Música

Magdalena Bay / Imaginal Disk

El mundo en el que vive Magdalena Bay es plastic y fantastic, pero no a la manera de ‘Barbie‘, sino que es un mundo mucho más saturado -más todavía- y lisérgico. Su debut ‘Mercurial World‘ era -como suele pasar- una declaración de intenciones. A base de melodías de pop etéreas, producciones excesivas hasta decir basta y una estética con un pie en internet y, el otro, en el espacio exterior, Magdalena Bay ha creado un universo propio, ofreciendo una muy necesaria alternativa al aburrido conformismo del pop de hace unos años, cuando editaron su debut, y el actual.

Que al dúo de Mica Tenenbaum y Matthew Lewin le gusta el exceso era evidente escuchando ‘Mercurial World’ y visualizando sus videoclips. En la edición deluxe de su debut, una balada como ‘All You Do‘ sonaba capaz de transformar el mundo. En ‘Imaginal Disk’, su segundo largo, Magdalena Bay dobla apuesta, entregando su obra más ambiciosa.

Se trata de un disco conceptual -y de verdad, no como el último de la Cyrus- escrito en torno a la historia de un personaje sumido en una crisis existencial. Una exploración de la identidad propia que toma el nombre de los discos imaginales, estructuras presentes en las larvas de algunos insectos -como las moscas o las mariposas- que facilitan su metamorfosis. La metáfora está clara, pero Magdalena Bay la presenta además con una atractiva estética inspirada en la era del CD y de los inicios de internet; el «disco imaginal» es, en el mundo de ‘Imaginal Disk’, literalmente un disco que se inserta dentro de la frente de la narradora -interpretada por Mica- para ayudarle a superar sus miedos y creer en sí misma.

Magdalena Bay da forma a este concepto creando un álbum de desarrollo épico, ambicioso en forma y fondo, en el que el dúo ofrece distintas facetas de sí mismo dotando a la vez al álbum de un empaque tremendo y de un sonido cohesivo. La producción -ante todo los demás- es frondosa, excesiva y asombrosa, una sobrada de imaginación y creatividad al servicio de unas canciones que se prestan a ser moldeadas de mil maneras.

Es también un asalto a los sentidos este ‘Imaginal Disk’ en sus mejores momentos. En el single ‘Death & Romance‘ el empuje de la percusión del estribillo parece diseñado para que literalmente salte a través de los altavoces, en contraste con la elegancia setentera de los arreglos de batería y piano. Es una fórmula similar a la del rock psicodélico de ‘That’s My Floor’, mientras, en el mejor momento de ‘Vampire in the Corner’, una balada enamorada hasta las trancas, hasta la culpabilidad incluso («quizá te he querido demasiado»), un sintetizador emerge en la mezcla trepando el resto de instrumentos como si fuera hiedra. En contraste, el sonido de una caja de música aporta una capa de inocencia y fragilidad.

En el centro de todo está siempre ubicada Mica aportando su voz mágica y fina como la seda. Brilla por ejemplo en el balearic de ‘Image’ o en esa ‘Watching T.V.’ que mezcla la balada 70s con un envoltorio psicodélico lleno de capas. En ambas pistas, Matt se entrega al arte del crescendo; en el primer caso, sumiendo la canción en un huracán de sintetizadores y, en el segundo, dejándose llevar por toda la ciencia ficción que reside en su cabeza, agregando los simpáticos efectos de un cedé rallado. El «prog pop» de Magdalena Bay emprende excursiones fascinantes a lo largo del álbum, empezando por la intro excitante de ‘She Looked Like Me!’ y acabando por esa balada con coro infantil llamada ‘The Ballad of Matt & Mica’ que conecta líricamente con esa primera pista, cerrando círculo.

Entre la apertura y el gran «finale» de ‘Imaginal Disk’ sobresalen en el repertorio el soft-rock de ‘Killing Time’, otro ejemplo de la explosión de colores saturados y fluorescentes que maneja Magdalena Bay, aplicada a una de sus composiciones más clásicas e inmediatas; el disco floral a lo Minnie Riperton de ‘Love is Everywhere’ o las cuerdas escalofriantes de ‘Angel on a Satellite’. El clímax de ‘Imaginal Disk’ lo propone ‘Cry for Me’, la canción de disco épica que ha escrito Magdalena Bay intentando crear su propio ‘Dancing Queen’. Era difícil igualar la obra maestra de ABBA pero Matt y Mica salen airosos del intento entregando una pieza que sabe sumirse en el feliz frenesí de la música.

Y, asumido ya el nivel compositivo de ‘Imaginal Disk’, la originalidad de su propuesta y el mérito de Magdalena Bay de apostar por la idea de álbum conceptual, en los tiempos que corren, ‘Imaginal Disk’ sigue ofreciendo después de muchas escuchas detalles a los que volver, como los efectos de videojuego de ‘Tunnel Vision’, la segunda parte cósmica de ‘Fear, Sex’ o ese final disonante de ‘The Ballad of Matt & Mica’ que lleva al álbum a su inquietante desenlace. ‘Imaginal Disk’ es uno de esos raros discos de pop que no tienen miedo a arriesgar e innovar; prueba de que la música pop puede ser mucho más de lo que nos venden.

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Publicado por
Jordi Bardají