘The Deal’ es un gran ejemplo de esto, con sus bellísimos pasajes de violines acompañando a la cálida voz de Mitski con esa sorprendente percusión al final.
El álbum culmina con dos piezas excelentes: ‘I’m Your Man’, una apabullante y atmosférica balada country que bien podría ser la banda sonora de un western siniestro y que hace protagonistas al árido paisaje de esa tierra peligrosa e inhóspita, incluyendo ladridos de perros o el canto de las chicharras en una noche silenciosa; y ‘I Love Me After You’, en la que sí encontramos señas de identidad de la antigua Mitski como esa distorsión final de guitarras.
‘The Land Is Inhospitable…’ es un proyecto sombrío y complejo, donde la cantante logra algunas de sus composiciones más sofisticadas y majestuosas. Somos seres inhóspitos, difíciles, con sentimientos contradictorios e incomprensibles, pero, aunque solo sea de forma temporal, nos tenemos los unos a los otros. No hay nada más importante que eso y nadie que lo exprese de manera más bella que Mitski.