Tate McRae está en camino de convertirse en una superestrella global. De momento tiene un hit incontestable, ‘Greedy’, otro que tiene los mimbres para serlo, ‘Exes’, y ahora, también, un nuevo disco publicado a toda prisa, con el que seguirá arañando buenos números mientras prepara el estreno de una gira mundial que pasará por España la próxima primavera.
La propia Tate McRae ha reconocido que el lanzamiento de ‘Think Later’ ha sido apresurado. La canadiense lo ha acabado de grabar en apenas una semana por exigencia de su discográfica, y se nota, porque el producto final podría ser muchísimo mejor.
El pelotazo de ‘Greedy’ ha tenido que pillar a RCA Records por sorpresa. Como a todo el mundo. Pero parece que ha pasado tiempo suficiente para que el sonido que pregonaba Timbaland en 2006 vuelva a triunfar. ‘Greedy’ es una buena imitación de ese estilo, aunque la composición queda en un segundo plano. ‘Exes’ opta por un sonido más garage y, sobre todo, por un estribillo irresistiblemente bobo: ese “oh, I’m sorry, sorry that you love me” no se va de mi cabeza.
Tate McRae sabe defender su música no solo cantando en cursiva, como toda buena pop star de hoy, sino también dejándose la piel en el escenario. El baile es definitivamente su seña de identidad y, en una época en la que las coreografías atléticas de los 2000 no están en absoluto de moda, y Tinashe lo sabe mejor que nadie, McRae puede sentar precedente. Sin embargo, sus canciones luchan por hacerse notar, pareciéndose demasiado a otras cosas, mientras las melodías rara vez salen fortalecidas del intento.
Algunas canciones de ‘Think Later’ salen airosas del reto “acaba el disco en una semana”. ‘Cut My Hair’ es una buena declaración de intenciones: Tate canta que el papel de “niña triste” que vendió en su debut ya no va con ella, y que las chicas buenas están “sobrevaloradas”. ‘Hurt My Feelings’ busca el sonido de ‘Greedy’ y lo clava casi igual de bien. The Weeknd es una inspiración obvia en ‘Run for the Hills’ en uno de los pocos momentos del disco en los que la creación de una atmósfera densa y opresiva tiene sentido. Y las baladas a Tate no se le dan nada mal: ‘Stay Used’ está muy evidentemente inspirada, y muy pronto, además, en ‘Nobody Gets Me’ de SZA, pero SZA no ha inventado la balada emo, y ‘Stay Used’ no es una mala canción en absoluto. Lo mismo se puede decir de la pista final, ‘Plastic Palm Trees’. El problema es que llegar a ella cuesta más de lo que debería.
La falta de buenas melodías en ‘Think Later’ se hace evidente muy pronto. Que un disco que no llega a los 40 minutos de duración, parezca que dura el doble, nunca es buena señal. Los productores de ‘Think Later’, entre los cuales se encuentra Ryan Tedder, tratan de disimular la ausencia de melodías sólidas sobrecargando la producción con reverb y efectos diversos, pero esta decisión lastra el disco, pues las canciones terminan inevitablemente fundidas unas con otras.
Es por ejemplo el caso de ‘Grave’, cargada de unas percusiones tremebundas que buscan desesperadamente provocar emoción. ‘Calgary’, dedicada a la ciudad done Tate nació, es la típica balada atmosférica embriagada de sí misma. Y ’Messier’ es otra composición donde el reverb y la elaborada producción trata de sacar petróleo donde no lo hay. Solo ‘We’re Not Alike’ logra diferenciarse dentro de la secuencia agregando guitarras de inspiración grunge, pero la canción tampoco es gran cosa.
Vale la pena, como decimos, llegar a la bonita ‘Plastic Palm Trees’, pero llega demasiado tarde. ‘Think Later’ tiene evidentemente el acabado brillante y lustroso de una superproducción internacional, pero la materia prima no es tan sólida como debería. Lo mejor que se puede decir de ‘Think Later’, por tanto, es que abre el camino a que el próximo disco de Tate McRae sea mucho mejor. No será difícil la tarea.