Vivimos en un mundo en el que Woody Allen ya no puede sacar una película al año como ha sido habitual durante décadas porque Hollywood le ha dado la espalda hasta el punto de que ningún actor de renombre quiere trabajar con él para no manchar su carrera. Ahora el cineasta neoyorkino no lo tiene tan fácil para encontrar financiación y tiene que irse de su país para continuar rodando.
Pero Europa aún no le ha cerrado las puertas ni parece que vaya a hacerlo pronto. En 2020 estrenó ‘Rifkin’s Festival’, película que se ambientaba en el Festival de San Sebastián. En 2023, viaja a París para aventurarse en su primer trabajo completamente en francés (o en cualquier otra lengua que no sea inglés), y resulta todo un placer contemplar que su gracia e ingenio no se han perdido en absoluto.
‘Golpe de Suerte’ presenta el matrimonio aparentemente perfecto de Fanny y Jean. Ella tiene un buen trabajo en una oficina, él es millonario y ni siquiera su mujer comprende demasiado bien a qué se dedica. Tienen una vida cómoda, son cariñosos el uno con el otro, todo va bien. Hasta que en la vida de Fanny se cruza Alain, un antiguo compañero de su instituto que está pasando una temporada en la capital francesa para escribir un libro, y saltan las chispas del amor. Como en todas -o casi todas- las películas de Woody Allen, la infidelidad es el núcleo del conflicto, pero también como en todas las películas de Woody Allen, hay mucho más que eso.
En esta ocasión, el cineasta parte de una premisa que no es demasiado original pero que no tarda en llevarse a su terreno, haciendo de ella una excusa perfecta para explorar los temas que tanto le obsesionan: la infidelidad, sí, pero también el amor, la muerte, el azar. La película se acerca -aunque con otro tono y otras inquietudes- a su grandísima ‘Match Point’, añadiendo una trama policíaca a lo que hasta entonces parecía una simple y agradable comedia romántica.
El cineasta neoyorkino hace gala una vez más de su talento para sacar lo mejor de sus intérpretes. Lou de Laâge y Niels Schneider, además de ser una presencia luminosa en pantalla, son pura química. Melvil Paupaud, está fantástico como ese meticuloso e improbable villano, y Valerie Lemercier divertidísima en uno de esos papeles secundarios cómicos que Allen sabe escribir tan bien.
Los ingeniosos diálogos, marca de la casa, tampoco fallan a la hora de arrancar risas, y los giros de guion pese a ser quizá un poco toscos, funcionan estupendamente con el tono desenfadado de la propuesta. No estaremos ante el mejor Woody Allen, pero sí ante uno bastante inspirado. ‘Golpe de suerte’ es divertida, sorprendente y juguetona y, por supuesto, está impregnada de ese estilo tan imitado y a su vez tan inimitable del cineasta. Él sigue a lo suyo, y qué bien que así sea.