Después de reseñar las películas que nos han parecido más destacables del Atlàntida Mallorca Film Fest 2024, hacemos una selección con cinco descubrimientos, incluyendo la ganadora del festival de Filmin.
La venus de plata (Héléna Klotz)
La película ganadora del AMFF 2024 es el segundo largometraje de Héléna Klotz, cineasta que se dio a conocer (aparte de por ser hija del director Nicolas Klotz) con la prometedora ‘La edad atómica’ (2012). Protagonizado por Niels Schneider (‘Golpe de suerte’, ‘Sangre y dinero’) y la estrella del pop francés Pomme (Claire Pommet, en su debut como actriz), ‘La venus de plata’ es un notable drama de formación, un coming of age, ambientado en el mundo de las finanzas, del trading.
La película se puede ver como una mezcla, en clave femenina, juvenil y tardocapitalista, de ‘Wall Street’ (1987) y ‘Martin Eden’ (2019). Un relato visualmente hipnótico de arribismo, deserciones de clase y paso a la madurez, protagonizado por una aspirante a loba de Wall Sreet caracterizada por su aspecto andrógino, talento para las finanzas y una fuerza de voluntad tan férrea como despiadada. Uno de los grandes descubrimientos de la Sección Oficial. 8
Rossosperanza (Annarita Zambrano)
Al igual que Héléna Klotz, la directora italiana afincada en París Annarita Zambrano había llamado la atención por su debut, ‘Después de la guerra’ (2017), presentado en Cannes. Con la noventera y muy musical ‘Rossosperanza’ ha confirmado su singular talento. La película es una sátira pasoliniana sobre el concepto de familia heteropatriarcal y burguesa, situada en 1990 en una clínica para “curar” a jóvenes pijos “problemáticos”.
Una DJ sociópata que utiliza la música como refugio, el hijo homosexual de un político demócrata cristiano, una seductora de sugar daddies aspirante a diva y un chico introvertido y violento con inclinaciones artísticas. Esos son los cuatro “enfermos” de la clínica retratados por la directora a través de una narrativa llena de saltos temporales e imaginativas fugas (incluye una estupenda secuencia de animación), con mucha música tecno, humor negro y secuencias de gran potencia alegórica. 7,9
The Rapture (Iris Kaltenbäck)
Uno de los debuts más aplaudidos del año pasado en Francia. Premiada en Cannes y nominada en los premios Cesar (Mejor ópera prima y actriz protagonista, una fabulosa Hafsia Herzi), ‘The Rapture’ es un drama psicológico sobre la maternidad, sobre cómo afecta el nacimiento de un hijo en una relación de amistad, inspirado en un caso real. La historia de una pequeña mentira que se va haciendo cada vez más grande a medida que la protagonista, una comadrona con problemas sentimentales, va añadiendo capas y capas a su engaño hasta verse atrapada en él. Una huida hacia adelante con consecuencias fatales.
La cineasta Iris Kaltenbäck construye un personaje extraordinario, lleno de matices y complejidad psicológica. Es el interés principal de la película: no juzgar al personaje sino comprenderlo, explicar cómo una persona “normal” puede llegar a hacer algo así, mostrar los mecanismos psíquicos y emocionales que pueden empujar a alguien a comportarse de esa manera. Y Kaltenbäck lo hace de forma excepcional, demostrando tener un enorme control del ritmo narrativo y la tensión dramática. Una joya de una directora a seguir muy de cerca. 8,5
El hombre de las mil caras (Sonia Kronlund)
Siempre he pensado que la expresión “placer culpable” no debería aplicarse a escuchar con gustarraco báquico cosas tipo el remix eurocopero de ‘Potra salvaje’, por poner un ejemplo reciente, sino a gozar como un marrano viendo películas, como en este caso, moralmente reprobables. El documental ‘El hombre de las mil caras’, por muy capullo que sea el protagonista y mucho discurso feminista que tenga su directora, no es otra cosa que la orquestación de una venganza, la crónica de un complot para desenmascarar y poner en ridículo a un farsante, al “hombre de las mil caras” del título. Pero no a través de medios legales, sino por medio del escarnio público y la explotación comercial (también hay publicado un libro y un podcast).
Y es que la directora Sonia Kronlund es casi igual de fullera que el sinvergüenza a quien persigue (un tipo que se hace pasar por otras personas para embaucar a las mujeres a las que seduce). Utiliza sus mismas armas, el engaño y la manipulación, para atraparlo. Lo que ocurre es que 1) no engaña al espectador (un letrero al principio nos avisa de que “esta película no es una investigación periodística”) y 2) el documental es muy, muy entretenido, y la venganza, divertidísima. Eres mala, Sonia. 7
Desde el retrovisor (Maciek Hamela)
Un coche y una cámara. No hace falta nada más para documentar la cara más humana de la guerra de Ucrania. Este premiadísimo documental surgió de las ganas de ayudar del cineasta polaco Maciek Hamela. Hablante de ruso y ucranio, Hamela compró un monovolumen y, junto a un operador de cámara, se lanzó a transportar a los refugiados que huían de los bombardeos. Durante los trayectos, fue recogiendo los testimonios de los pasajeros y filmando la devastación que se va encontrando a su paso. Un dispositivo sencillísimo, minimalista, pero con una fuerza dramática enorme.
Como una ‘Noche en la Tierra’ (1991) documental, ‘Desde el retrovisor’ sienta al espectador en el asiento del coche de rescate como un pasajero más. Viajamos con los refugiados por barrios destruidos y caminos cortados por las bombas, pasando controles militares y escuchando sus relatos acerca de lo que han dejado atrás y lo que esperan del futuro. Hamela no busca el sensacionalismo ni la imagen impactante y viralizable, sino observar la guerra en su dimensión más íntima y cotidiana. Al lado de las víctimas, no por encima de ellas. 8