Pronto aterrizará en Movistar ‘Esta ambición desmedida’, el documental que detalla la creación de ‘El Madrileño’ y de la gira ‘Sin cantar ni afinar’, y que de momento en cines está siendo uno de los docus más taquilleros del año (el más taquillero obviamente no va a ser, porque todo sabemos cuál es, ¿verdad?). Distribuido por Avalon, el resultado de seguir a C. Tangana 24/7 se preestrenó en el Festival de San Sebastián, detallando que tendríamos tanto la versión de cines como la versión por capítulos para Movistar, y que probablemente habría cambios en el metraje.
No sabemos si finalmente los habrá habido, pero, a juzgar por lo que vimos en Donosti, ‘Esta ambición desmedida’ es interesante si te interesa la figura de Tangana, el hype alrededor de lo que hace o los colaboradores de los que se rodea (hay aquí entrevistas a gente como Nathy Peluso o Niño de Elche, junto a personas anónimas de su entorno), pero no es el gran proyecto que (suponemos) algún día se hará sobre él ni, desde luego, un documental de artista a la altura de los grandes del género.
‘Esta ambición desmedida’ toma su título de ‘Un veneno’, uno de sus mejores temas, en el que demuestra que, efectivamente, “sin cantar ni afinar”, talento tiene Antón de sobra. Olfato comercial, sí, pero también talento para componer temazos, para crearse el personaje, hacer distintas músicas, e incluso recuperar al rapero que quizás nunca se fue, ya sea con el regalo de ‘Estrecho/Alvarado’ o con el “bonus track” que se nos ofrece hacia el final del documental. Según dice su trailer, “esto no es un documental” (hola, Zahara y Guille Guerrero) sino una tragedia, pero ‘Esta ambición desmedida’ funciona mucho mejor cuando es comedia, cuando se toma menos en serio. Porque su propuesta “seria” está lejos de ser lo que cree ser.
Cristina Trenas, Santos Bacana y Rogelio González, los responsables, son personas muy cercanas a C. Tangana; no en vano, la productora Little Spain está detrás de muchos de sus videoclips. Y no sabemos si por ese motivo, pero uno de los principales fallos del documental es la enorme distancia que se siente respecto a la persona retratada… que suele ser debido a que hay muy poca distancia detrás de las cámaras. Un problema común en documentales sobre artistas es el ego del artista en cuestión, la no-desmedida valentía de los responsables, o la mezcla de ambos factores. Pero qué ego puede ser mayor que el de Madonna, y ahí está ‘Truth or Dare’ siendo todo un referente. Incluso ‘Miss Americana’, aunque radicalmente distinto, se las apañó para mostrar aspectos de Taylor Swift que no se conocían mucho, y acercarla a gente que no la soportaba.
La comparación podría ser injusta si hablamos de presupuesto, pero es que ése no es el problema aquí. Está también en los aspectos más técnicos; por poner un ejemplo, el montaje se hace bastante monótono para lo que han hecho antes desde Little Spain, y esto podría tener sentido si se mostrase un lado hasta ahora desconocido del autor de ‘Llorando en la limo’… pero es que eso no termina de pasar. Porque, y ahí vamos, ‘Esta ambición desmedida’ juega con el clásico “los genios son así” y comparte varias salidas de tono; en entrevistas, de hecho, han dicho (incluso el propio artista) que se le muestra como un “hijo de puta”. Pero es que hasta eso parece calculado. Tienes la sensación de que hay mucho más que se están guardando, y que el decir “enseñemos su lado oscuro” es otra operación de marketing.
Y además, qué coño, que es C. Tangana. Mostrarle siendo un gallito no es ninguna revolución; la verdadera novedad sería haberse centrado en su vulnerabilidad. O en mostrar más a Antón que a C. Tangana. Porque prácticamente en ningún momento de ‘Esta ambición desmedida’ dejas de tener la sensación de estar viendo a un personaje, no a una persona. Y el interés que tiene eso se acerca más al del publirreportaje.