Música

Por qué es un buen momento para una reunión de Oasis

«Prefiero comerme mis propios testículos que reunir a los Smiths, y eso es mucho decir para un vegetariano» es la mejor respuesta de la historia, ante la eterna pregunta de una posible reunión, formulada a una banda de rock. La pronunció Morrissey, claro, concretamente en Uncut en 2006, pero la podría haber dicho Noel Gallagher en 2015. Ese fue el año en que, por ejemplo, el mayor de los hermanos de Oasis declaró: «La banda ya no existe. No hay banda. No me involucraré de ninguna forma. Si hay una reunión, yo no seré parte de ella».

Este martes -el lunes era fiesta en UK- se ha anunciado finalmente la reunión de Oasis, una por la que muchos no habríamos dado un duro. También corría el año 2015 cuando entrevisté a Noel en el Festival de Benicàssim, y cuando le pregunté por su hermano, miró a la puerta del camerino, como deseando escapar o que su agente de prensa le sacara de allí con premura. Pero nadie apareció a su rescate: de manera extraña en el caso de una estrella de esta envergadura, nos habían dejado completamente solos.

Aproveché entonces para preguntarle si no coincidía con Liam ni en las cenas de Navidad, un escenario que también me solía venir a la mente cuando pensaba en las familias de Nacho y Jose de Mecano. «No, no hablamos. Le he visto unas pocas veces. Hablamos como… ya sabes, unos cinco minutos cada vez».

En el camino a esta reunión, todos los seguidores de Oasis sabemos que quien no quería volver aquí era Noel. La pregunta sobre lo que ha cambiado para convencerle, todo el mundo la tiene clara. El dinero tras un caro divorcio. Fin del artículo. Pasen a la sección de comentarios.

Aunque en realidad, las cosas pueden ser un poco más complejas que eso. Tras la abrupta separación de Oasis en mitad de un concierto en 2009, la carrera de Noel Gallagher’s High Flying Birds fue más exitosa de lo que recuerdas. Sobre todo en su Reino Unido natal, donde varias generaciones han crecido aprendiéndose la letra de ‘Wonderwall’ y ‘Don’t Look Back In Anger’, como si de himnos nacionales se tratase. Allí el primer disco del grupo posterior de Noel fue triple platino, sumando hasta 2,5 millones de copias en todo el mundo. Y eso es más de lo que muchos grupos de Brit Pop vendieron en los 90 de su lanzamiento más popular.

Después, es verdad que las cosas se han ido torciendo. Noel se pasó a la electrónica de mano de David Holmes con ‘Who Built the Moon?’ y, aunque los resultados no estaban mal, recordaban demasiado a sus colaboraciones pasadas con Chemical Brothers. Las canciones eran cada vez menos populares y su carrera empezaba a estar un poco en punto muerto. Su último disco, ‘Council Skies’ es, por mucho, el menos popular de sus entregas. Por primera vez se le escapaba disco de oro alguno.

Y qué decir de Liam Gallagher, ese gran tuitero que no teme a la cancelación. Pasó de no querer cantar hits de Oasis a cantárselos todos. De unos inicios más erráticos al frente de una banda olvidada como Beady Eye, a convencer un poco más con los discos firmados con su nombre, cada vez más confiado en su talento como autor. Ha recibido su álbum de platino y su álbum de oro en UK por sus discos en solitario, pero seguro que ya no recordabas que no hace ni 6 meses que sacó un álbum con John Squire. ¿No fue hace dos o tres años?

Otra razón que beneficia el regreso de Oasis es la falta de referentes en el mundo del rock actual, por no hablar de la falta de cabezas de cartel recurrentes para festivales que siguen tan apegados a este género como, por decir algo, Mad Cool. En una década en la que el mayor éxito del mundo del rock se llama Måneskin, no es difícil imaginar a una banda como Oasis volver a por lo suyo. Cuando los programadores de festivales especializados en rock se quejan de que Arctic Monkeys, The Strokes, The Killers…. ni remotamente están dispuestos a hacer giras todos los años, cada vez tiene más sentido que una banda como Oasis se reúna. Es decir, se han reunido Ride, que sí, les precedieron, pero no llegaron a tener ni una centésima parte de su popularidad.

En aquella confusa amalgama que se denominó Brit Pop, Oasis presentaron la colección de canciones más atemporal de su generación. Por algo fueron los que más vendieron. Se inspiraban en los 60 y en los 70 y sortearon las demandas por plagio mejor que los pobres The Verve, que fueron perseguidos por The Rolling Stones durante 22 largos años a causa de ‘Bittersweet Symphony’. Parece que las editoriales de The Beatles y David Bowie fueron menos agresivas. Más generosas.

El caso es que pese a la caída en popularidad e inspiración, clarísima y evidente después de su segundo disco, Oasis sí construyeron un cancionero capaz de llamar la atención de las nuevas generaciones. Oasis no pudieron ser los nuevos Beatles porque nunca entregaron su «Revolver», ni su «Sgt Pepper’s», ni su «Abbey Road». Lo que sí podemos hacer es sumar a su veintena de grandes éxitos, de ‘Supersonic’ a ‘Stand By Me’, pasando por ‘Live Forever’, composiciones tan bonitas como ‘Slide Away’. Que me aspen si no comienzan sus conciertos con ‘Hello’ y aquello de «it’s good to be back». No, mejor con ‘Rock’n’Roll Star’, como solían. O mejor con ‘Columbia’, como aquellos conciertos en Knebworth ante 250.000 personas. Grabé uno de aquellos shows de la radio en una cinta y me lo puse tantas veces que me he creído que estuve allí. ¡Llevo 28 años fingiendo que sé dónde está Knebworth!

Hoy en día no se puede cuestionar su legado. Oasis han influido a una nueva generación de grupos como Fontaines DC, DMA’s o en España Alcalá Norte. Hasta Chappell Roan define su tema ‘Red Wine Supernova‘ como «la versión gay de Champagne Supernova». El grupo es ya el 20º más escuchado de Spotify cuando hace un par de días ni aparecían en el top 200, la demanda de las entradas se presume apoteósica, y los comentarios en la red y los memes no tienen fin. “La gira no la acaban”, dice uno. “Antes de llegar al minuto 5 del primer concierto anularán el resto”, asegura otro. «Camela también tocaron sin hablarse», recuerda alguien más.

El fotógrafo que ha hecho las nuevas instantáneas promocionales de Noel y Liam ha tenido que desmentir que los hermanos no coincidieran en el estudio. Todo el mundo había asumido que las extrañas fotos se habían montado con Photoshop. Asegura el NME -en obvio éxtasis por esta reunión, o sea, esto es tan impensado como si en España se reunieran Family- que el ambiente en la sesión fue cordial. Que se gastaron bromas. Peter Hook contaba, cuando tenía 54 años, que no iba a comportarse como un niño si coincidía en un mismo edificio con sus ex compañeros de New Order. Noel tiene 57 y Liam, 51. La verdad es que si a estas alturas aguarda alguna niñatada, puede que hasta sea más pose que otra cosa.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: oasis