“Este obra me ha salido de los ovarios y con ella celebro ser mujer”. Esta frase pronunciada por la bailaora Rocío Molina, acerca de su espectáculo ‘Caída del cielo’, sirve para describir el álbum de debut de Ángeles Toledano, uno de los discos destacados que ha dejado 2024 en la cosecha nacional: es uno de los nominados a Premio Ruido. A ella probablemente ya la habías escuchado en Ángeles, Víctor, Gloria & Javier.
‘Sangre Sucia’ es una “oda a la sororidad”, una celebración de las redes de apoyo que han sostenido a las mujeres entre ellas a lo largo de la historia. En el álbum abundan las voces femeninas en forma de coros o mosaicos procesados electrónicamente. Los hombres asumen un protagonismo esporádico en ‘Nada ha pasado, pero todo ha sucedido’, mientras nombres como los de los guitarristas Benito Bernal y Yerai Cortés, o el del productor Harto, ocupan un espacio lateral, sin ensombrecer.
Entre las colaboraciones destacadas de ‘Sangre Sucia’ hay que mentar la de la poeta Sara Torres, que en el recitado de ‘La palabra en la boca’ conversa con Toledano en una grabación tan íntima que escucharla produce reparo.
Las diferentes facetas de la experiencia femenina inspiran a Ángeles Toledano, una cantaora curtida en peñas flamencas desde niña. En las alegrías de ‘X Las Niñas’ la jienense entrega un enorme homenaje a la amistad, llena de júbilo. Pero la tragedia también está presente en ‘Sangre Sucia’, por ejemplo en sus videoclips, como el de los jaleos de ‘Mamá, tenías razón’, que recuerda las cazas de brujas.
El disco se abre con ‘Araora’, una intrigante adaptación de una toná campesina típica del pueblo de Toledano, Villanueva de la Reina, en Jaén. El manto vocal de ‘Araora’ recuerda a los experimentos de Camille en ‘Le fil’ (2005). En ‘Araora’, como en la espeluznante ‘Mamá, tenías razón’, Toledano une tradición y electrónica de manera sutil: el flamenco siempre es el centro, porque a Toledano no le interesa transgredir esquemas, sino jugar con los envoltorios.
Porque el concepto de ‘Sangre Sucia’ -desde su título- también parece una oposición a una noción esencialista del flamenco: a Toledano le influyen indistintamente La Paquera de Jerez y Billie Eilish y en las entrevistas insiste en que lo que hace ella sigue siendo flamenco a secas, no un misterioso “nuevo flamenco” llegado de la nada. Ni ella tiene el flamenco “en la sangre”, como se suele decir, ni el flamenco es puro.
El título de ‘Sangre Sucia’ también evoca aquel falso mito de la menstruación, y el álbum se cierra con un sobrecogedor himno sobre la regla que conecta directamente con la obra de Rocío Molina citada al principio de este artículo. En ‘La misma sangre del cuerpo’ la experiencia estrictamente femenina relatada por Ángeles alcanza la categoría de trascendental.