La hibridación del k-pop con la industria estadounidense es ya total, de manera que ‘Alter Ego’, el debut de LISA, integrante de BLACKPINK, es un trabajo plagado de nombres muy conocidos en el pop anglosajón. Todos ellos en el disco se reparten hooks sin parar, optimizando cada canción al máximo, con resultados desiguales.
La buena noticia que deja ‘Alter Ego’ es que es un disco más divertido que el de Rosé. Para empezar, LISA no ha engañado al mundo sacando un single que no tiene nada que ver con el disco, sino que ha acertado adelantando un trabajado variado, pero cohesionado en su enfoque rítmico y urbano. La mala es que LISA es un lienzo en blanco y nunca llena sus canciones de una personalidad definida.
Esto se hace evidente en colaboraciones como ‘Born Again‘, donde Doja Cat y RAYE resaltan por encima de la tailandesa, o el afrobeat de ‘When I’m with You’ con Tyla, que suena sobre todo a Tyla. Cuando LISA canta sola, la explosiva producción la engulle por ejemplo en ‘BADGRRRL’, y en ‘Lifestyle’ la adopción de jerga americana («she an icon») suena forzada.
Es difícil que no suene forzado y ultraprocesado un disco en el que participan tantísimas personas que han podido desde cambiar una coma hasta escribir un estribillo pasando simplemente por conceptualizar una canción. Pero, cuando estas personas hacen los deberes, les salen temas tan potentes como el single ‘Rockstar’ o ‘New Woman‘ con Rosalía, una pieza no tan matemática de Max Martin (la parte de Rosalía suena metida con calzador) pero trufada de ganchos que el público se ha zampado encantado.
Aunque los hooks no son la mejor parte de ‘Alter Ego’ porque canciones como ‘Lifestyle’ suenan más vistas que el tebeo y, al final, son los productores los que terminan poniendo imaginación al asunto, por ejemplo, en los abrasivos beats de ‘Thunder’ o en la burbujeante ‘Elastigirl’, que habría gustado a la Christina Aguilera de ‘Bionic‘ (2010), que había titulado una canción de ese disco casi de igual manera.
Así, al final, termina destacando la simpática recreación de ‘Kiss Me’ de Sixpence Non the Richer en el otro pop-disco del álbum, ‘Moonlit Floor (Kiss Me)‘, y tampoco es desdeñable la labor de la catalana -de Cambrils- Carly Gibert en el bedroom-pop de ‘Rapunzel’, con Megan Thee Stallion en el papel de estrella invitada.
Aunque algunos temas urban funcionan mejor (‘Fxck Up the World’ con Future) que otros (con ‘BADGRRRL’ habría hecho maravillas FKA twigs, pues la produce su colaborador Ojivolta), LISA puede presumir de haber cuidado un repertorio de ritmos dinámicos e intensos que se gana darse un respiro en la final ‘Dream’. O casi final, porque el disco podría estar mejor redondeado: empieza con el trío de ‘Born Again’, como si LISA no mereciera en su debut abrir el álbum con un tema cantado por ella sola; y acaba con dos versiones en solitario de ‘Fxck Up the World’ y ‘Rapunzel’ que nadie pedía.