Los discos de pop a menudo se desarrollan sin norte. Acumulan featurings e ideas a ver con cuál suena la flauta. Los proyectos cohesivos y certeros son la excepción en un océano de «novedades viernes» desesperadas por hacerse un hueco. Cuando conocimos a Vicco interpretando una amuermada versión de ‘Memoria de pez’ en la gala 0 del segundo Benidorm Fest, no adivinamos que estábamos ante el segundo tipo de artista. Si me apuras, tampoco cuando estrenó ‘Nochentera‘.
Era esta una canción bobalicona, veraniega, sobre una «noche ochentera», fuera lo que fuera aquello, en torno a «dos trocitos de fruta» que si quieres «se disfrutan». 8 discos de platino después (puede quedar alguno más, el tema sigue en el top 75 en España tras 66 semanas), ‘Nochentera’ es una cosa muy concreta en este primer disco que publica la catalana Vicco: una especie de estrella polar a la que las otras 10 composiciones se dirigen.
El álbum se llama ‘Noctalgia’. En otro de esos juegos de palabras inexplicables marca de la casa, significa mitad «noche», mitad «nostalgia». Por un lado, puede ser visto como un disco demasiado homogéneo y descarado en su intento de repetir -de momento sin mucho éxito- el gran pelotazo de Vicco. Ese «cabrón» medio elíptico en ‘Todo me da igual’ busca emular la espontaneidad que se percibía en ‘Nochentera’.
Pero otra manera de entenderlo es que Victoria Riba no ha cejado en su empeño de ser fiel a un estilo muy bien definido. Por mucho que los números no le estuvieran dando, no se ha acercado al urban, ni al reggaeton, ni a la balada, ni a otras artistas similares a ella, por poner un ejemplo, Belén Aguilera.
‘Noctalgia’ es un disco sin artistas invitados en el que el único protagonista son los años 80. Algunas canciones suenan más tristes y otras más alegres. El modo en que Abraham Mateo incorpora el nombre de Vicco a la letra de ‘tequiero’ («vicómo me mirabas, vicómo me besabas») está bastante simpático. Algunas incluso se ríen un poco de sí mismas: «Solo escribo sobre desamor, y esa no soy yo», dice ‘Misiles’.
Pero todas giran alrededor de la década de Olé Olé, C.C. Catch y Stock, Aitken & Waterman. Por mucho que ‘Me muero x ti‘ pueda recordar a ‘Todo de ti’ de Rauw Alejandro, y ‘tequiero’ con Abraham Mateo a su referente ‘Blinding Lights’, sería un error vincular este disco a aquellas. Porque donde The Weeknd y Rauw viran de un estilo a otro, ora un R&B, ora un drum&bass, este disco permanece enteramente fiel al europop, al HI-NRG, a los tiempos de ‘Flashdance’. Al margen de su éxito comercial o todo lo contrario, temas como ‘La vuelta al mundo’ o ‘Volver a nacer’ son buenos singles sucesores de lo que nos dio ‘Nochentera’.
Lo que no significa que no haya un mínimo de variedad. ‘Sorteo’ opta por hacer un homenaje a los Coldplay de ‘Clocks’, mientras ‘Como Britney‘ no se inspira tanto en el pop de los 2000 como en sus sinsabores para el que es uno de los medios tiempos del álbum. Hay quien se quejará de que ya conocía hasta 8 de los 11 temas de ‘Noctalgia’, si bien muchos no habían tenido la suficiente repercusión, y está bien reunirlos para poner en valor como compositora a otra de las grandes sorpresas de Benidorm Fest.