Aiko el grupo es una de esas formaciones que sobrevive en el underground nacional, gracias a una pequeña base de fans, pero muy fieles. Descubiertas en la colección New Adventures In Pop del prestigioso sello Elefant, a destacar su hit ‘A mí ya me iba mal de antes’, publican ahora un nuevo disco de título más catastrófico, si cabe: ‘Me están apuntando con un arma’.
Las historias de la banda formada por Teresa Iñesta, Lara Miera y Bárbara López, a quienes finalmente se uniría el batería y corista Jaime Acosta, a veces son tremendas. La que más bidones de palomitas requiere esta vez es ‘Peñacastillo‘. Turbulenta como una peli de tarde, narra un episodio violento de pareja («Cuando me enfadé / Pegándole patadas a tu coche / Arrancaste y te fuiste / Con la puerta abierta») que avergüenza a sus protagonistas («Sé que te acuerdas / quién iba a olvidarse de eso / No lo hablaremos / Siempre nos va a perseguir») y ha traído consecuencias insalvables («yo te quería y ahora me he vuelto una tía fría»).
La que podemos considerar la mejor canción de Aiko el grupo se termina de venir arriba con el crescendo a la altura de «me cago viva, me cago entera» (sic); como ‘ke pesao’ hace lo propio en su clímax «¡que me dejes en paz, asqueroso!». En ese otro caso estamos ante un himno feminista contra un sobón, retratado en frases como «te rascas la tula, te hueles la mano». Desgraciadamente, demasiados nombres te vendrán a la cabeza, de famosos y no famosos, ante frases como «¿Por qué me tocas tanto el brazo? / ¿Te pone cachondo? / Me estás dando un asco…»
A partir de este mundo a veces tan feo, Aiko el grupo saben construir música divertida, pese a todo. Quizá porque de algo hay que reírse. Un grano que nos sale y un examen en el que copiamos protagonizan el tema ‘Niños furbito y niñas lo que sea’. El mareo de alguien que nos dice que sí y luego que no da lugar al estribillo junto a Mujeres de ‘Soy una fracasada estúpida’: «si cada español que me diera una peseta, cada vez que me acuerdo de ti / Tendría una cantidad ingente de ellas y aun así no sería feliz». ‘Sexo Fender’ va de cuando «te huele el pelo a cenicero», remitiendo a los años del mal llamado tonti pop.
Estas composiciones de espíritu ramoniano y pegamoide citan como referentes a gente que siempre permaneció en el underground como Bikini Kill y Veronica Falls. Aiko el grupo le ponen un punto más desenfadado que el de sus referentes internacionales. «Nos gusta decir que hacemos rock para calvos, es la etiqueta en la que nos sentimos cómodas», dejaron como titular hace un par de años en Mondosonoro. Su punk pop de teclados insistentes y circenses tiende a lo lineal, al menos hasta que llega la balada final ‘Love Song’, que incluso incorpora unos pocos segundos de bossa. Hasta llegar ahí, son sobre todo sus letras las que han convertido algunas de sus canciones en pequeños himnos generacionales.