Con tan solo 24 años y en la cima del mundo, Tommy Richman se siente fuerte. Lo suficiente como para dejar fuera de su disco de debut los dos grandes hits con que se ha dado a conocer: ‘Devil Is a Lie‘ y muy especialmente el número 1 global, viralizado en TikTok, ‘Million Dollar Baby‘. La idea de convertirse en «one hit wonder» le repele. «Esa canción es grande, pero no me define. Es un «estoy aquí, acabo de llegar». No un «lo he conseguido». Es solo el principio». Nada que en cualquier caso, una edición deluxe en el futuro no pueda reparar.
Al margen de los récords de streams y de las estrategias futuras, ‘Coyote’ es una obra cerrada en torno al amor de Tommy Richman por el R&B, el funk y el soul. Nacido en Virginia aunque ahora resida en Los Ángeles, el artista creció escuchando discos de Lil Wayne y 50 Cent, y admirando a paisanos como The Neptunes y Timbaland. Esto último empapa algunas de las producciones que ha realizado junto a su colega Jonah Roy, e incluso van más atrás en el tiempo, recordando a Michael Jackson (‘Vanity’) o a Jackson 5 (‘Temptations’).
Que el álbum tiene flow se materializa ya cuando al final de la primera pista ‘Elephant In My Room’, oímos las primeras notas de la siguiente, ‘Whitney’. Y lo que primero fue una gran cantante, y después fue un buen grupo, ahora es un gran single también, de teclados hipnotizantes recién salidos de los 80’s. Esa vertiente más bailable de ‘Coyote’ continúa con la estupenda ‘Temptations’ justo después.
Si bien el trap colaborativo de ‘Tennessee’ con Trevor Spitta y Zachary Moon parece perdido en el tiempo -demasiado tarde para la moda, demasiado pronto para un revival-, la segunda mitad del disco remonta a lo grande. El R&B de ‘Thought You Were the One’, el single principal del álbum, y ‘Letterman’ es de nivel. En esta última, bombea el mejor bajo escuchado en meses hasta que un tal Paco nos habla de una chica a la que le gusta el sexo hasta las 5 de la mañana. El último Justin Timberlake habría matado por este tema.
La ambiental ‘Green Therapy’, de bonito piano, habla de una familia problemática a pesar de que la relación de Tommy con sus padres no es la peor que hemos oído (su padre batería le ha prestado discos y su madre es fan, incluso siendo sorda). Después, el disco pasa a despedirse con 2 canciones que ocupan 1/3 de la duración del álbum.
Efectivamente, si las canciones de ‘Coyote’ se caracterizan por durar un par de minutos o poco más, Tommy Richman se explaya finalmente en una ‘Vanity’ que cambia de tempo hacia su mitad mientras ese “solo lo hago por mí mismo” repetido hasta la saciedad solo puede ser una declaración de intenciones. Y a continuación, ‘seems like time moves forever’ suena bien como cierre desde su meditación, y con un featuring esta vez más integrado, el de mynameisntjmack. Sin ser tan complejo como Janelle Monáe, con quien sin duda comparte todas y cada una de las influencias, Tommy Richman sí nos cuenta quién es y qué le gusta en este disco de debut. Y no, no son solo los «millones».