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Coldplay / Moon Music

El mundo ha seguido hambriento de nueva música de Coldplay. En el último lustro, ‘Higher Power’ y sobre todo ‘My Universe’ con BTS han dado enormes éxitos a la banda británica liderada por Chris Martin. El disco que los acogía, ‘Music of the Spheres’, sin embargo, estaba lastrado por un tracklist que parecía incompleto y por un concepto galáctico holgazán que parecía decidido en cinco minutos durante una reunión corporativa.

En 2024, el escenario es diferente. Por un lado, Coldplay está triunfando no con sus últimos singles, sino con algunos de sus éxitos más antiguos, sobre todo con ‘Yellow’ y ‘Viva la Vida’, que siguen asomando por las listas actuales como si no hubieran transcurrido décadas desde su lanzamiento. Por otro, el disco que acaban de publicar, ‘Moon Music’, es mucho mejor que el anterior.

‘Moon Music’ se engloba dentro de la serie de discos de Coldplay inspirados en el espacio, y es la secuela de ‘Music of the Spheres’. El concepto de ‘Moon Music’ vuelve a ser tan profundo como una piscina de bolas: Martin explica que el título del disco tiene que ver con las “diferentes fases de la vida” y dice que expresa la importancia para Coldplay de que cada persona “irradie su luz sin esperar nada a cambio”. Ambos álbumes, también, comparten colaboradores, destacando Max Martin y Jon Hopkins en labores de producción y composición, y se componen de una estructura muy parecida, con canciones adheridas a largas intros y outros, y otras más formulaicas en composición. Las letras vuelven a estar llenas de tópicos sobre el amor y la espiritualidad. El mensaje último es que el amor lo puede todo, que es lo más importante. Es lo que canta Chris Martin al final del álbum en una canción llamada ‘One World’: “al final, lo único que importa es el amor”.

En un primer acercamiento da ganas de volver a hablar pestes de un nuevo disco de Coldplay. Al fin y al cabo, lo más arriesgado que ofrece ‘feelslikeimfallinginlove’, el primer single, es su título escrito sin espacios. Es otro número “arena size rock” de Coldplay que intenta tocar el cielo y que se dedica al amor como salvavidas. Por otro lado, ‘We Pray’ es una producción maximalista, fea, que junta trap, staccatos de violoncello a lo ‘Viva la Vida’ y góspel para que sus artistas invitados -Little Simz, Burna Boy, Elyanna, Tini– pasen lo más desapercibidos posible. Es un intento de himno frustrado.

Sin embargo, algo en ‘Moon Music’ funciona. Puede ser el gusto de Coldplay por la banda sonora, que marca muy claramente el desarrollo de la bonita pista inicial, ‘Moon Music’, y también el de la pieza central, titulada con el emoji de un arcoíris. No, esta vez las partes instrumentales de un disco de Coldplay no son lo peor. La primera, escrita desde la perspectiva de una persona que sufre depresión y que busca “un amigo”, no puede estar arreglada con mejor gusto, y la segunda evoluciona hacia un suave post-rock haciendo realidad aquellas comparaciones de Coldplay con Sigur Rós que tanto se leyeron en 2008. Lo rematan con un sample de Maya Angelou hablando que parece grabado con un audio de WhatsApp, pero que ahí está, aportando riqueza a un discurso que, aún lleno de lugares comunes, aún sabe emocionar con la melodía, la frase o el sample adecuados.

El mejor ejemplo de esto es ‘All My Love’, que no es la típica canción de mechero de Coldplay, sino que es mejor. Ni siquiera el sentimentalismo de la letra (“tienes todo mi amor, aunque llueva o diluvie, todo mi amor es tuyo”) logra opacar una melodía preciosa, cantada de manera muy bonita por Martin. ‘All My Love’, que no por nada es el actual focus track, pasará a la historia como el verdadero clásico de ‘Moon Music’, me atrevo a decir, incluso por encima de pistas tan pensadas para la radio como la maja ‘Good Feelings’, que, en un estilo pop-disco, también merecería dar un nuevo éxito a Coldplay, o la -esta vez sí- olvidable pieza llenaestadios de ‘iAAM’… quizá porque en mi cabeza cuando Martin canta “I got this feeling”, a continuación solo escucho “on a summer day when you are gone”, y ahí la competencia es dura.

O puede que ‘Moon Music’ funcione porque las canciones saben tener su empaque sin ser grandes hallazgos. ‘Jupiter’ es una buena canción de hoguera, que ni siquiera la idea tan típica de añadir un coro de niños al final logra estropear. Es una canción de buenas intenciones y muy mona en resultado que, además, termina con uno de esos outros instrumentales que hemos comentado antes. Los sintetizadores synth-pop de ‘Aeterna’ aportan una interesante textura al álbum, aunque la canción es mucho menos adhesiva e interesante que otras del largo… hasta que una segunda parte inesperada, esta vez de voces cantando en zulú, lleva la canción a un universo cultural muy diferente. Es un disco de 10 pistas que sabe a poco, se agradece una sorpresa mínima.

Un álbum que habla de aferrarse al amor, y realmente de nada más, solo podía concluir con una canción llamada ‘One World’ que habla de eso mismo. Es otra de las piezas de ‘Moon Music’ inspiradas en la banda sonora e incluye el fragmento de una canción inédita de Coldplay llamada ‘Orange’ que es como hermana de ‘Yellow’. En un momento en que ‘Yellow’ ha vuelto a las listas de éxitos, Coldplay parecen decir que ellos siguen a su bola, sin intención de mirar al pasado. En el mejor de los casos siguen siendo muy buenos compositores y productores. En el peor, siguen estancados en un discurso vacío que les lleva a hacer música igual de inofensiva. En el caso de ‘Moon Music’, al menos el trabajo está mejor pensado, desarrollado y cerrado.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: coldplay