El apagón nacional ha llevado a muchos a recordar el valor de aquellas cosas que se pueden hacer sin electricidad: leer un libro, jugar a juegos de mesa, cenar a la luz de las velas, ayudar a tus vecinos. En la misma semana, el nuevo disco de Rufus T. Firefly ha llegado proponiendo un discurso parecido: ‘Todas las cosas buenas’ son aquellas a las que acudimos para mantenernos cuerdos y felices cuando el mundo es oscuro. Y lo es todo el rato, no solo durante 12 horas.
Para Víctor Cabezuelo, líder de la banda madrileña Rufus T. Firefly, su salvavidas es la música. En una entrevista reciente con JENESAISPOP, el de Aranjuez cuenta que escribir canciones le permite evadirse de los sucesos desesperantes que ocurren en el mundo, por ejemplo, el auge del fascismo. Nutrir su pasión por la música le hace enfrentarse después al mundo con más fuerza y entereza.
Rufus T. Firefly lleva cultivando su propuesta desde hace muchos años, y ‘Todas las cosas buenas’ es su octavo álbum. Cabezuelo no exageraba al asegurar que este disco es como un «grandes éxitos» del grupo hecho con composiciones nuevas. Las canciones de ‘Todas las cosas buenas’ equilibran inmediatez y ambición como nunca, están mejor escritas, mejor tocadas y mejor interpretadas. En ‘Todas las cosas buenas’, Rufus T. Firefly -incluyendo a sus músicos Carlos Campos, Miguel De Lucas, Juan Feo y Manola- es mejor grupo que nunca.
Ese equilibrio no solo es evidente en las canciones más progresivas del álbum, como la muy Arcade Fire ‘El principio de todo’ o la mutante ‘Trueno azul’, que lleva al siguiente nivel los grooves soul del álbum anterior. También es obvio ese contrapeso en piezas tan depuradas como la bossa ‘Canción de paz’ o la balada setentera ‘Premios de la Música Independiente’, una sentida crítica a la precariedad de la industria musical que va mucho más allá de su llamativo título.
En esa canción, Víctor canta «Toda la gente que quiero está perdiendo la carrera», poniendo el foco en la realidad de esas bandas independientes a las que no vemos recoger premios. En ‘Trueno azul’ es memorable la frase «Hice todo por el indie, y el indie no hizo nada por mí», que está ahí significando muchas cosas, pero también porque «la frase quedaba de puta madre»; y la edición física de ‘Todas las cosas buenas’ incluye, además de una versión de ‘Canta por mí’ de los ahora reunidos El último de la fila, una canción llamada ‘Hoy soñé que tocaba en Triángulo de Amor Bizarro’: un disco de Rufus no es un disco de Rufus sin referencias directas a la cultura pop.
Sin embargo, las canciones de ‘Todas las cosas buenas’, aun cargadas de la melancolía que caracteriza a Rufus T. Firefly, en palabras de Víctor, «giran hacia la esperanza». ‘Canción de paz’, que abre el disco siendo un remanso de ídem, clama que «aunque el viento no deja de golpear, esta noche has venido a verme cantar». ‘Trueno azul’ recurre al refugio del amor para escapar del demonio interior. Y ‘Lumbre’ sabe que, aunque la «montaña es alta», hay esperanza.
Cada canción es diferente, contribuyendo a la sensación de «greatest hits», y está escrita al máximo nivel compositivo. Las guitarras funcionan en su vertiente guitar pop -‘La Plaza‘ es su emocionante homenaje a los Smiths- o garajera -la pista titular-; los teclados invitan a la meditación (‘El coro del amanecer’) o al baile (‘Dron sobrevolando Castilla-La Mancha’). Y las canciones más híbridas -más Rufus-, como la preciosa ‘Camina a través del fuego o ‘Lumbre’ -ambas cálidas como el fuego- son igualmente excelentes.
‘Todas las cosas buenas’ es el trabajo de un grupo que hace acopio de todo lo aprendido y escribe sus mejores composiciones. La virtuosidad de Rufus T. Firefly reside en su optimización de las ideas más simples: el mágico teclado de ‘Canción de paz’ eleva la canción con muy poco y, cuando el disco parece que va a decaer, ‘Ceci N’est Pas Une Pipe’ -cantada por Julia- llega armada con una melodía de sintetizador con la que Future Islands construirían un hit internacional.
Víctor explica que, en ‘Todas las cosas buenas’, Rufus T. Firefly ha intentado volver a ser el grupo que era antes de ‘El largo mañana‘, su gran obra soul. ‘Todas las cosas buenas’ puede ser ‘El principio de todo’, pero también la consecución natural de toda su carrera, el ideal resumen de todas sus virtudes, el gran disco que este grupo iba a escribir tarde o temprano.