Nada es verdad (Veronica Raimo)
El boca-oreja ha hecho que esta novela de la desconocida en España Veronica Raimo lleve ya cinco ediciones en apenas medio año. ‘Nada es verdad’ (Libros del Asteroide) es un divertidísimo retrato generacional, de iniciación (femenina), familiar (de clase media romana) y de amistad (el libro está dedicado a tres amigas), con un trasfondo tan trágico y oscuro que resulta chocante y, a la postre, singularmente atractivo. Una historia autoficcional, unas memorias fragmentarias y frágiles, repletas de humor negro, escatología y personajes excéntricos (la figura de la mamma opresiva es tremenda), narrada por la autora con una ironía inteligentísima, una irreverencia impactante y una ternura desarmante. No por casualidad, la novela acaba de ser nominada al Premio Booker Internacional. 8’5
La casa del diablo (John Darnielle)
Cuando un artista que ha triunfado en una determinada disciplina decide cambiar a otra diferente, sus fans suelen levantar la ceja en señal de escepticismo. “Zapatero, a tus zapatos”, dice el viejo (viejuno) dicho. John Darnielle es conocido por ser el líder de la banda The Mountain Goats, pero ya va siendo hora de que lo sea también como novelista. De las tres novelas que ha escrito, dos se han publicado en España: su magnífico debut, ‘Lobo en la camioneta blanca’ (Contra, 2015), y la última, la extraordinaria ‘La casa del diablo’ (Aristas Martínez). True crime, casas misteriosas, adolescencia a lo Stephen King, el Pánico Satánico de los 80… Darnielle mezcla todos estos temas por medio de una estructura formal enormemente sugerente, combinando líneas narrativas y puntos de vista, para armar un relato que se interroga constantemente sobre la responsabilidad ética del escritor (y el lector) de crónica negra. Quizás le sobre un exceso de descripciones, pero lo compensa con toneladas de talento literario. 7’9
Swimming Underground (Mary Woronov)
Fue una de las “chelsea girls” de Andy Warhol, la bailarina principal de la performance multimedia ‘Exploding Plastic Inevitable’ (con música de The Velvet Underground y Nico) y actriz de culto de la serie B (‘Noche silenciosa, noche sangrienta’, ‘La carrera de la muerte del año 2000’, ‘TerrorVision’). Mary Woronov entró en la Factory cuando era una estudiante de arte. Warhol le dio sus “15 minutos de fama” en uno de sus screen test (musicado en 2010 por Dean & Britta). A partir de ahí fue una habitual del círculo de Andy. En ‘Swimming Underground: Mis años en la Fábrica Warhol’ (Reservoir Books), Woronov nos sumerge en la escena contracultural neoyorquina de los sesenta. Son unas memorias de prosa lisérgica y ritmo anfetamínico (Mary se pasaba el día puesta de speed), que no solo funcionan como relato autobiográfico, jugoso anecdotario y testimonio de primera mano de un movimiento artístico y cultural único, sino también como translación literaria del espíritu underground del Nueva York de los 60. 7
La Niña de Oro (Pablo Maurette)
¿Cuándo se sabe que una novela policiaca es buena? Para mí, cuando el dibujo de los personajes está a la altura de la construcción de la trama y atmósfera. Cuántas premisas argumentales ingeniosas, situadas en ambientes llenos de sugerencias, se han echado a perder por unos personajes planos y estereotipados. Y, al contrario, cuántos personajes interesantes se quedan en nada por culpa de una trama llena de clichés, mal desarrollada y ambientada. ‘La Niña de Oro’ (Anagrama) cumple con creces esas dos condiciones. Por un lado, narra una historia criminal apasionante, llena de estimulantes reflexiones sobre el trabajo policial, situada en una Buenos Aires sombría, en la que se mezclan brujería, albinismo, manipulación genética, prostitución masculina… Y, por otro, está protagonizada por unos personajes fabulosos (a destacar la protagonista, una secretaria judicial a punto de irse de vacaciones) cuyas relaciones dan lugar a unos diálogos fantásticos. 8
La seca (Txani Rodriguez)
‘La seca’ (Seix Barral) transita por los territorios geográficos, ideológicos y emocionales de películas como ‘Alcarràs’, ‘As bestas’ y, sobre todo, de la menos conocida ‘Suro’. Como en esta última, la labor de extracción de corcho de los alcornocales tiene mucha relevancia dramática. Txani Rodriguez, alavesa hija de corcheros andaluces, narra una historia de conflictos sociales, dilemas ecológicos y relaciones maternofiliales situada en un pueblo gaditano del Parque Natural de Los Alcornocales. La “seca” del título es una enfermedad que afecta a los alcornoques por falta de agua, pero también funciona como metáfora del carácter “seco” de la amargada protagonista; una mujer vasca, trasunto de la escritora, que vuelve al pueblo de su infancia con su madre. Narrada con una prosa exquisita, la novela descorcha varios temas de actualidad relacionados con las tensiones campo-ciudad, sin maniqueísmos y con un evocador lirismo. 7