Discos

Jennie / Ruby

De todos los discos de las integrantes de BLACKPINK editados, el de Jennie es el mejor de todos. ‘Ruby’ es el disco vinculado a BLACKPINK hecho con más mimo y con menos prisa. Al menos, eso parece. Aunque se echa en falta ‘Ruby’ un mejor sentido narrativo y de coherencia interna, su calidad lo convierte en uno de los mejores discos de k-pop de la historia.

La trampa, claro, está en que en ‘Ruby’ están metidos decenas de compositores de todas partes del mundo, principalmente anglosajones (Tayla Parx, Amy Allen, Claudia Valentina, Diplo), pero también franceses (Vincent Fenton), daneses (Jonas Jeberg), alemanes (Bülow) o españoles: El Guincho produce ‘Mantra’, el saltarín single principal; la tarragonesa Carly Gibert co-escribe el segundo single, ‘Love Hangover’, con el pan sin sal de Dominic Fike en el papel de invitado.

Hasta los samples utilizados en ‘Ruby’ no son tan obvios como esperas: en el simpático hip-hop de ‘With the IE (Way Up)’, Jennie Kim entrega su propio «Jennie from the Block»… pero lo hace sampleando la misma canción que vertebraba el éxito de 2002 de Jennifer Lopez, ‘Hijack’ (1975) de Enoch Light, escrita, por cierto, por el madrileño Fernando Arbex. Sí, el de Los Brincos.

Este «melting pot» de colaboradores se somete al versátil talento de Jennie -que también ha actuado en ‘The Idol’- para elaborar un disco de pop muy ameno y bien producido que conserva el buen gusto hasta cuando copia sin mayor misterio el estilo de SZA en ‘Start a War’, o cuando echa mano de artistas invitados de la talla de Dua Lipa (la también SZA-esca ‘Handlebars

‘), Kali Uchis y Childish Gambino (‘Damn Right’) o Doechii, que eleva ‘ExtraL‘ gracias a su carisma.

El disco de Jennie se diferencia del de sus compañeras por su interés en el R&B, de la misma manera que a Rosé le gusta la balada tipo Selena Gomez, a Lisa el urban-pop maximalista y a Jisoo el pop tipo Katy Perry. En ‘Ruby’ funcionan mejor precisamente las producciones que se empapan de R&B contemporáneo, como ‘Handlebars’ o ‘Damn Right’, que las que experimentan con el funk brasileño (‘Like Jennie’) o el hip-hop sedado de Rihanna (‘Zen’).

Los estilos de ‘Ruby’ parecen tirados sobre la mesa como dados, lo cual consigue que el álbum no suene todo lo coherente que debería. Tras la intro, una de las mejores del año en el mundo del pop, los diferentes sonidos de ‘Ruby’ se van sucediendo sin que las producciones compartan un tejido sonoro que las una mínimamente, ni el orden de la secuencia tenga demasiado sentido.

Jennie, como Lisa, también tira de la idea del «alter ego» para vendernos la moto de una supuesta coherencia artística. No obstante, ‘Ruby’ es una palabra personal para ella, pues es el nombre del segundo yo que se inventó cuando vivía en Nueva Zelanda de pequeña. Le inspiró una obra de Shakespeare, ‘Como gustéis’, de ahí que la portada de ‘Ruby’ señale al mundo del teatro.

Aunque falto de mayor cohesión entre las 15 canciones del disco, que no son pocas, Jennie puede presumir de entregar un debut que, aún incluyendo pistas flojas como ‘F.T.S.’ o ‘Seoul City’, mantiene un nivel digno en su tramo final con la mutante ‘Starlight’ y la balada de cierre, ‘Twin’. ¿Hasta las baladas se le dan bien a Jennie from the Block? Parece que sí.

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Publicado por
Jordi Bardají