La aclamación crítica, varias reediciones, un fantástico concierto especial, y su paso por diferentes festivales a lo largo y ancho del globo, convirtieron ‘Galore‘ de Oklou en uno de los discos de pop clave del último lustro. El que ha pasado desde 2020, exactamente. Fue en el año de la pandemia donde la francesa Marylou Mayniel se dio a conocer al gran público, anotándose luego colaboraciones con Dua Lipa (en un remix de ‘Fever’) y Caroline Polachek (en el rol de telonera).
‘Galore’ sentó las bases del sonido de Oklou (se pronuncia «Okay-Lou») hibridando producciones de ambient-pop minimalistas, flotantes, de ensueño, con un sentido de la melodía inspirado en sus estudios de música clásica. Había un aire impresionista en sus fraseos, y una clara influencia medieval en melodías y arreglos que después se reflejaba en arte y videoclips. La influencia contemporánea era excepcional: Oklou se arrepentía de usar un ritmo de trap en ‘unearth me’ y, en una entrevista con JENESAISPOP, prometía no usarlo nunca más.
De manera incomprensible y por caprichos de la industria, ‘Galore’ se considera un mixtape y no el álbum debut de Oklou, a pesar de su cuidado concepto y de su éxito.
‘Choke Enough’, el debut oficial de Oklou, llega cinco años después de ‘Galore’ con una propuesta similar pero diferente, como la otra cara de la moneda. En ‘Choke Enough’, Oklou ya no es la «diosa de la noche solitaria» que saludaba en ‘god’s chariots’, sino una persona madura que ha decidido bajar de las nubes y asentarse en la tierra. Marylou, que ahora mismo está embarazada, sale en portadas y vídeos de ‘Choke Enough’ acompañada de diferentes personas, y la realidad de la vida inspira sus nuevas composiciones, que se abren más que nunca a la luz. Eso sí, el sonido «fantasioso», «infantil» y como de otro mundo de su música prevalece.
‘Galore’ influyó a artistas de nueva hornada como Dora Jar, a la que le encantan las «nanas hyperpop» de Oklou. Nunca nadie ha descrito mejor el estilo de la autora de ‘The Rite of May‘ (2019) y, en ‘Choke Enough’, Oklou entrega un nuevo repertorio de canciones de cuna digitales, en su estilo tan personal e identificativo. Sus composiciones siguen siendo melódicamente ricas, tan inspiradas en la música clásica como denota la melodía ascendente de ‘ict’ («ice cream truck»). Y sus producciones conservan el líquido minimalismo de siempre, pero adoptando nuevas formas.
La banda sonora de videojuego parece una inspiración en varias pistas, como la inicial ‘Endless’, que suena como un zambullido en las profundidades del mar. La canción se abre a un «infinito» de posibilidades, marcando el camino al resto de canciones. Durante la travesía de ‘Choke Enough’, Oklou reduce a su mínima expresión estilos como el trance en la maravillosa pista titular, el eurodance en la original ‘Harvest Sky’, o el ritmo caribeño en la delicada y adictiva ‘Obvious’, en la que unos acentos de trompeta aportan el contrapunto terrenal, humano, a la extrema artificialidad de texturas y voces. La acción, aquí, no está en los beats, sino en los mil detalles a descubrir.
Contribuyen a la experiencia estética de ‘Choke Enough’ especialmente las esmeradas producciones diseñadas por Oklou junto a su mano derecha, Casey MQ, no tanto unas letras que hablan en abstracto sobre asuntos del mundo real. ‘Family and Friends‘ -que incorpora una flauta, conectando con el medievalismo del álbum anterior- parece una canción biográfica y universal, pero se inspira más bien en las «preguntas sin respuesta» de la vida. De manera oportuna, atraviesa las canciones de ‘Choke Enough’ una constante sensación de intriga y sigilo, muy evidente en la translúcida producción de ‘Thank You For Recording’ o de la mencionada ‘Choke Enough’, que, con su extraño título, reflexiona sobre «aquellas situaciones caóticas a las que nos prestamos para sentir algo».
Funcionaría mejor el concepto de ‘Choke Enough’ si las letras fueran más claras y directas. Por eso, el mensaje universal de ‘Take Me By the Hand‘ se transmite a la perfección a la vez que la canción -con sus influencias UK garage e hyperpop- logra ser una de las más inmediatas de la carrera de Oklou. El artista invitado, Bladee, aporta el otro punto de vista en una canción que habla de la necesidad de conectar físicamente cuando hablar ya no es una opción.
Dentro de un repertorio muy equilibrado que deja momentos brillantes (‘Obvious’) y otros más tenues (‘Plague Dogs’ se inspira en la película animada del mismo nombre), destaca por necesidad la pista final, ‘Blade Bird’, un especie de homenaje brit-pop, guitarra acústica mediante, que es, a la vez, una preciosa canción de amor. Pero, aún arrimada a la estética cyborg de rigor, ‘Blade Bird’ no puede sino recordar a otra gran canción muy similar del pasado reciente, ‘Delete Forever‘ de Grimes. Como la canadiense, Oklou brilla entregando un mundo paralelo en el que refugiarse. Un mundo a la vez familiar y tan futuro que es imposible imaginarlo. A menos que te llames Oklou.