Música

Tate McRae desata la locura en Vistalegre

Todavía quedaban carteles en Vistalegre del evento de VOX con Milei el pasado fin de semana, ese que puede movilizar a lo grande a la izquierda en las Elecciones Europeas del 9-J, cuando los fans de Tate McRae -muchxs de ellxs LGTB+ y fluid- estuvieron cerca de llenar el mismo Palacio este martes. La cantante se ha anotado un par de hits masivos en los últimos meses, pero uno nunca sabe si los millones de streams, de seguidores y de oyentes se traducirán en un llenazo de un arena de 10.000 personas o son solo humo que prende y se desvanece en el mismo sitio: TikTok.

Vistalegre lució petado, si bien con alguna parte de los graderíos cerrada. Tate McRae, que tiene 20 años, todavía no es capaz de congregar a enormes masas, pero la noticia que dejó su paso por Madrid es que podría conseguirlo muy pronto. Lo tiene todo: actitud, voz, músicos, bailarines, fans entregados… O casi: tan sólo le falta algún hit más.

La artista es una bomba desde que salta al escenario al ritmo de ‘think later‘, la canción que da título a toda la gira y a su segundo disco, un álbum que pasó un poco desapercibido por las listas, dada su edición un absurdo 8 de diciembre. Sin embargo, a pesar de las cifras, a su público le ha llegado, y la primera nota de cada tema es recibida cual segunda venida de Cristo. Influencers en las últimas filas se graban chillando por ejemplo ‘feel like shit’ para luego compartir su vídeo desgañitado en las redes sociales. El griterío de la chavalada ante cada cucamona de Tate McRae, incluso en forma de sombra chinesca, es tal, que si lo hubiera oído directamente en Youtube habría dicho que es pregrabado. Cortado y pegado a la perfección, extraído como de un concierto de k-pop.

Pero no. Aquí todo es auténtico. Para empezar el sonido del concierto. Desde el primer momento, a ambos lados del escenario aparecen dos cubos gigantes sobre los que se mueven cuatro bailarines -dos chicos y dos chicas-. Dentro de ellos se ocultan -después serán más visibles y tendrán sus momentos de protagonismo- un batería y un guitarrista. El primero aporta contundencia y ritmo a todo el Palacio Vistalegre. El segundo hará rugir la eléctrica en primer plano en los desenlaces de ‘uh oh’ o ‘cut my hair’. Ahí es cuando es inevitable pensar que la música de estudio de Tate McRae, por momentos demasiado monocorde, no ha recibido el acabado idóneo. Que suena mejor en directo, con su banda en vivo.

Beth Saravo

Esto supone toda una sorpresa, pues en principio su actitud sobre las tablas parece más vinculada al hip hop. A una Fergie desafiante, o en España a una Lola Indigo. Pero que ella sigue su propios instintos lo demuestra haciendo funcionar las baladas con una solvente voz. Interpreta ‘calgary’ y ‘stay done’ subida en el cubo izquierdo, la primera vinculada al vacío que siente cuando vuelve a casa en verano por su cumpleaños y, junto a su familia de nuevo, cree por un momento que vuelve a tener 15 años. «Odio esa sensación», confiesa. La artista también se abre en ‘grave’, revelando que el año pasado sufrió la ruptura de una relación que parecía no tener fin, la más larga que ha tenido. McRae conecta de esta manera con la audiencia.

Y luego están los hits, algunos de ellos representados en un ring de boxeo. ‘exes‘ es un numerazo coreografiado. ‘she’s all i wanna be’, de su debut ‘i used to think i could fly’, con su vena pop-rock, otro de los «highlights» del show. Y por supuesto se reserva para el bis ‘greedy‘, con todo el Palacio Vistalegre celebrando su inmediatez, su tino, su concisión. Tenía dudas sobre este tema porque recuerda demasiado a ‘Promiscous’. Pero Tate McRae es un toro capaz de lidiar con todo: el concierto no había arrancado hasta que no se había pinchado la susodicha canción de Nelly Furtado. 8.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: tate mcrae